Los pies necesitan unos cuidados específicos cuando el frío es intenso. Las bajas temperaturas contraen los vasos sanguíneos y ralentizan la circulación, por eso en invierno hay más riesgo de sufrir sabañones en los pies. Por otro lado, si persiste la sensación de frío a pesar de abrigar los pies, podría ser un síntoma de algún trastorno grave.
El Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) ha elaborado unas recomendaciones a tener en cuenta para cuidar nuestros pies en invierno. Todos deberíamos ponerlas en práctica, pero en especial los niños, las personas mayores, aquellas que hacen deporte o personas dibéticas que son más vulnerables a sufrir problemas de salud debido a sus pies.
1. elige un calzado que no empeore la circulación
Elegir un calzado adecuado es la premisa número uno para unos pies sanos, pero las recomendaciones varían según la época del año.
Si en verano se alerta del riesgo de llevar chanclas o sandalias que no sujeten bien el pie, ahora hay que insistir en elegir un calzado que sea de la talla correcta:
- Ni suelto ni apretado. El calzado no debe quedar holgado porque forzaríamos la musculatura al andar, pero tampoco debe apretar ya que dificultaría la circulación o causaría rozaduras.
- A prueba de caídas. Lo ideal es que sea de materiales naturales, transpirable, impermeable y con suela antideslizante. Este último detalle es muy importante para evitar caídas en suelos húmedos, algo habitual en invierno.
- De tacón ancho. Si te gusta llevar zapatos de tacón, procura que no superen los 7 cm de altura y que el tacón sea lo más ancho posible.
- La importancia de los calcetines. También es muy importante elegir calcetines de fibras naturales, que permitan una buena transpiración y eviten el exceso de sudoración.
2. activa el riego sanguíneo de los pies
Ahora más que nunca, es importante activar la circulación de los pies ya que con el frío se vuelve más lenta y dificulta el retorno venoso.
Mantén las piernas en alto durante unos minutos, camina de puntillas o simplemente mueve los pies mientras estás sentado.
Las duchas alternas de agua fría y caliente estimulan la circulación.
3. no acerques los pies a fuentes de calor
¿Llegas con los pies helados a casa y deseando ponerlos cerca del radiador?
Las fuentes de calor directas como puede ser una estufa o una bolsa de agua caliente no son aconsejables para tus pies. Los cambios bruscos de temperatura favorecen la aparición de sabañones y otras anomalías en la piel.
Cuando notes los pies fríos, masajéalos bien con una crema. Activarás la circulación, entrarán en calor y los hidratarás.
4. incluye alimentos saludables para tus pies
Una correcta hidratación favorecerá el riego sanguíneo y evitará que tus pies se enfríen. Bebe agua, toma infusiones o caldos vegetales...
Los alimentos con vitamina C, E y K, y especias como la cayena, la cúrcuma, la canela o la pimienta, también son beneficiosos porque ayudan a que fluya más sangre a tus pies.
5. Evita hábitos dañinos que perjudican los pies
Del mismo modo que algunos alimentos son buenos para la salud general y para tus pies en concreto, otros productos como el alcohol o el tabaco pueden afectarles de forma negativa.
Tampoco conviene un exceso de cafeína, que puede comprimir los vasos sanguíneos, o de marisco, que aumenta el ácido úrico.
6. enfermedades que provocan pies siempre fríos
Si la sensación de frío en los pies es muy persistente, podría ser una señal de alguna dolencia grave que debes consultar con el médico.
- Fenómeno de Reynaud. Es un trastorno de los vasos sanguíneos que afecta a los dedos de las manos y los pies.
- Arteriosclerosis. Los pies fríos pueden ser un síntoma de esta enfermedad en que la circulación se dificulta por la acumulación de colesterol en las arterias.
La sensación de pies fríos también puede ser una señal de enfermedades como la anemia o la fibromialgia.