Adiós preocupaciones: el truco olvidado en España para conectar con el presente y ser feliz

La vida es un camino en el que nos vamos tropezando diariamente con todo tipo de problemas y preocupaciones. Un planteamiento equivocado. Resulta que la vida es un sitio donde lo principal es ser feliz, y muchos lo hemos olvidado. La manera de ser feliz cada día es conectando de nuevo con el presente. La psicología nos enseña el truco para conseguirlo.

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Las preocupaciones a menudo nos impiden  disfrutar del presente.

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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Todos tenemos preocupaciones. Es normal. No hay diferencias entre ricos y pobres, doctorados o trabajadores poco cualificados, hombres o mujeres. Si formas parte de esta sociedad te vas a encontrar con una serie de situaciones y retos que has de superar. La vida en sí es un reto. Y cuando no los tenemos nos los buscamos.

Es así, porque nuestro cerebro está programado para ello, para que nos retemos de forma intelectual o física. Y nos lo pasamos bien. Desde pequeños, los juegos no son más que retos que nos ponemos. Lo que ya no está tan bien es que esos retos se conviertan en tensiones mentales, físicas y emocionales continuas. Que vivamos, casi sin darnos cuenta, en una preocupación constante y que muchas veces nos supera: la incertidumbre laboral, las problemas familiares, los deseos incumplidos… ¿Es eso lo que querías?

Dónde ha ido a parar la felicidad diaria

La felicidad es la base de nuestra vida. El motivo por el que queremos levantarnos cada mañana es para ser felices, para hacer cosas que nos hagan felices o nos lleven a ser felices. Y eso parece que lo hemos olvidado.

Ser feliz está en nuestra naturaleza, el único inconveniente es que, sin darnos cuenta, nos vamos alejando de nuestra esencia; nuestro ‘ser’, que es pura abundancia y felicidad”, escribe el psicólogo Daniel Rosenberg en un artículo.

Los problemas y las circunstancias de nuestra vida son las que nos han hecho olvidar que básicamente queremos ser felices. “La felicidad es el estado de gracia que en algún momento tuvimos y perdimos en el camino”, insiste este psicólogo argentino, afincado en Valencia. Lo que ha pasado es que el sistema educativo primero y más adelante las obligaciones laborales y sociales nos han impuesto unas exigencias.

Cuando les preguntaron a la gente que estaba en las fases finales de su vida que es lo que más lamentaban, una de las respuesta más repetidas era las preocupaciones inútiles y el haber trabajado en exceso en cosas que no les gustaban. ¿Por qué caemos uno detrás de otro en los mismos errores?

Aprende a disfrutar del aquí y ahora

Como dijo John Lennon en 1980, “la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Han pasado casi 45 años y no parece que hayamos captado cuan terriblemente cierto ese pensamiento. Más si tienes en cuenta que quien lo dijo caería asesinado a las pocas semanas.

¿Estarías haciendo lo que haces si pensaras que son tus últimos días de vida? Muy pocos contestan que sí. La mayoría nos excusamos en que es un planteamiento utópico y no puedes vivir pensando que es tu último día cada día, porque el mundo no funciona así. Tenemos obligaciones y también ilusiones. Y sin darte cuenta, vuelves a caer en el mismo error.

Claro que conviene hacer planes, porque los planes también nos hacen felices. Pero han de ser planes cercanos, factibles y que vayamos construyendo poco a poco. Un viaje en un futuro inmediato. Una sorpresa para los hijos o la pareja. Una cena con amigos.

El resto de la felicidad tiene que centrarse en el aquí y ahora. Tenemos que conectarnos con el presente. Ser felices en lo que hacemos cada día. El disfrutar ha de volver al primer plano.

Empieza analizando tu situación

Fíjate que el trabajo nos ocupa tanto que hay gente que ha llegado a olvidar que no vive para trabar. Así surgen los adictos al trabajo (los workalcoholics), personas que no saben qué hacer cuando no trabajan. O que no saben desconectar y pierden los primeros días de vacaciones (o la mayoría de días) sin poder romper del todo con el contacto laboral.

Es significativo que disciplinas como el yoga, la meditación o el mindfulness hayan ganado tanta popularidad en los últimos años. Es una evidencia de la cantidad de gente que necesita reenfocarse en el aquí y ahora. “Necesitamos volver a las fuente, volver a conectar con el bien-estar”, apunta Rosenberg.

Una de las preguntas que plantean los psicólogos a las personas que se presentan con cuadros de ansiedad, insatisfacción o baja autoestima es cuáles son las cosas que más les gustan hacer y si eso les hacer sentir bien.

Resulta que una gran mayoría apenas realiza ninguna de esas cosas que enumera: aficiones, deportes o simplemente salir con amigos. Por eso, un primer paso sencillo e importante es volver a priorizar estas cosas.

Cinco hábitos para reducir preocupaciones

Hay numerosos estudios que han analizado cómo podíamos devolver la felicidad a nuestras vidas. El psicólogo Rosenberg apunta enumera cinco hábitos que se repiten en estos estudios y que nos ayudarán a generar felicidad y reducir las preocupaciones.

  • Vive cada día disfrutándolo y no sufriéndolo. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy; es decir, deja de procrastinar tu felicidad. Cuántos se dicen: “Cuando tenga más dinero...” ¿Por qué esperar a tener más? Si ya tienes suficiente, hazlo. Ya volverás a ahorrar para otra cosa.
  • Sé agradecido. Agradece todo lo que ya tienes. No esperes a tener más. Disfruta de lo que ya has conseguido. Los más felices son los que están contentos de lo que tienen. “El agradecimiento es una de las emociones elevadas que nos sitúa en la frecuencia de la felicidad”, dice Rosenberg.
  • Despeja la mente de pensamientos basura. Saca esos pensamientos obsesivos de preocupaciones que no puedes resolver o que no dependen complemente de ti. La meditación, por ejemplo, es una buena disciplina que te ayudará a sacarte esas pensamientos en bucle.
  • Cuida tus relaciones sociales. La felicidad está en las relaciones y experiencias no en las cosas. Sal más con tus buenos amigos, evita las relaciones tóxicas y vivirás más y mejor.
  • Haz actividad física. Ya sabes, “mens sana in corpore sano” (mente sana en cuerpo sano). Ambas cosas se relacionan. Cuida tu salud física para que la hormonas de la felicidad fluyan. El deporte dispara esas hormonas y nos permite eliminar tensiones.
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