Las rosquillas son un dulce tradicional en España típico de la Semana Santa. Gracias a esta tradición su receta ha perdurado a lo largo de las generaciones como parte nuestra gastronomía, siendo un acompañamiento muy popular en celebraciones y festividades. Con una textura esponjosa y un sabor dulce irresistible, las rosquillas se han ganado un lugar especial en nuestra mesa.
Contar con una receta infalible para estas delicias es todo un tesoro. No solo ofrece la posibilidad de disfrutar de su sabor único en cualquier momento, sino que nos recuerda a lo que comíamos de niños. Una receta que requiere solo tres ingredientes, además de ser fácil de seguir, permite a cualquiera convertirse en un experto repostero y deleitar a familiares y amigos con el encanto de las rosquillas caseras.
Los tres ingredientes que necesitas para hacer esta receta son tan sencillos como el yogur griego, la harina especial para bizcochos y el azúcar glas. ¡Te animamos a que la pruebes!
Receta de rosquillas caseras de la abuela
Prepara tu cocina y manos a la obra. Las porciones que aquí te proponemos son ideales para 5 personas. En aproximadamente 30 minutos tendrás estás delicias en tus manos.
tres Ingredientes:
- 2 yogures griegos azucarados
- 250 gramos de harina especial para bizcochos
- Azúcar glas
Paso 1. Mezcla el yogur y la harina. En un bol grande vierte los 2 yogures azucarados. Poco a poco añade 3 cucharadas de harina y mezcla, puedes hacerlo con la ayuda de una espátula o con la cuchara. Cuando lo tengas integrado, añade otras 3 cucharadas más de harina. Mezcla de nuevo.
Paso 2. Hora de amasar. Ahora es cuando incorporarás el resto de la harina y comenzarás con el amasado. Asegúrate de tener las manos limpias y amasa en el mismo bol hasta conseguir una masa firme y elástica que no se pegue los dedos. En caso de que la masa te quede muy seca podrás corregir con un poco más de yogur.
Paso 3. Deja reposar la masa. Forma una bola y déjala reposar 10 minutos a temperatura ambiente. La temperatura ideal para que la masa repose se encuentra alrededor de los 20-25°C. Este reposo permite que la masa se relaje y desarrolle su estructura, lo que ayuda a obtener una textura más esponjosa y uniforme al freírlas.
Paso 4. Forma las rosquillas. Coge un trozo de masa entre las manos y forma bolitas del tamaño de una nuez o poco más. Con el dedo haz un agujero en el centro de cada bola y dale forma de rosquilla (ni demasiado fina ni demasiado gorda).
Paso 5. Fríe en tandas. Pon a calentar una sartén a fuego medio con abundante aceite de oliva suave o de girasol (el que prefieras usar) y comienza a freír las rosquillas en tandas de cuatro. Así no alterarás demasiado la temperatura del aceite.
Paso 6. Dales la vuelta. Al tener las rosquillas doradas por un lado, dales la vuelta para cocinarlas por ambas caras. Ten en cuenta que se freirán muy rápido, tardarán aproximadamente unos 40 segundos por cada lado. Para evitar quemarte puedes ayudarte de un tenedor y una paleta de madera.
Paso 7. Decora con azúcar glas. Al terminar de freír, déjalas templar sobre una rejilla o papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Para servir usa la fuente que más te guste y espolvorea con azúcar glas las rosquillas. ¡Estarán para chuparse los dedos!