Mario Alonso Puig: "Hay una forma muy sencilla de saber cuál es tu potencialidad y tiene que ver con enfocarse en el ser"

¿Sabes cuál es tu talento? Todos tenemos en nuestro interior capacidades, talentos y energías que no sabemos que tenemos. Es importante detectarlos porque esas herramientas nos ayudarán a generar un futuro mejor.

Dr  Mario Alonso Puig
Dr. Mario Alonso Puig

Médico, conferenciante y escritor

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Mario Alonso Puig (1)
marioalonsopuig.com

En el interior de cada uno de nosotros brilla una potentísima luz, una gran potencialidad que muchos aún no han descubierto. Y existe el peligro de que nunca la descubran.

Porque, o bien hasta ahora no han destacado especialmente (alguien les hizo creer que eran mediocres), o bien tiempo atrás decidieron seguir un camino que les diera reconocimiento, poder adquisitivo, comodidad… a sabiendas de que no era lo que mejor se les daba y quizá también que no les iba a hacer del todo felices.

Conviene enfocarse, pues, en el ser y no en el tener. Porque, además, después de mucho centrarnos en el tener, es probable que no sintamos satisfacción. Como digo habitualmente, los vacíos del ser no se pueden rellenar con el tener. El escritor francés Marcel Proust decía que el verdadero acto del descubrimiento no era descubrir nuevas tierras sino aprender a ver las viejas tierras con nuevos ojos. 

Apoyo de amigas

Con frecuencia, los demás ya nos dijeron que somos buenos en algo, pero no les dimos el valor

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Es cierto que con frecuencia buscamos fuera lo que ya tenemos dentro. Podemos, por ejemplo, ensalzar a alguien que creemos especialmente inteligente, o destacar su creatividad, o su practicidad para resolver con ingenio asuntos que pueden derivar en una crisis importante…

Pero es que es posible que una o varias de esas cualidades también las tengamos nosotros y no las hayamos explorado porque nuestra mente racional o egoica –por lo que sea– nos está frenando. 

Otro gran error es comparar talentos o dones. Yo creo que no hay dones pequeños. Cuando una potencialidad interna se trabaja puede convertirse en algo muy grande que nos dé muchas satisfacciones.

Cómo descubrir tu verdadero talento

Hay una forma muy sencilla de saber cuál es tu potencialidad, y tiene que ver, como no puede ser de otra forma, con enfocarse en el ser.

1. Presta atención a aquello que se te da bien de manera natural

El talento siempre va dejando huellas y, aunque a veces lo haga tímidamente, habrá querido mostrarse. Pero, como es algo natural y te resulta sencillo de hacer, no creíste que tuviera valor ni le diste importancia. Sin embargo, es probable que si echas la vista atrás recuerdes a una o varias personas que sí lo valoraron y te dijeron que eso (pintar, escribir, hablar, resolver conflictos, bailar…) se te daba muy bien. 

2. ENFOQUE EN TU DON PERSONAL

Una vez que reconoces que tu talento es importante puedes atreverte a enfocar la vida en ese don. Ten en cuenta que las habilidades naturales siempre encuentran un camino para salir y poder desplegarse. Tardarán más o menos tiempo, pero acabarán saliendo. Solo esperan a que tú permitas que ocurra. 

Ese “darse permiso” implica sin duda un trabajo de autoconocimiento (qué sé hacer, qué me gusta hacer…), pero también de creencia en uno mismo (“Soy capaz de hacerlo”). Tenemos que aprender a creer en nosotros mismos y en nuestras posibilidades.

Y, al hacerlo, puede cambiar radicalmente nuestro mundo. El interior y el exterior. Haz de tu hobby tu profesión, se decía hace unos años. Y, en muchos casos, esa puede ser la mejor perspectiva de futuro.

Mujer feliz en el sofá de su casa

Tenemos que aprender a creer en nosotros mismos y en nuestras posibilidades

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3. DAR EL PASO

Cuando nos atrevemos y damos el paso parece que las cosas funcionan solas, que todo fluye mejor. “Qué suerte tengo ahora”, puedes pensar. Pero no es suerte, es el resultado del cambio de pensamiento y de actitud, que te ha llevado a potenciar tu talento, lo que se te da bien. Y porque se te da bien y lo haces con ilusión, consigues cosas que antes eran inalcanzables. 

El caso de Edison, un buen ejemplo

La persona que más patentes (1.093) tiene en la historia es Thomas Alva Edison, inventor de la bombilla. De niño, lo echaron del colegio porque no avanzaba lo suficiente. Pero su madre lo había visto hacer cosas extraordinarias, como desmontar y montar brújulas. 

Así que ella decidió encargarse de su formación y lo convenció de que tenía un gran talento. De mayor, tras muchos intentos para conseguirla, dijo: “No fracasé mil veces antes de dar con la bombilla. La bombilla fue una invención de mil pasos”. ¡Excelente actitud!

El error de ser tu peor enemigo

Estamos muy habituados a pensar que las cosas que valen la pena solo se consiguen con esfuerzo. Pero al desarrollar un talento innato, todo se vuelve más fácil.

  • Importa mucho cómo te tratas y cómo te autodefines. No somos realmente conscientes del alcance real que tienen las palabras. Ellas son capaces de modificar los pensamientos. Pueden afectarte negativamente e impedirte avanzar si son de desaliento; o darte el empujón que necesitas si son motivadoras. La narrativa que utilizas tiene la capacidad de limitar o expandir tu mundo, tu percepción de lo que te envuelve y de lo que puedes o no puedes conseguir. 
  • Si, por ejemplo, te convences a ti mismo continuamente de que nunca vas a conseguir algo y que la culpa es de un factor externo (los demás no van a aceptar lo que hagas; no tienes tiempo; la familia te absorbe demasiado…), es muy probable que nunca lo intentes. Eso hace que tu mundo se empequeñezca y que tu potencialidad nunca salga a la luz ni puedas trabajarla para seguir mejorándola.
  • Yo recomiendo vigilar mucho qué palabras nos repetimos a diario. Es básico parar y preguntarse qué frases te estás dedicando. Y transformarlas en positivas si no lo eran, sin enfados sino desde la calma. Porque, como digo, esa creación lingüística va a dar forma a nuestra percepción de las cosas. 
  • Y además ahí ocurre una transformación física: al pensar en positivo se activan otras áreas cerebrales y empieza a aumentar el riego sanguíneo de la parte anterior del cerebro, la región prefrontal, que es la que ayuda a encontrar soluciones frente a los desafíos. 

Quiérete más y practica el silencio

Con frecuencia nos quedamos estancados y no desplegamos nuestras verdaderas alas porque nos queremos poco. Y quien no se quiere lo suficiente no va a invertir tiempo en sí mismo ni en sacar habilidades ocultas. En cambio, cuando logramos apreciarnos, surge la autoconfianza y cambia la percepción del entorno.

El silencio es otro factor que modifica cómo percibes ese entorno. Cierra los ojos, medita y escucha el silencio. Eso hará que te alejes de la jaula de grillos interior. Mediante el silencio llegas a tu subconsciente y puedes descubrir esa intuición profunda que te dice quién eres y lo que puedes lograr.

Mujer en el sofá

El silencio hará que te alejes de la jaula de grillos interior

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CONSEJOS PARA Acallar la mente egoica, que frena

También la llamamos mente condicionada y uno de sus objetivos es protegernos (a veces manteniéndonos en la zona de confort); pero, en realidad, lo que consigue es frenarnos, hacernos pequeños, replegarnos y pensar, de nuevo, que nuestra potencialidad no es tan espectacular y que no vale la pena desarrollarla.

1. Toma conciencia de los pensamientos automáticos que tienes

Para que esa mente basada en el ego no te domine ni coarte (perdiéndote experiencias que pueden ser gratificantes), conviene que tomes conciencia de los pensamientos automáticos que tienes. Si los observas de forma crítica, podrás no identificarte con ellos, podrás tomar distancia y dejar de actuar siempre dominado por el miedo o por la búsqueda de seguridad. 

El filósofo romano Séneca aseguraba que las cosas no nos dan miedo porque sean difíciles; las cosas son difíciles porque nos dan miedo. Plantearse ese giro de guion cuando algo parece imposible de conseguir puede ayudarnos una barbaridad. Pero hacerles caso a esas previsiones o conjeturas fantasiosas que, además, suelen no convertirse en realidad, puede estar desviando el rumbo que queremos dar a nuestra vida.

2. PRACTICA LA COMPASIÓN 

Además, conviene practicar la compasión con uno mismo, saber en qué y cómo se puede mejorar (también en aquello que a priori da miedo, pero que es motivante porque está relacionado con la potencialidad interior). Y hacerlo desde la humildad y, por supuesto, desde la gratitud con nosotros mismos y con los demás. Esa actitud calmada y clemente nos abre el mundo y nos permite experimentar una felicidad más genuina.

3. MUÉVETE

El movimiento es otra buena forma de acallar esa mente condicionada, estática y conformista. Debo citar aquí al psicólogo y filósofo estadounidense William James, que falleció en el año 1910. Él entendía que separar cuerpo y mente era un grave error.

Decía, por ejemplo, que el pájaro no canta porque está feliz, sino que está feliz porque canta (nos recuerda mucho al pensamiento de Séneca). Es decir, que una acción que solo tiene que ver con lo físico (cantar) puede llevar a que se produzca un cambio mental. 

Ejercicio en casa

El movimiento es otra buena forma de acallar esa mente condicionada, estática y conformista

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4. ATRÉVETE

No tenemos que esperar a sentir algo para actuar, hay que actuar (entendiendo el movimiento como acción pero también como atrevimiento) para poder sentir algo. Del mismo modo, para sentirse valiente hay que, primero, atreverse.

Esa es la manera de generar oportunidades. Y comprobaremos que muchas de las cosas que no nos atrevíamos a hacer, porque anticipadamente temíamos el fracaso, pueden resultar más sencillas de lo que pensábamos.

En los momentos más difíciles es cuando tu talento tratará de mostrarse de forma más intensa. Porque los desafíos –analizados y habiendo establecido un plan mínimo– siempre son motivadores. Pero también porque tu mente práctica sabe que ese talento puede ser el mejor recurso para salir airoso.

5. ENTRENA TU MENTE 

Recuerda que creer es crear. Entrena tu mente para que se centre en lo positivo y en tus posibilidades. Y luego, da rienda suelta a tu creatividad (todos la tenemos porque es consustancial al ser humano). Encuentra tu palanca emocional para, un día, levantarte con hambre de hacer algo nuevo con tu talento.