¿Te hacen chantaje emocional? Formas de protegerte para que no te manipulen

Hay formas muy sutiles de hacer chantaje emocional. Tanto que a veces ni somos conscientes de que nos están manipulando. Es importante reconocer el chantaje y aprender a decir que no sin sentirnos culpables por ello.

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Pareja discutiendo

El chantaje emocional es una forma de manipular a otra persona.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Hay muchas formas de ejercer la violencia. La que provoca más repudio es la violencia física, por supuesto. Sobre todo cuando se ejerce contra seres indefensos. Aunque no podemos ni debemos dejar pasar otros tipos de daños como son los que provoca la violencia psicológica.

El chantaje emocional es una de las formas habituales, más mezquinas de ejercer esta violencia, porque utiliza el amor para manipular y controlar. El chantajista, por tanto, va a ser una persona que nos es cercana y querida.

El chantajista puede actuar de una forma muy burda y directa, con amenazas e intimidaciones. Sin embargo, hay veces que es tan sutil que ni vamos a ser conscientes de que nos están chantajeando o intentando manipular y controlar.

Qué tipos de chantaje emocional hay

Por eso es importante que estemos atentos a todo tipo de signos que pueden llevarnos a concluir que sufrimos chantaje emocional. Frases en apariencia tan inocuas como tú verás”, “luego no me digas que no te he avisado” o “si me quisieras, no lo harías pueden buscar ese control.

Estas frases tiene el objetivo de despertar la sensación de culpa o el miedo para lograr que la persona ceda a la voluntad del manipulador”, explica la psicóloga Rosario Linares, directora del gabinete El Prado Psicólogos.

El daño que puede hacernos es variado. Puede ser una pequeña extorsión sin muchas consecuencias o un daño que, si la manipulación es constante y duradera en el tiempo, puede afectar nuestra autoestima y dañarnos de forma profunda a nivel psicológico.

Parejas rompen

Istock

Podemos encontrar hasta siete tipos diferentes de chantajes emocionales:

  1. El castigador: se basa en el miedo. Es el típico de “atente a las consecuencias”.
  2. El abandono: relacionado con el anterior, la amenaza de acabar la relación.
  3. El victimista: te hace sentir culpable.
  4. El seductor: uno de los más difíciles de detectar, porque recurre a su encanto y cariño para manipular.
  5. El silencioso: manipula a base de ignorar y retirar el cariño.
  6. El comparativo: te compara con otras personas para hacerte sentir mal.
  7. La victimización: el chantajista se presenta como mártir y te hace responsable.

Hay otros chantajes más directos, que se apartan algo, aunque se dan igualmente dentro de las relaciones cercanas. Por ejemplo, el económico, si dependemos de su dinero, y la manipulación de seres queridos, como hijos o padres.

Cómo detectar al chantajista emocional

La psicóloga Linares apunta varios rasgos del comportamiento que nos permitirán hacer sospechar que somos víctimas de un chantajista emocional:

  • Exigen demasiado. Normalmente exigencias que además no se corresponden con nuestros propios deseos o necesidades. No importa que hayamos cedido ya una o varias veces, suelen querer más.
  • Son tercos. Casi nunca ceden ante las diferencias de opiniones. Presentan batalla. Y atención porque su forma de reaccionar no tiene que ser discutir. Hay otras formas más sutiles de plantear el disgusto, como llorar o dejar de hablarnos.
  • Tergiversan las palabras. Nos hará asumir que somos mala persona por no ceder. Cambiará el discurso cuando le recordemos las veces que hemos cedido antes y se hará la víctima o nos hará dudar de nuestra memoria.
  • Amenazan de muchas formas. Es continuo y no siempre de forma directa. Exageran el sufrimiento que le traerá no hacerle caso o amagan con romper la relación.
  • No le preocupan más que sus problemas. No siempre es un egoísta de manual, puede hacer creer que se interesa por tus problemas. Pero pondrá sus preocupaciones por encima de todo y te obligará a asumirlas y cargar con ellas.
  • Saben tus puntos débiles. Sabe dónde más te duele, como te puede afectar más algo y lo usa para manipular. Repasa cuantas veces las ha utilizado.
  • Son prepotentes. Suelen dominar la conversación o, al menos, lo intentan. Les molesta si dudamos de que tienen razón.
  • Cambian de humor fácilmente. En cuanto no actuamos como quieren, pasan de la alegría a la tristeza o la rabia.

Cómo protegernos del chantaje emocional

Es importante todo lo anterior, porque si no reconocemos al chantajista ni el tipo de chantaje que estamos sufriendo, difícilmente vamos a poder defendernos de él. Y una vez nos reconocemos en los puntos anteriores, es importante no culpabilizarnos de nuestro error. Lo importante es que ya podemos volver a tomar el control.

La psicóloga Linares da cuatro estrategias para hacer frente al chantaje:

  • Convierte al manipulador en el foco de atención. Haz que se autoanalice. ¿Es justo lo que pides? ¿Es razonable? Esta técnica puede hacerle reflexionar en algunos casos si el manipulador no es un psicópata.
  • Date tiempo para meditar. El chantaje es más efectivo si es inmediato. Si le dices que te lo pensarás, ganas tiempo. Evalúa bien los pros y contras. No querrá pero no se lo niegas y te permite reflexionar.
  • Aprende a decir no. Estás en tu derecho y es importante que puedas negarte sin sentirte culpable. Si quieres una negativa suave, amable, razonada, pero negativa al fin. Eso sí, “no des demasiadas excusas que el chantajista pueda usar en tu contra y demuestren indecisión”, apunta la psicóloga.
  • Justifica tu punto de vista. Hazle entender las consecuencias que tendría para ti si cedieras. Explícale cómo te hace sentir su insistencia. Si no las acepta, déjale claro que no eres responsable de sus actos.

Al empoderarnos, asumir el control de nuestros actos, podemos fortalecer la relación personal con esa persona o darnos cuenta de que estamos ante un manipulador sin remedio y que es una relación tóxica. En ese caso, mejor salir de ella.

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