¿Hacerte ilusiones es bueno o malo? La ciencia tiene la respuesta

La psicología considera mayoritariamente que una actitud optimista es más favorable para la vida. Sin embargo, hay casos en que esto no es así. Una investigación ha mostrado en qué casos puede hacernos tomar decisiones equivocadas.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

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Existen la creencia que hacerse ilusiones nos ayuda a seguir adelante.

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La actitud ante la vida es un tema que ha creado bastante controversia en el mundo de la psicología. La corriente actual mayoritaria apuesta por tomarnos la vida con optimismo. Incluso hay análisis científicos que han comprobado que estadísticamente les va mejor a las personas optimistas.

Pero una cosa es el optimismo y otra el ser ilusos. Hay consenso en que hemos de tener ilusiones para seguir adelante. La vida sin ilusiones suele llevar a un pozo amargo y a riesgo de depresión. Lo que ocurre es que nada es blanco y negro, y tampoco es bueno estar siempre ilusionado. Así lo han puesto en evidencia un interesante estudio que han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Ámsterdam. ¿Cuándo podría ser perjudicial ilusionarse?

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Cuándo es bueno hacerse ilusiones

Los investigadores tenían dudas de cómo reacciona realmente la gente cuando se encuentra ante una situación de incertidumbre o de miedo en la vida. “La gente no siempre van buscando la verdad pura y dura; muchas creencias están influidas por las emociones o por lo que nos ayuda a sentirnos mejor y más seguros”, explica el profesor Joël van der Weele, coautor del estudio.

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Este profesor de Psicología Económica pone ejemplo como la creencia en una vida después de la muerte o en la mejoría de una enfermedad grave, pese a que las posibilidades puedan estar en contra del paciente. Las personas se agarran a una ilusión sobre la que no tienen ninguna garantía, pero que les reconforta.

En estos casos parece oportuna la ilusión. La humanidad ha evolucionado creyendo en esa vida futura. No en vano, apenas un 16% de la población mundial se declara ateo. El número varía mucho según el país, pero es siempre inferior a los creyentes.

De todas formas, la psicología no suele aconsejar “hacerse ilusiones en el sentido de crear expectativas irreales o distorsionar la realidad. Según la opinión más extendida, sí hay algunos casos en que una actitud optimista puede ser útil:

  • Motivarse: la ilusión para alcanzar un objetivo ayuda a trabajar más duro y persistir.
  • Mejorar la salud mental: ante el riesgo de un estrés excesivo, las ilusiones pueden dar calma y bienestar emocional.
  • Fortalecer relaciones: las mentalidades negativas suelen llevar a relaciones poco saludables, y la actitud positiva y optimista a relaciones más saludables.
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Cuándo no es bueno ilusionarse

Otro de los aspectos en los que la psicología clásica suele aconsejar el optimismo es en el momento de afrontar desafíos. En situaciones difíciles de fuerte incertidumbre, tener una visión positiva del futuro puede ayudar a crear determinación y incrementar la resiliencia.

En este aspecto, los investigadores de Amsterdam quería comprobar hasta qué punto eso era cierto. ¿Es realmente útil ser optimistas si estamos en una situación de estrés o que puede resultarnos dañina?

Los estudios previos sobre el optimismo se han centrado en aspectos positivos, como las posibilidades de que te toque la lotería. Nosotros queríamos ver aspectos negativos y positivos”, explica el profesor Van der Weele.

Los investigadores descubrieron que cuanto mayor insegura es una situación, mayor posibilidad de que las personas se vuelvan excesivamente optimistas, hasta el punto de que no tomen buenas decisiones.

Nuestro estudio demuestra muy claramente que la emoción negativa que supone la ansiedad lleva a la ilusión”, asegura el psicólogo. Es decir, que ante una situación crítica tendemos al autoengaño, pecamos de ilusos y no llevamos acciones adecuadas.

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El curioso estudio holandés

Para llegar a estas conclusiones pusieron en marcha un curioso test en el que implicaron a 1.700 voluntarios. A unos se les invitó al laboratorio y otros participaron en un juego por internet de apuestas.

A unos y otros se les enseñó un juego donde veían diferentes patrones a base de puntos y rayas. Debían averiguar cómo seguía. A los del laboratorio, si se equivocaban, recibían una descarga eléctrica (leve pero molesta). Los que jugaban en línea estaban ganando o perdiendo dinero.

El estudio encontró que las personas comenten más errores cuando el castigo (la pérdida de dinero o la descarga) son más graves que cuando son más inofensivos.

Los investigadores también probaron a ver qué pasaba cuando las personas tenían perspectivas más realistas. Lo consiguieron haciendo que los patrones del juego fueran más fáciles de reconocer, lo que redujo la incertidumbre. Aquí jugaron con mayor juicio y realismo.

La recomendación de los investigadores

La conclusión de los psicólogos es que “cuando las personas recogen más datos para saber qué puede pasar y son mejor recompensadas también son más realistas en sus decisiones”, dice Van der Weele. Como es un experto en psicología económica, lo que viene a recomendar es que los jefes den más tiempo a sus empleados y mejores incentivos si quieren mejores resultados.

La recomendación general es que, para evitar caer en el autoengaño de ilusiones excesivas, las personas han de intentar reducir la incertidumbre y la ansiedad:

  • No tomes decisiones antes de haber reunido toda la información posible para calmar la ansiedad.
  • Sigue técnicas de relajación porque fomentan un pensamiento más realista.

La gente se vuelve muy optimista cuando hay incertidumbre. Lo vemos con el cambio climático, cuando fluctúan los mercados y en temas de salud en los que muchos prefieren no hacerse un chequeo porque creen que todo irá bien”, añade el estudio.