Mirar hacia atrás al final de la vida y sentirte contento de cómo hemos vivido. Ese es uno de los grandes objetivos que todos deberíamos plantearnos. No es fácil. Los aspectos negativos pesan. Muchas veces nuestro cerebro retiene más aspectos que nos avergonzaron o emociones negativas que positivas.
Un cerebro bien amueblado consigue que asumamos toda nuestra vida de modo equilibrado. Aceptando los caminos que decidimos tomar y no arrepintiéndonos. Incluso los errores fueron lecciones que nos hicieron luego actuar de otra manera. Y sin cruzar los caminos equivocados quizá no hubiéramos descubierto ese paisaje que luego tanto nos gustó.
De todas formas, qué bueno sería que alguien que ya ha recorrido el camino, nos aconsejara para evitar en lo posible errores que cometemos y que no nos aportan. La psicología lo ha hecho. Ha preguntado a los mayores.
Cosas que te gustará haber hecho en tu vida
La psicóloga Silvia Severino aporta algunos consejos dirigidos a los adultos jóvenes, entre los 20 y 40 años, para que se replanteen las prioridades. “Son siete cosas que desearás haber hecho cuando estés a punto de morir”, dice en un vídeo en redes sociales.
- Ten palabra y honor. Sé alguien en quien se pueda confiar.
- No tengas tanto miedo. La mayoría de las cosas no son tan grandes ni graves como parecen.
- Céntrate en aquello que puedas controlar. Lo demás suéltalo. No te obsesiones con cosas que no tienen solución o que no dependen de ti.
- Aprende a decir que no. “Sobre todo de aquello que te aleja de tu mejor versión��, explica Severino.
- Habla bien de ti sin necesidad de hablar mal de los demás. No te fustigues culpándote o siendo tu peor juez. Siente gratitud por cómo eres.
- Sé generoso. Aportar a los demás te llenará más que recibir.
- Cuida tu cuerpo. Vas a vivir en él toda tu vida. Aunque en la juventud te veas fuerte y que puedes con todo, no olvides que cualquier daño que le hagas a tu organismo (bebidas, drogas, etc.) vas a lamentarlo en el futuro.
De qué se arrepienten los mayores
Estos consejos que aporta van en la línea de una investigación que se hizo en Australia en una unidad de cuidados paliativos. La enfermera Bronnie Ware fue recopilando durante años las confesiones de los pacientes a punto de morir. Le explicaban sus mayores decepciones.
Fruto de ese trabajo, escribió el libro The Top Five Regrets of the Dying (los cinco grandes arrepentimientos de los moribundos). Esos lamentos eran similares a los que aporta Severino:
- Ser fiel a uno mismo y no seguir lo que los demás esperan de ti.
- Haber sido más feliz, sin dar tanta importancia a las cosas que luego resultaron no ser tan importantes.
- No haber tenido el valor de decir no y expresar los verdaderos sentimientos.
Hay dos aspectos que también son significativos y que la psicóloga Severino no menciona.
- Un gran número de pacientes terminales lamentaron haber trabajado demasiado. Sentían haber dedicado muchas horas a tareas que no les llenaban tanto, en lugar de estar con su familia.
- El otro arrepentimiento está relacionado con este: no haber mantenido más contacto con los amigos y haber dedicado más tiempo a estar con ellos y vivir experiencias con ellos.
Los pros y contras de estas decisiones
Naturalmente, cada persona ha de tomar sus propias decisiones y decidir a qué hacer caso y a qué no. Sin embargo, haríamos bien todos en estudiar atentamente estos consejos. La experiencia, aunque no se aplica como una regla general, es útil.
Por ejemplo, el trabajo y cómo lo asumes es un aspecto relativo. Hay muchas personas que disfrutan con su trabajo, afortunadamente. Quizás es algo exagerado decir que el trabajo no tendría que ser una obligación, porque es imposible. Casi nadie se levanta cada día igual de feliz por ir a trabajar. Unos días vas con más ganas y otras con menos.
Sí es cierto que hay personas que se han muerto poco después de jubilarse. Les afectó física y psiquicamente no saber qué hacer con su vida. Es importante tener aficiones y amigos.
Otros aspectos como la generosidad con los demás o no ser muy severo con uno mismo son decisiones de cada uno. Solo te diremos que hay varios estudios científicos que confirman que las personas generosas y las que se saben perdonar tienen mayores niveles de felicidad y bienestar.
