Las personas más felices realizan a diario estas tres pequeñas grandes cosas que recomienda Harvard

Algunos pequeños gestos diarios pueden ayudarnos a ser más felices. Harvard nos da tres claves que puedes aplicar a fácilmente cada día. ¡Toma nota!

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Diana Llorens
Diana Llorens

Periodista

La felicidad es el objetivo de muchos, pero que resulta muy difícil de definir. A cada uno de nosotros nos generan felicidad cosas distintas y, además, estas suelen efímeras. En lo que sí que podríamos coincidir es en aquellos planes, gestos y acciones que nos hacen sentir alegría, plenitud y bienestar, tanto a nivel físico como emocional.

Todos queremos ser felices, pero… ¿Cómo? La Universidad de Harvard ha compartido tres claves que pueden ayudar considerablemente a aumentar la sensación de felicidad y a disfrutar más de la vida. Los expertos recomiendan empezar poniendo en práctica una de ellas, la que más te guste, y después probar las otras (una semana cada una), para comprobar cómo te ayudan a aumentar tu felicidad diaria. Te contamos en qué consiste cada una de ellas.

1. Disfruta de los pequeños momentos

No te suena el despertador y, ¡oh no!, llegas tarde al trabajo; empieza a llover y no llevas el paraguas; te olvidas el móvil en casa y, sí, tienes que volver a por él… Son muchas las pequeñas cosas diarias que vivimos como grandes 'tragedias' y que pueden arruinarnos el día, pero también hay muchas otras accesiones que pueden alegrárnoslo y a las que a veces no prestamos la suficiente atención.

HORMONAS FELICIDAD

Debemos ser capaces de cambiar el foco y detenernos a disfrutar de los pequeños momentos cotidianos que nos aportan bienestar y alegría: una tarde leyendo un libro interesante, escuchar tu podcast favorito, una cena con la familia, un café con tus amigas… Tal como aseguran los expertos de Harvard, hay estudios demuestran que apreciar los pequeños momentos placenteros es una de las claves que pueden hacerte sentir más feliz.

Además, debemos felicitarnos y celebrar nuestros pequeños logros diarios, ya sea acabar una tarea laboral que teníamos pendiente o una pequeña meta en el gimnasio.

Y es que a menudo asociamos la felicidad con los grandes acontecimientos de la vida: una boda, un nacimiento, un gran éxito laboral… pero, si bien estos hitos son importantes, no podemos relegar nuestra felicidad a estas situaciones tan ocasionales que ocurren muy pocas veces en la vida. No es ningún secreto que la felicidad también está hecha de pequeños momentos cotidianos, que al final son estos, precisamente, los que conforman la mayor parte de nuestra vida.

2. Haz ejercicio al aire libre

La salud y la felicidad van de la mano y, como ya sabrás, uno de los mejores hábitos para mejorar la salud es el ejercicio físico, porque ayuda a controlar el peso, fortalece el corazón, los huesos y los músculos, y, a la vez, mejora el estado de ánimo, entre otros muchos beneficios.

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El ejercicio aeróbico (como por ejemplo caminar, ir en bicicleta o correr) libera 'hormonas de la felicidad' que mejoran el estado de ánimo y el bienestar y pueden ayudar a disminuir el estrés. Además, la contracción repetitiva de los músculos que ocurre al andar, nadar o hacer yoga, entre otros, aumenta los niveles de serotonina una hormona importantísima de nuestro organismo al ser una de las grandes responsables de nuestra felicidad.

Ahora bien, ¿cuánto ejercicio físico debemos realizar? La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos realicemos entre 150 y 300 minutos semanales de actividades físicas aeróbicas moderadas (o entre 75 y 150 minutos si son intensas) y actividades de fortalecimiento muscular 2 o 3 días a la semana. Puedes ir intercalando las rutinas de cardio con las de fuerza o, si lo prefieres, dedicar 5 o 10 minutos a hacer cardio después de tu entrenamiento con peso.

Eso sí, según indican desde Harvard, un estudio asegura que solo 90 minutos semanales de ejercicio ya proporcionan mejoras en el estado de ánimo similares a las de un antidepresivo. Noventa minutos es el mínimo que deberías hacer. Con 15 minutos de ejercicio al día puedes beneficiar tu salud, tanto física como mental.

Si al ejercicio le sumamos pasar tiempo al aire libre, el éxito está asegurado. Está demostrado que el contacto con la naturaleza es bueno para nuestra salud física y mental. El contacto con espacios verdes (parques, bosques, prados…) y con zonas azules (ríos, playas, canales…) tiene un efecto terapéutico: reduce el estrés, combate la depresión y la ansiedad, mejora el bienestar y estado de ánimo, además de ayudarnos a respirar mejor y fortalecer nuestro sistema inmunitario.

Incluso se ha visto en un estudio científico que el solo hecho de mirar el verde de los árboles a través de una ventana de hospital acelera la recuperación de los pacientes tras una operación. Ahora deberías sentirte motivado para salir a hacer ejercicio, así que, ¡a por ello!

3. Quita importancia a las decisiones

Tener donde escoger siempre está bien. ¿Te imaginas una vida en la que no pudieras decidir ni opinar sobre nada? ¿En la que todo te viniera elegido por otros? Sería muy monótono y aburrido, ¿no crees?

Ahora bien, tener demasiadas opciones o decisiones que tomar tampoco es algo positivo, porque también nos genera más preocupaciones y, por lo tanto, más estrés. Además, los expertos de Harvard explican que, de acuerdo con las investigaciones, las personas a las que se les dan más opciones entre las que elegir, tienen más oportunidades de arrepentirse.

Las decisiones importantes son las que generan más preocupación, pero las pequeñas decisiones del día a día, por pequeñas que sea o insignificantes que parezcan, también nos restan tiempo y pueden pasarnos factura. Es por ello que tenemos que aprender a relativizarlas e invertir el menor tiempo posible en ellas. ¿Cómo? Te lo contamos.

Una forma para empezar a desprendernos de la preocupación de elegir constantemente es limitar el tiempo que dedicamos a aquellas decisiones que, si nos equivocamos, no nos comportarán consecuencias importantes. Y una vez tomada la decisión definitiva, no dudar y seguir adelante con ella. Cuando empieces a hacerlo verás cuanto tiempo y dolores de cabeza te ahorras tanto tú como los que te rodean.

A aquellas personas que, aun relativizando las decisiones, no pueden evitar tener que tomar un gran número a diario, pueden tomarse un tiempo para ellos al practicar retiros espirituales o de meditación, en los que lo único que tienen que hacer es trabajar su paz mental, sin interferencias ni preocupaciones, al menos por unos días.

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