Encontrar la felicidad es un tema universal, complejo y subjetivo, pero la ciencia ha demostrado que existen algunos factores que influyen en nuestra salud emocional y que podemos incorporar a nuestro día a día para alcanzarla. Uno de ellos consiste en un simple gesto que todos podemos hacer a diario y en varias ocasiones, que revela el secreto de los japoneses para ser más felices y vivir mejor.
Cuando experimentamos emociones positivas, como el amor, el placer, el propósito o la satisfacción, en nuestro cerebro se activan hormonas como la serotonina, la dopamina, las endorfinas y la oxitocina, conocidas como las hormonas de la felicidad.
En este sentido, Oriente ha encontrado la fórmula para liberar estas hormonas, y consiste en un método diario que te ayudará a estar más feliz, ganar confianza en ti mismo y puede mejorar tu calidad de vida en muchos aspectos. Así lo corroboran varios estudios, que se basan en 'la teoría del apego' de Harry Harlow y John Bowlby.
La teoría del apego para alcanzar la felicidad
El secreto para ser más feliz radica en la importancia del vínculo afectivo y en cómo este influyen en el desarrollo social y emocional. El psicólogo Harry Harlow y el psicoanalista John Bowlby desarrollaron la teoría del apego tras realizar dos experimentos con una colonia de monos que habían crecido sin su madre: en uno, los monos permanecían en un recinto metálico y frío, pero con comida; y en el otro, crearon una estructura que aunque no disponía de alimentos, estaba forrada de una tela suave y cálida.
Los macacos eligieron pasar la mayor parte del tiempo en el segundo recinto, lo que para Harry Harlow y John Bowlby fue una muestra clara de que el contacto físico y el afecto eran más importantes que el alimento para el bienestar.
Esta evidencia sugiere que los abrazos y el calor que nos producen son esenciales para nuestra supervivencia, y pueden aportar muchos beneficios para la salud.
Cómo los abrazos pueden ayudarte a ser más feliz
La cultura japonesa da mucha importancia a la armonía del grupo, y aunque los japoneses suelen tener pocas amistades, son muy profundas y se mantienen a lo largo del tiempo. Uno de los aspectos que favorece este tipo de relaciones es la forma en la que se saludan o muestran su afecto, cariño o aprecio hacia los demás, y es con abrazos, que juegan un papel crucial en su felicidad.
La revista National Geographic ha recopilado varios estudios que demuestran que abrazar puede mejorar tu ánimo, disminuir el estrés, reforzar tu sistema inmunológico y hasta prolongar tu vida.
La clave está en las hormonas que se generan cuando nos abrazamos o nos abrazan. Una de ellas es la oxitocina, también llamada la hormona del amor o del vínculo, que promueve sentimientos de confianza, seguridad, conexión y felicidad. La oxitocina también disminuye los niveles de cortisol y la hormona del estrés, que está relacionada con la ansiedad, la depresión o la inflamación.
Otra hormona que se genera al abrazar es la serotonina, que regula el humor, el sueño, el apetito y el dolor. Cuando liberas serotonina, te sientes más relajado, optimista y satisfecho con la vida.
¿Por qué los japoneses se abrazan a diario?
Un gesto como un simple abrazo a diario reduce el estado de ánimo negativo y mitiga los conflictos personales, fomentando sentimientos de alegría y satisfacción.
Es por eso que los japoneses valoran tanto un abrazo, pues según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, son una manera de sentir alivio, sosteniendo que aquellas personas que reciben más abrazos tienen menos probabilidades de enfermarse.
Los abrazos también pueden promover la cooperación, la generosidad y la gratitud, que son valores fundamentales para una convivencia pacífica y una vida social positiva en Japón, así como para tu bienestar.
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Los abrazos y la esperanza de vida
El estudio científico más extenso sobre la felicidad que se ha realizado, por la Universidad de Harvard, descubrió que el factor común en la vida de aquellos que se consideraron más felices era la calidad de sus relaciones.
Las personas más vinculadas con sus amigos y su familia alargaron su esperanza de vida, tuvieron un mejor estado de salud física y mental y lograron en mayor medida sus objetivos vitales.
Otro estudio canadiense examinó la relación entre los abrazos y la vejez, y demostró que las personas que recibían abrazos "todos los días", "la mayoría de días" y "algunos días" fueron más longevas que aquellas que no tenían nada o apenas contacto físico.
Es por eso que, un hábito tan sencillo y habitual en Japón como es dar un abrazo, puede ser una poderosa herramienta para sentirte más feliz y vivir más. No importa la duración o la relación que tengas con la persona a la que abrazas o te abraza, la ciencia sostiene que lo importante es hacerlo con sinceridad y a ser posible, a diario.