Azafrán: la especia que cuida la microbiota, aumenta las bacterias buenas y tiene efecto antigrasa

Una de las especias más saludables y exquisitas para aromatizar nuestros platos es también uno de los prebióticos menos conocidos y más útiles. Nos ayuda a mantener la microbiota saludable y además interviene para frenar la absorción de grasas y tener el peso a raya.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Especias en bodegón

La especia que puede ayudar a equilibrar la microbiota y frenar la absorción de calorías.

RBA

La microbiota, el conjunto de bacterias y otros microorganismos que pueblan el intestino, se ha relacionado mucho con la salud digestiva y también la mental. Hasta el punto de que se habla de un segundo cerebro gástrico. Los estudios más recientes le han dado un papel cada vez más importante también en el riesgo de sobrepeso.

Una microbiota sana y equilibrada nos ayudará a no engordar. Por eso es importante cuidarla y alimentarla bien. Nuestra microbiota se alimenta de los prebióticos. Son los nutrientes que llegan intactos al intestino, porque nosotros no los podemos digerir.

Entre los alimentos prebióticos están todos los que tienen mucha fibra, como cereales integrales, frutas o verduras. Uno de los prebióticos más recomendables nos llega sobre todo desde oriente. Es una de las especias más valoradas por sus sabor: el azafrán.

Tiene un efecto antigrasa, aumenta las bacterias buenas y evita que se absorban más calorías”, apunta la nutricionista Laura Pérez Naharro.

Una especia digna de los dioses

El azafrán tiene fama por su precio. Es verdad que no es barato. Sin embargo, sus cualidades gastronómicas y de salud son tantas que vale la pena y compensa con creces el gasto. Ten en cuenta no solo su capacidad para mejorar la microbiota, sino que sus sustitutos son colorantes alimentarios artificiales que pueden dañarla.

El azafrán proviene de Oriente y de Egipto, y su uso se remonta no menos de tres mil años. En la Grecia clásica se consideraba una especia divina y se atribuía a Zeus. Hoy podemos encontrar cultivos mucho más próximos, en España, especialmente en Castilla la Mancha, que tiene su propia denominación de origen.

Su precio tampoco es un capricho. Un solo grado de azafrán necesita de entre 150 y 170 flores para producirlo. El proceso de recolección es manual y laborioso. Las flores han de estar cerradas para extraer los estigmas y por tanto se ha de proceder de noche o al amanecer.

Su color y aroma distintivo lo hacen un condimento excelente en la cocina. Como acompañamiento de la paella es su uso más popular. En sopas y estofados o en postres orientales, como el baklava o el kulfi, también resalta.

Los principales beneficios para la salud

La intensidad de su sabor aconseja usarlo con mesura, tanto si es triturado en polvo o en hebras. Este consejo también se aplica a sus beneficios. El azafrán es saludable en pequeñas cantidades. Sus propiedades demostradas científicamente incluyen:

  • Antidepresivo. Contiene compuestos que han demostrado efectos para aumentar los niveles de la serotonina y la dopamina, lo que puede aliviar síntomas de depresión. Así lo confirmó un estudio internacional liderado por la Universidad Autónoma de Madrid.
  • Antiinflamatorio. La crocina, uno de los compuestos del azafrán, puede inhibir la producción de citoquinas, que son las sustancias inmunes que promueven la inflamación de las células.
  • Antioxidante. Otro estudio confirmó que el azafrán es rico en antioxidantes. Los antioxidantes ayudan a frenar el daño oxidativo de las células y evitar su envejecimiento prematuro.
  • Protector neuronal. Algunos estudios también sugieren que la crocina pueden tener algún tipo de efecto protector en las enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson o el alzhéimer.

Cómo ayuda a evitar el sobrepeso

Otro aspecto interesante del azafrán es su cualidad para frenar las grasas. Esta propiedad se basa precisamente en su capacidad para ayudar a mantener una microbiota equilibrada.

Entre los microorganismos que componen la microbiota hay unos más beneficiosos que otros. Los lactobacilos y las bifidobacterias (seguro que los has oído en muchos anuncios de lácteos) son de los más numerosos y especialmente recomendables.

Los firmicute son una familia de microorganismos que conviene frenar si no nos interesa ganar peso. El motivo es que absorben un montón de calorías, más que otras bacterias, que luego acumulamos en forma de grasa. Además, un exceso provoca problemas digestivos.

El azafrán ayuda al equilibrio de la microbiota. Colabora a que crezcan más las bacterias buenas. Además, ese equilibrio hace que tengamos menos ganas de alimentos calóricos y dulces con lo que el beneficio se duplica.