Claves para desengancharte del móvil y recuperar tu vida

Se ha convertido en casi una extensión de nosotros mismos, y esto puede llevarnos a usarlo sin mesura. Muchos no se dan cuenta pero tienen tanta dependencia que se puede hablar ya incluso de adicción. Pero hay formas para controlarlo.

Actualizado a
estres tecnologico

Mujer mirando el móvil

Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

¿Cuantas horas pasas al día consultando tu smartphone? Si echas la cuenta, probablemente la cifra te acabe sorprendiendo, sobre todo si la comparas con el tiempo que usabas tu móvil hace tan solo unos años.

Lo cierto es que cada vez podemos hacer más cosas con él, y esto puede llevarnos a un uso menos racional de las nuevas tecnologías.

Buena muestra de ello son los datos de una encuesta de un conocido portal en la que han participado más de 2.000 personas. Según este sondeo, más de la mitad de los españoles asegura que mirar el móvil es lo primero y lo último que hace cada día.

Pero eso no es todo: según nos explica Enric Puig Punyet, filósofo y autor de “La gran adicción” (Arpa Editores), hay estudios que sugieren que los españoles pasamos de media unas 10 horas al día conectados a Internet.

¿Tienes un problema con el móvil?

Tener un móvil entre las manos es un gesto habitual en la inmensa mayoría de personas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 98% de los hogares de nuestro país ya hay, al menos, un teléfono móvil.

Ya existe un nombre oficial a la fobia de estar sin el móvil: nomofobia

Con cifras como estas no es de extrañar que cada vez se hable más de conceptos como phubbing (ignorar a tu entorno porque le estás prestando más atención al smartphone) o nomofobia (el miedo a estar sin móvil).

Según datos del Instituto Psicológico Desconecta, especializado en adicciones, el 77% de los españoles sufre algún grado de nomofobia. Y es que, a tenor de un análisis de IMF Business School, cada vez lo usamos de una forma más irracional. Algunas de las cifras que recoge son sorprendentes:

  • 1 de cada 4 españoles no desconecta el móvil durante las relaciones sexuales.
  • Más de la mitad de los usuarios (el 53%) sufre ansiedad cuando se queda sin batería o lo pierde.
  • 1 de cada 3 cree que su pareja dedica más tiempo al móvil que a cuidar su relación.

Este abuso, incluso, puede favorecer la aparición de trastornos físicos: problemas de vista, dolor de cervicales…

Cómo cambia nuestra forma de ver el mundo

“Uno de los problemas de los teléfonos móviles con conexión a Internet es que se convierten en extensiones de nuestros propios cuerpos: esto puede aportarnos algunas ventajas, pero también muchos inconvenientes”, afirma Puig.

Algunos de ellos son:

  • Cada vez vivimos menos para nosotros mismos.El selfie y la tendencia a documentar nuestra vida para llenar las redes sociales muestra un cambio en nuestra relación con el mundo”, explica el experto.

































“Lo que sucede en el mundo para mí pasa a ser menos importante que lo que yo hago en el mundo para los ojos de los demás”

, aclara.

  • Pueden mermar, incluso, algunas de nuestras características biológicas, como el sentido de la orientación, apunta el filósofo.

Cómo lograr un uso más racional del móvil

Para conseguir "desengancharte" de esta dependencia al móvil, lo primero que hay que hacer es despertar nuestra capacidad crítica y saber distinguir en qué casos usarlo nos beneficia o nos perjudica.

“Hay que pasar por un filtro crítico de análisis cada una de las aplicaciones y los usos que le damos a esta navaja suiza que parece servirnos para todo”, subraya Puig.

Enric Puig estuvo dos años sin teléfono con acceso a Internet y sigue sin redes sociales

Y aunque, según el experto no hay consejos prácticos que sirvan para todo el mundo, los siguientes pueden orientarte si quieres reducir el tiempo que le dedicas y tu nivel de dependencia.

  • Desactiva las notificaciones. Puede ser un buen primer paso para empezar a no estar tan pendiente del móvil, sobre todo si lo que utilizas con más frecuencia son las redes sociales.
  • Que no esté siempre a mano. Aunque lo silencies (otra opción que puede ayudarte a no estar en alerta continua), su mera presencia ya altera el funcionamiento del cerebro, según un estudio de la Universidad de Texas (EE. UU.).
    En concreto reduce la atención, la memoria de trabajo y la inteligencia funcional en comparación con las personas que lo tienen en otra habitación, concluyen sus autores.
  • Recupera tu antiguo despertador. Usar la alarma del smartphone implica que esté cerca también en la cama. Y esto favorece que lo consultes tanto a última hora de la noche (lo que dificulta un sueño reparador) como a primera de la mañana.
  • Si tienes fijo en casa, aprovéchalo. Son muchos los que dicen no apagar el móvil por la noche “por si pasa algo”. Pero si tienes teléfono fijo puedes informar a tus familiares y amigos más cercanos que ante una situación de urgencia nocturna es ahí dónde deben llamar.

Tener un número de teléfono fijo "por si pasa algo" hará que puedas apagarlo en casa

  • Controla el tiempo que pasas en las apps. Cada vez son más las voces que abogan por un uso racional de las redes y, para facilitarlo, existen herramientas que se pueden instalar en el móvil que limitan el tiempo que se pasa en ellas. También hay otras que las agrupan para poder manejarlas de forma más eficaz.

Por último, tal y como remarca Enric Puig, todos los testimonios recogidos en su libro “La gran adicción” coinciden en que distanciarse por un tiempo de Internet y del móvil conlleva darse cuenta de algunos ritmos poco naturales a los que nos hemos acostumbrado de forma completamente acrítica.

Esto, sin duda, favorece que nuestra relación con este tipo de dispositivos sea mucho más racional.