Descubrimiento sobre el metabolismo: nuestro reloj biológico no es el responsable directo de cómo funciona

Un estudio internacional ha puesto del revés lo que hasta ahora se creía sobre la cronobiología. Cuestiona que el metabolismo sea consecuencia directa de nuestro reloj biológico. La investigación puede hacer cambiar la manera de tratar algunos trastornos, por ejemplo, los causados por el trabajo nocturno.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Los ritmos circadianos están controlados por relojes circadianos o reloj biológico
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Desde que la vida apareció en la Tierra, los ciclos de noche y día han ido marcando la evolución de todas las especies. También las estaciones en las que han vivido muchas de estas especies les han ido modulando. El ser humano no ha sido una excepción. Todo esto es lo que estudia lacronobiología.

Esta especialidad analiza los ritmos circadianos, los momentos idóneos en los que nuestro cuerpo está mejor preparado para cada actividad. Si hacemos caso a ese reloj biológico interno, en teoría modulado por miles de años de estos ciclos repetitivos, viviremos mejor.

Sin embargo, acaba de aparecer un estudio internacional que supone todo un cambio de paradigma. Investigadores de España, Finlandia, Suecia y Jordania cuestionan la ideal clásica de la cronobiología de que el metabolismo es una consecuencia directa de esos ritmos circadianos.

grupo CIMUS

El grupo de la Universidad de Santiago que ha participado en el estudio.

CiMUS

Metabolismo y ritmos circadianos están acoplados

El estudio ha demostrado que el metabolismo y nuestro reloj biológico son sistemas interdependientes pero no viene uno del otro. Se acoplan. Hay otros factores, como el entorno, la dieta o el sexo de la persona que también influyen.

Las investigaciones se han centrado en una proteína, la interleucina-6 (IL-6). Esta proteína participa regulando nuestras defensas y también el metabolismo energético, es decir la manera en la que nuestro organismo transforma las grasas y los azúcares en energía.

Los experimentos han permitido ver que la IL-6 juega un papel muy importante en el reloj biológico. Su secreción cada mañana influye en cómo van a funcionar los ritmos circadianos.

Se sabía que había diferencias según el sexo de la persona en cómo actúan las defensas y los procesos metabólicos, pero “hasta la fecha se desconocía como la IL-6 integraba estos procesos”, han explicado los autores.

Qué han descubierto sobre alimentación

Dependiendo del contexto fisiológico, la IL-6 permite al organismo priorizar la coherencia temporal o la eficiencia energética, introduciendo el concepto de "plasticidad circadiano-metabólica", ha explicado la investigadora Olga Barca Mayo, de la Universidad de Santiago de Compostela, y coautora del estudio.

Es decir, esta proteína decide si prioriza el reloj interno o el buen funcionamiento metabólico, independientemente de que sea una buena o mala hora.

Así pues este estudio muestra que IL-6 participa en la regulación del oscilador alimentario, el sistema que anticipa los horarios en los que hemos de comer, lo que conecta directamente con la crononutrición.

También explica por qué los hombres y mujeres reacciona de forma distinta cuando cambian la alimentación:

  • Cuando los hombres cambian de dieta, su reloj biológico, que normalmente sigue el timo de la luz del día, se desajusta con más facilidad. En cambio las mujeres aguantan mejor.
  • Cuando el cambio es a una dieta rica en grasas el que se desorganiza es el metabolismo. Sin embargo, en este caso afecta más a las mujeres que a los hombres. A ellas les cuesta mantener un metabolismo sano (es decir, cómo el cuerpo transforma esa grasa en energía) con esta alimentación.

De qué puede servir estos descubrimientos

Estos hallazgos tienen varias repercusiones en el ámbito de la medicina y la nutrición:

  • Tratamientos personalizados: la comprensión de la interacción entre metabolismo y ritmos circadianos puede abrir nuevas vías para el tratamiento personalizado de trastornos como el síndrome metabólico (un conjunto de factores de riesgo cardiovascular que incluyen problemas con la glucosa, colesterol, presión arterial y obesidad abdominal) o las alteraciones asociadas al trabajo por turnos.
  • Se ha de tener en cuenta el sexo biológico: los tratamientos y estrategias nutricionales deben considerar el sexo biológico para optimizar la eficacia clínica.
  • Crononutrición: la proteína IL-6 es clave en la regulación del oscilador alimentario, decantándose por los horarios de alimentación o la salud metabólica. Esto que podría influir en recomendaciones dietéticas y tratamientos relacionados con la crononutrición.