El truco para hacer un caldo de pollo rico en colágeno en solo 10 minutos (y sin olla exprés)

Soy de las que suelo asociar la olla exprés a platos muy complejos en época invernal. Mi madre solía sacarla en los días más fríos del año para hacer caldo para toda la familia. Sin embargo, con el paso de los años, la olla exprés ha ido desapareciendo progresivamente, demostrándonos que podemos cocinar un plato de cuchara delicioso sin necesidad de sacar toda la artillería. Con estas premisas, hoy os descubro la receta de caldo de pollo que está lista en 10 minutos y aporta mucho colágeno a nuestro organismo. 

El truco para que el caldo de pollo esté delicioso en tan solo 10 minutos

Quizás pensemos que para hacer un buen caldo se necesita mucho tiempo (y experiencia) para bordarlo, sin embargo, hoy os mostramos que podemos lograr un resultado de película en tan solo 10 minutos de reloj. Lejos de mostrar una receta sin más, os descubriré un truco que me enseñó mi madre hace unos años y, desde que lo hago, todo ha tomado una nueva perspectiva. A sabiendas que el tiempo es muy preciado, lo vamos aprovechar al máximo -al igual que todos nuestros ingredientes-. 

Por ello, vamos a usar la carcasa de un pollo asado para crear este caldo rápidamente con un resultado delicioso. Ya sea para tomarlo sin más (sin importar la época del año) o para congelarlo para futuras recetas, también puede servirnos para crear platos de cuchara, sopas, arroces... lo que queramos.

Además de la carcasa del pollo asado, si tenemos a mano su jugo o la salsa sobrante, el resultado mejorará (y mucho). Con la ayuda del vinagre de manzana, lo que haremos será extraer al máximo el colágeno del caldo de huesos de pollo, así que, ¿qué más podemos pedir?

Ingredientes necesarios

• 1 carcasa de pollo asado
• 1/4 de cebolla
• Medio puerro
• 1 zanahoria
• 2 dientes de ajo
• 1 hoja de laurel
• Sal
• Vinagre de manzana (1/2 cucharadita por cada litro de agua)
• Agua

Paso a paso (toma nota)

1. Empezaremos pelando la zanahoria, el puerro y la cebolla, y una vez listos los cortaremos en trozos medios (ni muy grandes ni muy pequeños).
2. Añadiremos estas verduras peladas y cortadas junto con la hoja de laurel a un recipiente grande que disponga de tapa y sea apto para llevarlo al microondas. Hay firmas especiales para este tipo de electrodoméstico como los de la marca Pyrex, aunque en el mercado podemos encontrar otras versiones más económicas e igual de funcionales.
3. Vamos a cubrir el recipiente con agua dejando un par de centímetros por debajo del borde. Ese se convertirá en nuestro tope (o medidor).
4. Tapamos el recipiente y lo ponemos en el microondas para cocinarlo a máxima potencia durante 10 minutos (sin parar).
5. Pasado ese tiempo, y con cuidado de no quemarnos ya que el recipiente estará muy caliente, lo retiramos del microondas y sacamos los huesos así como los trozos grandes. Podemos optar por la ayuda de una espumadera para que sea más fácil.
6. Acto seguido, colamos el caldo en un colador de malla fina.
7. El caldo se puede tomar así, sin embargo, si quieres una versión más sana, podemos dejarlo enfriar hasta que la grasa se solidifique en la parte superior. Una vez eso suceda, podremos retirarla fácilmente.

Este caldo nos servirá para infinidad de platos durante los 365 días del año, ya sea como base, como acompañamiento o como plato principal. Además, podemos usar distintas verduras en su cocción, por ejemplo, a mi me encanta el apio, por eso añado un par de trozos en el recipiente. Pero esa elección va en función del gusto de cada uno.