¿Crees que bebes demasiada agua? Estos pueden ser los motivos

Los médicos insistimos siempre en la importancia de beber agua y mantenernos hidratados. No obstante hay ocasiones en la necesidad de beber agua por sed no es por exceso de calor si no que esconde algún trastorno.

Actualizado a
SIGNIFICADO DE TENER SED

La diabetes 2 puede provocar cierto grado de deshidratación y, por lo tanto, mayor sensación de sed.

iStock
Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

 Las necesidades de hidratarse de cada persona son diferentes. Existe la norma genérica de que conviene que se beban dos litros de agua diarios. Es solo una referencia. Depende de tu constitución, tu edad, tu actividad diaria y de la temperatura exterior, entre otros factores.

Ir bebiendo agua a lo largo del día siempre es bueno. Somo mayoritariamente agua y la necesitamos para ir regulando todas las funciones del cuerpo.

Qué pasa si la sensación de sed no desaparece

Pero ¿y si la sensación de sed no desaparece por mucho que llevemos la botella de agua a todas partes? 

  • Si tenemos sed excesiva por calor, los médicos decimos que hay una polidipsia primaria.
  • Pero si seguimos sedientos a pesar de beber mucho, pudiera tratarse de algo derivado de una enfermedad. Entonces lo llamamos polidipsia secundaria.

El sudor es la forma que tiene el cuerpo de regular la temperatura: si ha acumulado mucho calor, activa las glándulas sudoríparas que eliminarán líquidos. Al humedecer la piel y luego evaporarse, nos enfrían.

  • Por lo general, los hombres sudan más porque en ellos esas glándulas son más activas debido a los niveles más altos de testosterona.

Si has tenido que cambiarte de ropa dos o tres veces al día, tus glándulas sudoríparas están trabajando a marchas forzadas. ¿Por qué puede ocurrir?

Eso es normal cuando la temperatura ambiental es alta o después de hacer ejercicio. En esas condiciones se pueden llegar a eliminar más de 6 litros de líquido al día, cuando lo habitual es perder solo uno.

Que sientas mucha sed entonces es lo esperable. Tu cuerpo pide recuperar lo que ha perdido para lograr de nuevo el equilibrio hídrico.

La cafeína también provoca sed

Puede parecer contradictorio pero beber té o café puede deshidratarte y provocar más sed. La teína y la cafeína hacen que el cuerpo genere menos hormona antidiurética, la responsable de regular y mantener los líquidos corporales.

Eso significa que, tras tomarlas, iremos más al baño y el cuerpo, de nuevo, nos alertará (mediante esa rápida sensación de sed) de que debemos reponer líquidos para que los tejidos se mantengan bien hidratados.

Algunas personas notarán la boca seca y algo áspera aunque tomen poca cantidad, pero la deshidratación real y el ir más al baño suele producirse por lo general al consumir más de cuatro o cinco tazas de té o de café a diario.

Qué es la sed nocturna

Si al despertar necesitas tomar líquidos porque notas la boca pastosa y reseca, quizá es porque duermes con ella abierta.

Es lo que se conoce como síndrome del respirador bucal y tiene más trascendencia para la salud de lo que pensamos, ya que provoca una respiración menos eficiente (por lo que, quizá, los tejidos del cuerpo no reciban todo el oxígeno que necesitan).

Las alergias, el estrés, los pólipos o un tabique nasal desviado obligan a mantener la boca abierta para que penetre más aire, pero eso reseca la cavidad bucal y las vías respiratorias, además de ocasionar ronquidos e incluso paradas respiratorias (apneas), halitosis o ronquera matutina.

Intenta respirar más por la nariz durante el día y eso te ayudará a hacerlo también por la noche.

Las enfermedades que provocan sed

Un hipertiroidismo, la tuberculosis o un tumor pueden ocasionar que los niveles de calcio en sangre estén por encima de lo normal. Aunque estos niveles elevados no siempre son consecuencia de un trastorno: abusar de los antiácidos o de los suplementos de vitamina D también puede provocarlos.

Nuevamente uno de los síntomas sería notarse muy sediento, aunque también aparecería estreñimiento, náuseas y vómitos, dolor y debilidad muscular y latidos alterados (arritmias).

Otras enfermedades como el estreñimiento o la depresión pueden provocar sed. No directamente sino por la medicación: antidepresivos y laxantes pueden hacernos beber más.

Mención a parte merece la diabetes. Más de dos millones de personas en nuestro país continúan sin saber que sufren diabetes tipo 2, así que conviene tenerla en cuenta como una posible explicación cuando se nota mucha sed.

Para absorber toda la glucosa que el cuerpo no ha podido utilizar, los riñones aumentan su velocidad de filtrado. Pero, cuando no pueden más, el cuerpo elimina ese excedente con la orina, que también contendrá líquidos de los tejidos. El resultado es cierto grado de deshidratación y, por lo tanto, mayor sensación de sed.

Este síntoma suele acompañarse de otros, como un cansancio muy acusado o una cierta pérdida de peso a pesar de estar comiendo algo más. También pueden aparecer llagas en la boca y, en caso de heridas, la cicatrización es más lenta.

¿Puedo estar obesionado con beber agua?

También existe la obsesión por beber agua. Médicamente se conoce como potomanía. Es cuando se toman más de 5 o 6 litros de líquidos a diario.

Una ingesta excesiva que puede ocasionar que el organismo pierda demasiado sodio. Las consecuencias puede ser:

  • Dolor de cabeza, mareos y calambres. Conviene dar pequeños sorbos de una bebida isotónica para reponerlo.
  • En algunos casos puede haber confusión, pérdida de conocimiento y convulsiones.
  • En las situaciones más extremas, aunque menos frecuentes, se puede entrar en coma.

Para saber más

 
Loading...