Soy nutricionista y te enseño mi truco para hacer el bizcocho más fácil, delicioso ¡y sin azúcar!

A nadie le amarga un dulce, dice el refrán. Y es bien verdad porque seguramente es uno de los mejores placeres que existen. ¿Sabías que genera tanto bienestar porque el azúcar activa el sistema de recompensa del cerebro que hace que liberes dopamina, la hormona del placer? Y si tuviéramos que elegir un dulce tan básico como universal, que gusta tanto a adultos como a niños, probablemente muchos elegiríamos un buen bizcocho casero. El olor que desprende mientras se cocina en el horno ya nos hace la boca agua. ¿Quién puede resistirse a un trozo de bizcocho recién hecho a media tarde o, por qué no, para desayunar aunque sea de vez en cuando?

Pero lo cierto es que solemos privarnos de este placer porque, no lo vamos a negar, los pasteles contienen muchas calorías, grasas saturadas y azúcares libres. Ahora bien, tanto los bizcochos como la repostería puede ser una opción más ligera y también más saludable si pones las manos en la masa y los preparas tú mismo.

Razones para hacer un bizcocho casero

No me extraña que muchos se priven de comprar un bizcocho del súper porque si lees la lista de ingredientes es para pensárselo. Grasas hidrogenadas, aceites vegetales como el aceite de palma, conservantes, edulcorantes...

Ya no es que el bizcocho sea calórico, es que, por ejemplo, las grasas hidrogenadas o el aceite de palma son muy dañinos para la salud según han demostrado muchos estudios. Por no hablar de los conservantes, saborizantes, edulcorantes y otros aditivos que, aunque están permitidos y cumplen con la normativa europea, no son precisamente ingredientes naturales beneficiosos para la salud.

Cómo hacer el bizcocho sin azúcar de Marta Verona

La nutricionista Marta Verona tiene la clave para disfrutar de un delicioso y ligero bizcocho. Solo tienes que utilizar estos ingredientes:

• En lugar de harina refinada, elige una harina integral de trigo o una harina de frutos secos. Ambas son ricas en fibra, un nutriente que en realidad lo que hace es dificultar el paso de azúcar a la sangre. Por eso, aunque el bizcocho integral tenga las mismas calorías que el de harina refinada, las aprovechas menos y también te engorda menos.
• Sustituye la mantequilla por aceite de oliva. La mantequilla es una gran fuente de vitamina A, D o E pero también es rica en colesterol. Todo lo contrario del aceite de oliva ya que es una grasa muy beneficiosa para el corazón. Recuerda que el mejor aceite de oliva es el virgen extra porque aporta todos los antioxidantes.
• Utiliza un puré a base de frutas: plátano, dátiles o higos en lugar de azúcar. Le dará el toque dulce pero aportará las vitaminas y la fibra de la fruta. Ten en cuenta que el azúcar blanco solo aporta calorías vacías, que son calorías sin ningún nutriente beneficioso para la salud.
• Añade a la masa especias como la canela, la vainilla, el anís o el cardamomo. Son muy aromáticas y le dan un toque dulce sin añadir azúcar.
• Incorpora también a la masa frutos secos y semillas. Estos ingredientes le dan un punto crujiente al bizcocho. Y con el crujiente pasa como con el azúcar, que estimula las zonas del placer del cerebro, además de añadir sabor al bizcocho. No hay que olvidar que tanto los frutos secos como las semillas son muy ricos en fibra, lo que hará que te sientas más saciado comiendo menos cantidad. La fibra se hincha en el estómago, por eso tienes la sensación de estar lleno, y ayuda a ir al baño.

El truco de los dátiles

Marta Verona propone sustituir el azúcar del bizcocho por fruta y se decanta especialmente por los dátiles.

El dátil se considera un superalimento porque proporciona una gran cantidad de energía pero mucha fibra (9 gramos por 100 gramos de alimento), por eso sus azúcares se liberan poco a poco en la sangre.

Pero a pesar de ser calórico, contiene menos calorías que el azúcar: 300 kcal por 100 g, mientras que el azúcar aporta 400 kcal.

Su dulzor es suave, lo cual es interesante para acostumbrarnos a otro tipo de sabores diferentes al del azúcar blanco.

Para utilizarlo en tus bizcochos, Marta Verona aconseja sustituir la cantidad de azúcar por la misma cantidad de dátiles o incluso menos para entrenar el paladar a comer menos dulce. Ponlos en remojo unos 10 minutos, tritúralos y añade el puré a la masa. No sufras porque la masa quede húmeda porque la harina integral absorberá el agua sobrante.