Cada 30 de abril se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, una jornada destinada a alertar y sensibilizar a la población sobre los riesgos que supone la exposición prolongada a altos niveles de ruido, sea cual sea su origen: ruido ambiental, en el puesto de trabajo, en los lugares de ocio y recreo, en las viviendas…
Seguro que alguna vez has vivido un momento de silencio al salir de un lugar bullicioso y te ha venido un repentino sentimiento de calma y bienestar. El ruido no es inocuo. Más allá de que pueda llegar a unos decibelios en que sea incluso peligroso para nuestros oídos, el ruido constante nos afecta.
Es lo que apuntan desde la Sociedad Española de Acústica. “El ruido no solo molesta, sino que también enferma”, señalan. Por eso, bajo el lema “Qué a gusto sin ruido”, plantean la necesidad de que las administraciones públicas, agentes sociales y la ciudadanía en general nos conjuremos para conseguir una sociedad con una mayor protección acústica.
Qué enfermedades provoca el ruido
Entre los efectos más frecuentes de la contaminación acústica se encuentran la molestia severa y tres tipos de trastornos que pueden tener repercusiones graves en la salud:
- Los trastornos del sueño. El ruido nos puede impedir conciliar el sueño (insomnio crónico) o hacer que no consigamos alcanzar un sueño profundo. El sueño profundo es fundamental para que el cuerpo se regenere. A medio plazo un descanso poco reparador afecta a la calidad de vida y aumenta el riesgo de muerte prematura.
- Los riesgos coronarios. “El ruido incrementa los niveles de estrés y ansiedad, lo que puede contribuir a decenas de enfermedades cardiovasculares”, destacan los otorrinolaringólogos. Hay varios estudios que relacionan el ruido con un mayor riesgo de hipertensión y afectaciones cardiacas. Por cada 10 dB más de ruido se incrementa un 12% el riesgo de sufrir un infarto.
- Problemas de salud mental: irritabilidad, insomnio crónico y un aumento de los niveles de estrés y ansiedad por ruido son el cóctel que puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas.
Los otros efectos del ruido
El problema tiene tal magnitud que el ruido está como la segunda causa ambiental que provoca más enfermedades en Europa. La primera es la contaminación atmosférica.
Estudios de la Fundación Española del Corazón señalan como el ruido ambiental no solo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También han detectado problemas cognitivos (especialmente en niños) o la pérdida de audición.
Hay varios estudios que alertan sobre la costumbre de ir siempre con cascos para aislarnos del ruido ambiental. Si bien, los cascos con cancelación de ruido externo son una herramienta eficaz para reducir el estrés, tienen sus peros.
Hay que vigilar el volumen de la música, es decir ese “ruido” buscado. El volumen excesivamente alto es algo que puede traer más problemas de audición.
La exposición a sonidos altos constantes también dispara un 11% el riesgo de padecer diabetes por cada aumento de 10 dB por encima de lo recomendable.
Cuál es el principal origen del ruido
La principal fuente de contaminación acústica a nivel europeo es el tráfico rodado, y, tan solo en España, afecta a cerca de 5 millones de ciudadanos, que lo padecen día y noche.
Así lo reflejan los datos de la Agencia Europea del Medioambiente, que destaca como el tráfico en carreteras provoca que al menos el 10,3% de los españoles estén expuestos a niveles de ruido superiores a los 55 dB, la frontera entre lo considerado tolerable y nocivo para la salud.
El tráfico suele estar entre los 70 y 80 dB. En comparación, las conversaciones gritando son de 60 dB y las sirenas de emergencia de 80-90 dB.
Como solución a este problema, el uso de vehículos eléctricos o reducir los límites de velocidad son opciones que cada vez están más extendidas por las urbes europeas.
Además, la tecnología para facilitar la conducción y reducir el tiempo al volante en zonas urbanas es útil. En concreto, el uso de nuevas aplicaciones. Sistemas para encontrar la ruta más corta, como Google maps, y otros como EasyPark, que muestra al conductor las calles donde hay más probabilidad de aparcar, pueden ayudar a reducir el tráfico.