¿Usas baños públicos? Estas son las 6 recomendaciones de una científica para evitar riesgos

Los baños públicos son un foco de infecciones. Lavarse las manos después de su uso es lo imprescindible. Pero si quieres ir más sobre seguro, hay otros aspectos que seguramente ni se te han ocurrido. La biotecnóloga Lucía Almagro sí los ha tenido en cuenta y los explica.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Papel higiénico en el baño

Es recomendable no utilizar el primer trozo del papel higiénico

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No hay como el baño de casa. Es el que tenemos bien controlado. Desgraciadamente no siempre está a mano cuando tenemos necesidad. En la vida hay que recurrir muchas veces a baños públicos, ya sea de uso limitado, como los de la oficina, y otros en los que no sabemos ni cuánta gente lo ha utilizado ni cuándo se limpió por última vez.

Los baños no son los únicos lugares donde puedes encontrar microrganismos patógenos, aunque sí uno de los focos más habituales, sobre todo si son muy concurridos y es imposible que se limpien con la frecuencia deseada.

Existen múltiples estudios que así lo atestiguan. “Uno de los factores es la falta de ventilación y el mal uso por parte de los usuarios, que todos hemos visto de todo”, señala la científica Lucía Almagro, experta en biotecnología. Entonces, ¿cómo debemos actuar al entrar en uno para minimizar los riesgos de contagio?

baño público

Al usar un baño público hay que extremar las precauciones higiénicas.

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¿Cómo actuar en un baño público?

Un gesto muy habitual es al menos pasar un papel por la taza, cuando no empapelarla directamente antes de sentarnos. Es un error. Así lo apunta Almagro, que lo ha analizado.

“Es difícil saber cuál es el alcance a nivel de salud de estar expuestos a estos baños haciendo un uso normal, pero mis conocimientos sobre microbiología me sirven para disminuir la probabilidad de contaminarme”, explica esta científica.

Fruto de este análisis ha extraído algunos hábitos higiénicos que siempre hace al tener que hacer uso de uno de esos baños. Lo ha explicado a través de sus redes sociales en un par de vídeos.

Hace hincapié en que, pese a estar basadas en conocimientos científicos, no dejan de ser decisiones propias (de hecho, algunos usuario critican su exceso de celo). “Uso mi sentido común y mis conocimientos -especifica-. No significa que sea la mejor forma de hacerlo.”

seis gestos para evitar contaminarte

Lucía Almagro propone los seis gestos que considera imprescindibles para sentirse más segura al usar el baño.

1. Escoge el váter con la tapa bajada

Considera que es una buena forma de dar con el menos usado, ya que la mayoría de la gente se olvida de bajar la tapa. Más una suposición intuitiva que estrictamente científica.

2. Limpia la taza con gel hidroalcohólico

Almagro utiliza una toallita con gel hidroalcohólico o toallitas directamente empapadas que lleva en su bolso. Considera un error usar el papel del lavabo para limpiar.

3. No utilices el primer trozo del papel higiénico

“Está expuesto a los microbios de todas las personas que han pasado por ahí”, explica.  En su lugar ella descarta los primeros trozos y utiliza aquellos que ya están dentro del dispensador.

Papel higiénico en el baño

Es recomendable no utilizar el primer trozo del papel higiénico

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4. Cierra la tapa antes de tirar de la cadena

De esta manera evitas que salgan microgotas disparadas. Es un gesto que también ayudará a evitar que tú puedas contagiar al resto de usuarios del lavabo. Hay un estudio que comprobó la cantidad de microgotas potencialmente contagiosas que quedan flotando con la tapa levantada.

5. Usa papel para cerrar la tapa

Esta vez sí utiliza algo del papel para cerrar la tapa, para apretar el botón de la cadena y para abrir la puerta del lavabo. “No me gusta tocar nada que tenga que ver con el váter directamente”, admite.

6. Lavarse las manos

 Paso principal y fundamental. En la pandemia aprendimos bien cómo hacerlo.

Lavar manos

Los lavabos no están tan impolutos como creemos.

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Cuidado también con los secadores de aire

No es necesario volvernos locos con todos los detalles, pero conviene saberlos. La científica Almagro aporta otra recomendación extra: no utilizar los secadores de aire. “Existe evidencia científica respecto a lo de los secadores, aunque es algo escasa porque no es algo de vida o muerte”, apunta.

  • Los secadores de tubera. “Pueden recoger bacterias del lavabo, acumularlas en su interior y luego liberarlas con el chorro de aire”, explica. Un estudio de la Universidad de Connecticut encontró que pueden depositar hasta 254 colonias de bacterias en solo 30 segundos de uso.
  • Los secadores planos: son los que metes las manos dentro. Son todavía peores, porque además acumulan humedad, un medio perfecto para que las bacterias puedan crecer.

“Mi opción preferida es usar toallas de papel, que son las que han demostrado que mejor absorben la humedad”, concluye la científica. Otro estudio apuntó que con las toallitas de papel se eliminan hasta el 71% de las bacterias.

Y si no hay papel, la mejor opción es secarlas al aire. En cualquier caso, siempre será mejor que los secadores de aire. Recuerda que estos aparatos se usan justo cuando te acabas de lavar las manos y hay riesgo de volverlas a ensuciar.