Hay una "ración" de estrés positiva que te hace ser resolutivo y tomar decisiones, te motiva, aumenta tu creatividad y mejora la concentración.
El estrés crónico se ha relacionado siempre con todo tipo de problemas de salud: insomnio, hipertensión, obesidad, enfermedades cardíacas... Pero el estrés no siempre es negativo. Un estudio de la Universidad Case Western Reserve ha descubierto que un poco de estrés puede tener un efecto protector en el organismo.
"Este es uno de los pocos estudios que muestran que el estrés crónico podría tener un efecto beneficioso en lugar de un efecto negativo, lo cual ha sido una sorpresa para nosotros", ha señalado Fabio Cominelli, autor principal del estudio.
Un poco de estrés activa las defensas
El equipo de investigadores estudiaba cómo influye el estrés psicológico en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) cuando descubrió sus efectos positivos.
Se había demostrado anteriormente que el estrés empeora los síntomas de la EII y que las células inmunitarias que se crean en respuesta al daño intestinal suelen agravar aún más la inflamación.
En este estudio, los investigadores expusieron a ratones a niveles moderados de estrés durante 56 días y observaron, para su sorpresa, que el estrés no aumentaba significativamente la inflamación del intestino.
Sin embargo, comprobaron que aumentaba la producción de un tipo de citocinas que juegan un papel protector en la cicatrización de heridas y la regeneración de tejidos. Los resultados del estudio demuestran que el estrés psicológico puede activar el sistema inmunitario y mejorar la barrera del mucosa intestinal.
"Lo que descubrimos fue que el estrés diario crónico durante seis semanas era beneficioso. Los modelos de ratones que estaban estresados en realidad estaban protegidos", ha explicado Cominelli. "Demostramos que tenían estimulación del sistema inmunológico, que protege contra la inflamación intestinal. Lo que debe estudiarse es si esto puede traducirse en otras enfermedades y lesiones", añade.
¿Cuál es el estrés bueno?
El estrés es un mecanismo de defensa natural del organismo que permite aumentar el rendimiento físico y agudizar los sentidos ante una situación de peligro o un desafío concreto. Cuando lo experimentas, el cuerpo libera hormonas que hacen que tu cerebro esté más alerta, tus músculos se tensionen y aumenten tus pulsaciones.
Este tipo de estrés se conoce como "eustrés" y es positivo porque te hace ser resolutivo y tomar decisiones, te motiva, aumenta tu creatividad, mejora la concentración, incrementa la respiración para que el cerebro reciba más oxígeno, te hace ser más productivo y sociable...
El estudio de la Universidad Case Western Reserve revela que, además de ser un estímulo, el estrés en su justa medida también puede activar las defensas y actuar como una protección frente a ciertas enfermedades.
¿Cuál es el estrés malo?
El estrés es dañino cuando hace que estés en constante estado de alerta incluso cuando no hay peligro o no tienes que hacer frente a una demanda concreta.
¿Qué cantidad de estrés puede provocar este efecto? Dependerá de la persona. Un mismo nivel de estrés puede ser estimulante para una persona y una excesiva presión para otra persona.
¿Cómo saber si tu nivel de estrés es bueno o malo?
Cuando el estrés y las preocupaciones del día a día dificultan la conciliación del sueño, te bloquean, te notas angustiado o no puedes dejar de pensar ni un momento en lo que te preocupa es una señal clara de que probablemente te supera y no es beneficioso.
¿Cómo te puede perjudicar el estrés malo?
La evidencia científica de los efectos dañinos del estrés en el organismo es muy amplia:
- Aumenta la presión arterial y el colesterol, y empeoran la enfermedades hepáticas por la acción del cortisol (hormona que se libera en episodios de estrés)
- Disminuye la respuesta inmunológica y empeora el asma y las infecciones.
- Afecta de forma negativa a la memoria y a la toma de decisiones debido a la acción negativa del cortisol en córtex frontal del cerebro.
- Empeoran los problemas de la piel como el acné, la dermatitis, la rosácea o el envejecimiento prematuro.
- Se agravan las enfermedades intestinales porque aumenta la inflamación.
- El estrés es también causa de ansiedad y depresión.