El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco y durante los días previos desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria se organiza la semana sin humo para intentar concienciar a la población. ¿Es necesario? Pues parece ser que sí. Sobre todo entre la gente joven.
A estas alturas, explicar los perjuicios que trae el tabaco parecería absurdo. Hay pilas y pilas de trabajos científicos que han demostrado sin género de dudas los riesgos que conlleva en el aumento de hasta 35 enfermedades, no solo respiratorias, y la pérdida de calidad de vida que supone.
Fumar conlleva el aumento de hasta 35 enfermedades
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Tanta evidencia y la demostración que el tabaco es adictivo ha llevado a las administraciones públicas a ser cada vez más estrictas. Pero aún no son lo suficiente. Y es que la industria tabaquera tampoco se ha quedado de manos cruzadas y ha propuesto nuevas formas de fumar.
Se fuma cada vez más joven
El gran “acierto” de las tabacaleras ha sido el cigarrillo electrónico o los saquitos de nicotina. Son formas nuevas de fumar y consumir la nicotina que se venden como mucho menos perjudiciales.
Los estudios que están apareciendo lo desmienten. Puede no ser tan perjudicial como el cigarrillo tradicional, pero dañan igualmente. Y lo peor es que abren la vía a un consumo joven y que luego puede pasarse al tabaco: el 93% de los que vapean también consumen tabaco tradicional.
Según la encuesta que han hecho los médicos de familia, más del 11% de los chicos (y mayoritariamente las chicas) de entre 14 y 18 años fuma (o vapea) con cigarrillos electrónicos, “cuando no deberían ni poder comprar este producto”. Estos datos suponen un aumento de casi 5% respecto al año anterior y superan en mucho la media global, que está en 1,1%.
Los vapeadores no son inocuos y son la puerta de los jóvenes al tabaco tradicional.
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Más sorprendente es la edad en la que se inician. Un 30% de los adolescentes de entre 12 y 13 años ya ha probado este método de fumar vapeando, según datos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
La sociedad está más concienciada
Según la encuesta de los médicos de familia (semFYC) la sociedad española está concienciada en que hay que frenar aun más el consumo y los lugares donde se permite fumar. El 74% sería partidario de que no se deje fumar ni siquiera en las terrazas de bares y restaurantes.
La prueba de que los jóvenes no tienen asumido ese riesgo es que entre los menores de 18 años, el porcentaje de los que apoya la prohibición se reduce al 56%.
También hay consenso en que se frene el tabaco alrededor de los colegios y otros centros educativos. Más de 68% estaría a favor de vetarlo. Y un 51% añadiría las paradas de autobús. Solo en los coches particulares ganan los que prefieren que no se extienda la prohibición. Esta medida la apoya un 42%. El 58% restante cree que es inmiscuirse demasiado en la vida privada.
Significativamente, cuando se pregunta a exfumadores, todos los porcentajes a favor de la prohibición de fumar se disparan. Más del 75% prohibiría fumar en cualquier espacio público, abierto o cerrado.
Una sentencia mortal que no cesa
Cada año mueren en España unas 50.000 personas a causa del tabaco, según las cifras que maneja el Ministerio de Sanidad. Además, el tabaquismo se asocia a no solo al cáncer de pulmón, también al infarto, el ictus, la EPOC o la diabetes, en un largo etcétera.
Si la ley fuera más estricta y prohibiera a los menores fumar, se evitarían un millón de muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La mayoría de vapeadores contienen nicotina y otras sustancias tóxicas. También pueden afectar a los pulmones y llegar a la sangre. Al menos en el tabaco aparece especificado con fotografías los daños que ocasiona en el cuerpo. En el caso de los vapeadores, por el mero hecho de que no hay suficientes estudios, no se puede ser tan estricto.
Se han puesto de moda y además el estar disponibles en varios sabores y con unos diseños en colores muy llamativos se está generando una campaña de marketing imparable. Recuerda de alguna manera el tabaco mentolado, que tuvo también su momento de éxito, creando nuevas adicciones, en especial entre las mujeres.
Hoy las mujeres tienen unos niveles de incidencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón cada vez más altos, y es en gran parte por su entrada mayoritaria en el hábito de fumar.