Jorge García-Dihinx, médico experto en Gastroenterología y Nutrición: “Los niveles altos de colesterol LDL se asocian a una mayor longevidad”

Las placas de ateroma, las mal llamadas placas de colesterol, y que provocan infartos e ictus, “tienen de todo menos colesterol”, aclara el doctor Jorge García-Dihinx. Una falsa creencia que este especialista nos aclara. Hay otros factores que nos han de preocupar más que el colesterol.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Jorge García Dihinx, doctor

Jorge García Dihinx, doctor

Sabemos que uno de los factores fundamentales de nuestro riesgo cardiovascular es que tengamos unos vasos sanguíneos flexibles y despejados. Tanto venas como arterias han de tener las paredes flexibles, porque si son rígidas es como tener un tubo de cemento. En cuanto hay algo que entorpezca el paso, la sangre no puede pasar.

Si la pared es elástica como un globo, la sangre sí puede abrirse paso aunque haya un obstáculo. El problema es que con los años las paredes se van dañando y se van haciendo más rígidas. Ese es uno de los grandes problemas que tiene. Un problema más importante que el colesterol.

Laboratorio

Las nuevas investigaciones no relacionan el colesterol con las placas que obstruyen los vasos sanguíneos.

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Hasta ahora nos habían dicho que el colesterol era el culpable de que se bloquee la sangre y tengamos riesgo de infartos e ictus (según si el bloqueo es hacia el corazón o hacia el cerebro). El doctor Jorge García-Dihinx, del Hospital San Jorge, en Huesca, un gran divulgador científico, ha aclarado lo que de verdad dicen las últimas investigaciones: “Las placas no están formadas por colesterol LDL (el malo)”.

cómo se estropean los vasos sanguíneos

Vaya de entrada que sus datos son muy novedosos y que no todos los especialistas siguen ya las directrices que apunta este médico.

El doctor García-Dihinx ha explicado que las paredes de los vasos sanguíneos se dañan por otros motivos: por las microparticulas del tabaco u otras drogas, del alcohol o los picos altos de azúcar en la diabetes. También el cortisol (la hormona del estrés), si es muy elevado, puede herir estas paredes. E incluso puede dañarse por la misma presión de la sangre.

Cada herida se repara. Acuden numerosas células reparadoras y se inicia un proceso de coagulación reparador. “Luego el coágulo se reabsorbe y se acaba el problema”, dice el experto. Cuando eres joven, las paredes de los vasos sanguíneos se reparan rápido.

El problema ocurre a medida que nos hacemos mayores. Con los años, cada vez el equipo de células de reparación es más lento y no consigue repararlas todas. “Es como una carretera que se va llenando de baches y eso hace más difícil la circulación de la sangre”, ejemplifica el doctor García-Dihinx.

De qué están hechas las placas de ateroma

Si a unas paredes que se van haciendo más rígidas y con más rugosidades por los baches le sumas que se acumulan obstáculos, las placas de ateroma, el riesgo cardiovascular crece. Lo que aclara el doctor es qué forman estas placas:

“Encontramos glóbulos rojos apelotonados, otras células como los linfocitos, calcio y algunas lipoproteínas… ¿y colesterol? Encontramos cristales de colesterol, no el colesterol LDL”, asegura. Esos cristales de colesterol libre son residuos de las membranas de células.

El error es que en las placas se han encontrado otras proteínas grasas que se confundían con colesterol. De ahí que durante años se haya señalado al colesterol. Esas otras proteínas grasas sí facilitan un trombo (un coágulo que puede obstruir el vaso sanguíneo).

Son proteínas coagulantes que ayudaban a la salud de nuestros ancestros en épocas en las que se hacían heridas constantes. Lamentablemente hoy nos crean más problemas que soluciones. Pero está en nuestro ADN seguir fabricándolas.

¿Tenemos que preocuparnos por el colesterol?

“Con toda esta explicación, ¿qué tiene que ver el colesterol elevado con las placas de ateroma? -se plantea el doctor-. Pues nada de nada.”

“A los médicos se nos ha dicho desde primero de carrera que el colesterol es el gran culpable de los infartos, siempre guiados por textos de la industria farmacéutica”, critica este experto. Asegura que el colesterol nunca daña la pared de los vasos sanguíneos, nunca la inflama.

“El colesterol es una molécula indispensable para la vida. Forma parte de todos los enlaces cerebrales, para que haya un buen desarrollo cognitivo y hace más resistente las membranas celulares”, explica.

El colesterol, como han demostrado estudios recientes, nos hace vivir más. Mejora la actividad de nuestras defensas. Por eso las personas más ancianas tienen niveles altos de colesterol. Algo que hasta ahora parecía una contradicción.

Así que a la pregunta de si tenemos que preocuparnos por el colesterol, este experto considera que la respuesta es que sí. Pero en el sentido contrario al que pensábamos. Hemos de tener buenos niveles de colesterol.

“Los niveles altos de colesterol LDL se asocian a una mayor longevidad”, zanja el doctor García-Dihinx.