Qué dice la ciencia sobre tomar un vaso de leche en el desayuno

Se cierra el debate sobre la necesidad o no de tomar leche de adultos. La ciencia ha explicado con estudios rigurosos lo que aporta tomar un vaso de leche cada mañana y a quién le conviene.

Actualizado a
BEBER LECHE

La leche es de los alimentos que tiene tantos adeptos como detractores.

ISTOCK
Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

La leche es nuestro primer alimento y el de todos los mamíferos. No existen nada comparable. Es el más completo y adecuado durante las primeras etapas de la vida. El único debate abierto es si sigue siendo recomendable cuando somos adultos.

Dos motivos han puesto en duda la necesidad de seguir tomando leche. En primer lugar, que la mayoría de mamíferos ya no toman (aunque no es cierto que si les das todos la rechacen). En segundo, que es un hábito que tenemos en occidente. Mientras que en los países asiáticos no solo no toman, sino que a algunos les sienta mal.

¿Es recomendable tomar leche de adulto?

Por eso hay una corriente entre nutricionistas que consideró que la leche no es necesaria ni conveniente y que los nutrientes que aporta los conseguimos de sobra con otros alimentos. Otros especialistas limitaron el problema de la digestión de la leche a algunos pueblos asiáticos.

La clave está en una enzima de nuestro organismo, la lactasa, que es la que se encarga de metabolizar la lactosa que contiene la leche. Cuando crecemos esta enzima deja de producirse y muchos se vuelven intolerantes a la lactosa.

Sin embargo, con los pueblos occidentales se produjo una mutación genética hace más de 4.000 años que permitió que se siguiera produciendo lactasa y, por tanto, consumir productos lácteos de adultos. Se calcula que un 35% de la población tolera la lactosa.

No obstante, si la lactosa puede dar problemas digestivos a tanta población, ¿por qué insistir en tomar leche? ¿Tiene algún otro beneficio? Como es una industria potente, se hicieron varios estudios para aclararlo.

Qué beneficios aporta la leche cada mañana

Como bien sabes, en el caso de los niños no hay discusión. La Sociedad Española de Nutrición establece que los menores en edad de crecimiento han de tomar de dos a tres vasos diarios de leche. Es la mayor fuente de calcio y tiene un gran aporte de proteínas y vitaminas A y D necesarias para los huesos.

Leche

istock

Respecto a los adultos, la Universidad de Toronto realizó un estudio para analizar si la leche influía en dos de las enfermedades que más han crecido en los últimos años: la obesidad y la diabetes tipo 2. La respuesta es que sí. Tomar leche reduce el riesgo de estas enfermedades metabólicas.

  • Un desayuno de leche con cereales disminuye la concentración del azúcar en sangre (siempre que sean cereales sin aditivos, no los industriales azucarados). Si se desayunaba bebiendo agua, la glucosa en sangre era más elevada.
  • Un vaso de leche sacia y disminuye el apetito. Es decir, ayuda a adelgazar y previene la obesidad. Una proteína de la leche, la caseína, hace que la digestión sea más lenta y tardemos más horas en volver a tener gana.

¿La leche ha de ser entera o desnatada?

Otro debate que se ha abierto entre nutricionistas es sobre si la leche es mejor que sea entera, semi o desnatada. La leche entera es la única que conserva todos los nutrientes. A medida que le quitamos grasa, se pierde una parte.

El motivo inicial era que esa grasa estaba haciendo que la leche engordara mucho más. No obstante, como has visto, la leche entera consigue saciar más y evitar que picoteemos entre horas.

El otro motivo es que la leche y otros lácteos enteros, como el queso o el yogur, eran malos para la salud cardiovascular. Esta teoría también ha caído.

En el estudio, publicado en el European Heart Journal por los investigadores canadienses, recomendaban que la dieta cardiosaludable incluyera dos productos lácteos diarios. Las grasas de los lácteos se consideran mejores.

Son grasas que contiene ácidos grasos llamados de cadena media. Sin entrar en tecnicismos, digamos que son mejores porque se absorben mejor y se transforman fácilmente en energía. Estimulan el metabolismo.

Otras grasas son de cadena larga y se absorben peor en el tracto intestinal. Eso las hace menos recomendables. Esas otras grasas son las que más se acumulan, favorecen el colesterol y el riesgo de tener ictus e infartos.

Por tanto, si no eres intolerante a la lactosa, puedes tomar leche entera o semi sin problemas, y aprovechar todos sus nutrientes.

Loading...