Una primavera lluviosa junto a un mayo especialmente caluroso han permitido que se den las condiciones excelentes para la proliferación de insectos. Especialmente de mosquitos, que, como sabes, utilizan las charcas y zonas de agua para poner sus huevos.

Las autoridades sanitarias esperan que el número de plagas este año sea especialmente alto. Y con ellas el riesgo de las enfermedades que transmiten. Coincidiendo con el Día Mundial de Control de Plagas, este 6 de junio, conviene hacer un recordatorio.

No podemos tomarnos estas plagas como la molestia tradicional de cada verano. Los mosquitos ya transmiten en la península Ibérica enfermedades que considerábamos exóticas, como: el virus del Nilo Occidental, el dengue, el zika o el chikingunya. Enfermedades que provocan brotes esporádicos. Pero que, con el calentamiento global, están aquí para quedarse.

Las dos enfermedades que más crecen

El mosquito tigre ya no da titulares de prensa porque se ha hecho habitual, no solo en España, sino incluso más al norte de Europa. Es endémico. Se ha quedado y además con mucha capacidad de reproducción porque no necesita estanques o pantanos para reproducirse. Le bastan los platitos de las macetas o charcos.

El mosquito tigre es transmisor del zika, el dengue y el chikungunya. “Enfermedades cada vez más presentes en nuestro país”, como ha apuntado Andreu García, vicepresidente de la Asociación Catalana de Empresas de Salud Ambiental.

Hasta hace pocos años los médicos de enfermedades tropicales veían algún caso importado por turistas. Estos últimos veranos ya hemos tenido brotes autóctonos, después de recibir la picadura del mosquito.

El mosquito común, que ya teníamos, se ha vuelto transmisor del virus del Nilo Occidental. Esta enfermedad que el año pasado dejó el año pasado más de 150 infecciones y 11 muertes. En Sevilla este brote provocó auténtico pánico.

Hemos de actuar de manera diferente

“Esperamos que empiece a aumentar mucho ahora el número de mosquitos con la subida de las temperaturas”, ha explicado Jordi Figuerola, investigador de Doñana, en declaraciones a ‘El Confidencial’. Se están haciendo controles diarios en Andalucía, en busca de algún mosquito que tenga el virus del Nilo.

Si se detecta este mismo junio sería un aviso de alarma, porque querrá decir que puede expandirse mucho en los próximos meses. Los expertos confían en que no haya detección hasta mediados de julio, al menos. Eso significaría un mejor control de la plaga y la enfermedad.

En cualquier caso, las autoridades sanitarias ya han apuntado que tenemos que cambiar de paradigma sobre las picaduras de mosquito. Ya no son únicamente una molestia, sino un riesgo de enfermedades que pueden ser graves.

Hemos de protegernos en casa como lo hacemos cuando vamos de turistas a otros países de riesgo:

Repelente de insectos, procurar llevar ropa de manga larga, que deje poco espacio de piel al descubierto, evitar dejar agua estancada y colocar mosquiteras en las ventanas.

Otras plagas que también crecen

Cucarachas

La plaga de mosquitos no será la única a la que tendremos que estar atentos. También se espera un aumento de las cucarachas. La más común es la cucaracha americana. Es la de color marrón. En ámbitos urbanos y sobre todo en cocinas la que más se ve es la cucaracha alemana, más pequeña y de un tono amarillento.

Garrapatas

El otro foco de atención es la garrapata. En los dos últimos años ha crecido en zonas urbanas especialmente de Cataluña. La garrapata puede ser transmisora de una enfermedad muy grave, la fiebre hemorrágica de Crimea.

En este sentido, se ha de ser precavidos y no alarmistas. Hubo un pequeño brote de tres casos en zonas rurales de Castilla y León en verano de 2020.

La principal preocupación de la garrapata sigue siendo que puede ser transmisora de otras infecciones: la enfermedad de Lyme (con afectación al sistema nervioso si no se ataja a tiempo) o la fiebre botonosa mediterránea (más benigna).

Además, el aumento de mascotas en los hogares hace que cada vez le sea más fácil entrar en nuestras casas.