Para mantener un cuerpo sano es igual de importante asegurarnos todos los nutrientes como eliminar después las toxinas sobrantes que el organismo no necesita. Si ese proceso no se realiza correctamente, las sustancias de desecho se acumulan y hay más riesgo de enfermedades. Y para ello es necesario que órganos como los intestinos, el hígado y los riñones trabajen a pleno rendimiento. Todos han de funcionar perfectamente para depurar nuestro organismo. Y la alimentación es clave para lograrlo.
Cómo nos depura la alimentación
Como bien sabes, hay nutrientes que nos ayudarán a llevar a cabo ese proceso de limpieza. La fibra es vital para la regularidad en las deposiciones y la salud gastrointestinal. De ahí que los médicos recomienden aumentar la ingesta de alimentos integrales. En este sentido, suele pensarse que todo el pan integral tiene la misma cantidad de fibra y no es así. La harina de centeno tiene menos calorías y más fibra que la de trigo. Por eso el pan de centeno es el más recomendado para combatir el estreñimiento.
Igualmente, hemos de incluir siempre en nuestra dieta algunos alimentos que ayuden al hígado a funcionar correctamente. En general, los vegetales de hoja verde son una buena opción, gracias a su clorofila, que ayuda a desintoxicar. El más popular como depurador es la alcachofa, ya que estimula la producción de bilis del hígado y a que esta elimine toxinas y ayude a absorber grasas.
Sin embargo, hay un vegetal que aúna y supera a todos estos alimentos. Se trata del espárrago. Sin duda, el gran alimento depurativo de nuestra gastronomía.
Qué ventajas tienen los espárragos
Los espárragos están compuestos en un 90% por agua. Es decir, son como un limpiador que va a arrastrar con él todos los desechos del cuerpo. Y tienes compuestos que hacen una magnífica función de ‘jabón’ en todos los órganos.
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- Limpia los riñones. Los espárragos contienen un aminoácido llamado asparagina. Es un diurético natural que nos ayuda a eliminar líquidos y favorece el funcionamiento de los riñones. Y consigue que nos deshagamos del exceso de sales mediante la orina.
- Evita que se queden toxinas en el hígado. El hígado elimina las sustancias nocivas del torrente sanguíneo. Para que no se acumulen, los espárragos tienen antioxidantes que se suman a la actividad diurética para limpiarlo.
- Es laxante. Además de ser desintoxicantes, nos ayudan a eliminar las grasas y aportan mucha fibra, sobre todo celulosa (fibra insoluble), por lo que tiene propiedades laxantes, ayudando a mejorar nuestro tránsito intestinal.
Sus ventajas no se quedan aquí. También aportan saponinas, un fitoquímico que potencia su efecto diurético. Varios estudios han demostrado que ayudan a prevenir y tratar infecciones urinarias. Y además, tienen efecto saciante para evitar el consumo excesivo de grasas y el sobrepeso.
Cómo incluirlos en nuestra dieta
Hay tres tipos de espárragos, todos ellos muy recomendables: los verdes, blancos y morados. Las formas de incluir los espárragos en nuestra dieta son muy infinitas.
- Los trigueros o verdes se cocinan más rápidamente pues son más finos. Si les añades limón, realzarás su sabor más herbáceo. Una idea original es de acompañamiento de una pechuga de pollo y unas zanahorias.
- Los blancos están ya listos para comer. Los puedes preparar simplemente acompañados de un poco de mahonesa como primer plato. Como su sabor es más suave, acompañan bien otros ingredientes.
- Los morados son más dulces y suaves. Pruébalos en una ensalada o formando parte de una crema. Te resultarán riquísimos.
En general, todos los tipos de espárragos se pueden preparar de diversas foras: asados, al horno o salteados. Haz la prueba y ayuda a tu cuerpo a depurarse.