"Tú no eres tu trabajo aunque lo creas": la psicóloga Jodi Wellman comparte el consejo número uno para quitarle prioridad y ser feliz

Pasamos gran parte de nuestra vida trabajando, lo que puede llevarnos a pensar que nuestro mayor objetivo es nuestro trabajo. Hasta que te despiden, te jubilas o no logras tus metas. Es importante tener claras nuestras prioridades en la vida. La psicóloga Jodi Wellman, una autoridad en la relación trabajo y bienestar, da la clave para lograrlo.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Hay que aprender a equilibrar trabajo y vida privada.

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En un célebre libro que escribió la cuidadora social Bronnie Ware sobre su experiencia en cuidados paliativos, contaba que una de las frases más repetidas por los pacientes era “ojalá no hubiera trabajado tanto”.

Hemos de trabajar para vivir, lo que no significa vivir para trabajar. Esa diferencia a veces no está clara, puesto que muchas de las cosas a las que aspiramos en la vida las conseguimos a través del dinero que da el trabajo: un hogar, viajar, comodidades. También el prestigio que puede dar una carrera de éxito.

Son factores poderosos que pueden llevarnos al error. “Tu no eres tu trabajo, aunque lo creas”, advierte la psicóloga estadounidense Jodi Wellman, una autoridad en la relación trabajo y bienestar. Wellman es la primera es recomendar que no priorices el trabajo si quieres ser feliz.

El riesgo de priorizar el trabajo

Hay muchos ejemplos que te pueden convencer de que tu vida no está en el trabajo, incluso si es un trabajo satisfactorio. Por ejemplo, tras jubilarse hay personas que enferman y mueren, porque no saben qué hacer con sus vidas.

Las estadísticas indican que este tipo de síndrome se da sobre todo entre hombres. Las mujeres, al haberse ocupado más de los temas domésticos por tradición, no sienten que hayan dejado de ser útiles.

También hay más casos de trastornos mentales entre las personas muy competitivas y que han visto como se quedaban sin trabajo o que no conseguían las promociones que esperaban.

Por tanto, es importante conseguir el equilibrio entre trabajo y vida privada, y saber encontrar aspectos de tu vida que te llenen fuera del mundo laboral.

Cómo equilibrar el tiempo de trabajo

Ese equilibrio no es una regla fija. Hay estudios que han identificado que las personas necesitan cinco horas de tiempo libre diario para ser felices. Según estas investigaciones, tampoco es necesario más tiempo.

Los investigadores vieron que un porcentaje significativo de los voluntarios que participaron en el estudio no supieron qué hacer con más horas de tiempo libre.

Recuerda también que el trabajo son muchas cosas. El recoger los hijos del colegio o arreglar la casa son tareas que entran dentro del ocupaciones, aunque no estén remuneradas.

Esas tareas pueden ser placenteras. Igual que puedes realizarte y disfrutar mucho del trabajo remunerado que hagas. Por tanto, si disfrutas de esos trabajos, para ti es equilibrado dedicar algo más de tiempo a trabajar y algo menos al tiempo libre.

En cualquier caso, hemos de tener claros unos límites entre vida laboral y privada y mantenerlos. Hay que desconectar y buscar algo más fuera de este entorno.

Cómo quitar prioridad al trabajo

La psicóloga Ware tiene claro que hay que saber encontrar significado en la vida fuera del trabajo. Para ello su mayor consejo es “priorizar la conexión con uno mismo”, dice. “Conecta con tus valores y necesidades esenciales”.

Aconseja que pongamos más esfuerzo en pensar qué cosas nos gustan. Piensa que en el trabajo no sueles hacer tu voluntad, sino las tareas que te encargan. Ha de ser en tu vida privada donde desarrolles esa voluntad.

Busca aficiones, haz clases de un tema que te interese, apúntate como voluntario a alguna asociación o embárcate en una causa social o política. Hay muchas formas en las que podemos realizarnos y sentirnos útiles a partir de nuestros propios deseos.

Las estrategias de marketing empresarial nos llevan a creer que, como trabajadores, estamos destinados a hacer grandes cosas en el mundo. Y eso no le ocurre a casi nadie. En lugar de eso, el consejo es buscar cambiar nuestro entorno como personas.

Técnicas que te pueden ayudar

Algunas de las técnicas que aconsejan los psicólogos para colocar cada cosa en su sitio y quitar prioridad al trabajo y dársela a nuestra vida privada:

  • Buscar pequeños logros. Cambiar nuestro entorno, al que nos referíamos antes, es simplemente convertirnos en buenos padres, o en buenos tíos si no hemos tenido hijos. O simplemente comprometerse en animar a las personas con las que te cruzas, con una conversación positiva.
  • Centrarte en el bienestar físico y mental. Mucha gente se pone enfermo en fin de semana o en vacaciones. Este síndrome está bien estudiado. Tu cuerpo se mantiene activo por el estrés y solo cuando le dejas descansar salen los síntomas. Es una señal de que no hacemos las cosa bien. Hay que escuchar más al cuerpo y darle descanso.
  • Tener amigos fuera del entorno laboral. No hay nada malo en los compañeros de trabajo, si nos unen más cosas. Plantéate si podrías seguir saliendo con ellos cuando ya no haya nada que comentar del trabajo. Si te respondes que no, hay que ampliar el círculo de relaciones.

Valora tu tiempo en lo que vale

Te hago una tópica pregunta: si este fuera el último día de tu vida, ¿lo pasarías en el trabajo? Ya sabemos que la mayoría dirán que no. Recuerda la lamentación de los enfermos terminales con el que hemos empezado el artículo.

Trata tu tiempo como lo que es: un bien preciado. La empresa no te lo va a devolver. El reloj y el agradecimiento tras años de trabajo pocas veces produce felicidad. En ocasiones, produce amargura. La gente, tus antiguos colegas, ya no te tratan igual. Eres el pasado para ellos.

Si has hecho las cosas bien, hay una familia, unos amigos y una vida plena de actividades satisfactorias que merecen tu tiempo mucho más.