La advertencia de nutricionistas a la hora de comprar sandía: "Aunque parezca fresca, puede estar llena de bacterias peligrosas"

¿Compras la sandía a la mitad? Comprar sandías y melones ya cortados puede ser más práctico para transportar y no llevarnos una sorpresa al abrirla por una mala elección. Pero tiene riesgos muy serios sobre los que nos advierten los nutricionistas.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Sandías
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Es habitual que en fruterías y supermercados nos ofrezcan las frutas grandes cortadas. Es un buen reclamo, puesto que así ya ves el aspecto que tiene. No todo el mundo sabe escoger bien sandías y melones.

Además, los vendedores han comprobado que, por su peso y tamaño, los consumidores somos más reacios a coger una sandía, un melón o una piña entera. Muchas veces, ni siquiera hay diferencia de precio por venderlas en porciones o tener que quedártela entera.

Son buenos motivos para optar por comprar solo una parte. Sin embargo, hay algunos elementos de riesgo que has de tener en cuenta y que pocas veces pensamos.

chica sandía

La sandía cortada tiene muchos más riesgos de contener bacterias

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La fruta se contamina rápido

Es la advertencia que han hecho en redes sociales varios nutricionistas. Por ejemplo, la dietista Maria de Lluc ha compartido un vídeo donde alerta especialmente cuando encontramos la sandía sobre una mesa o en un estante, incluso aunque esté bien envuelta en plástico.

“Aunque parezca fresca, puede estar llena de bacterias peligrosas, como la E. coli, la salmonella o listeria.

“Cuando una sandía pierde su barrera natural, que es la cáscara, deja expuesta la parte interior, dulce y húmeda”, señala De Lluc. Lo que hace que sea más fácil que se puedan producir contaminaciones bacterianas del ambiente.

Cómo evitar que la fruta se contamine

La solución pasa por comprarla entera o que el comercio la tenga guardada en la zona de refrigerados, dentro de la nevera. Si está refrigerada el riesgo es mucho menor.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria advierte que estas frutas no deberían permanecer más de tres horas a temperatura ambiente. Y entienden por temperatura ambiente cuando no pasa de 25 grados, ventilado y protegido del sol.

Son unas condiciones que muchas fruterías no cumplen ahora en verano. Tampoco confíes en los supermercados a no ser que vayas a primera hora. No hay garantías de que el melón o la sandía no lleven más de tres horas expuestos.

Incluso si te llevas la sandía o el melón enteros, no dejes de lavar la piel antes de cortarla. Es la recomendación que hace la doctora Nadia Chahri, especialista en digestivo y microbiota.

Siempre se ha de lavar la fruta

Puedes pensar que esa piel tan dura y resistente es garantía de seguridad. Te olvidas de un detalle. “Las bacterias pueden acumularse en la piel de la sandía durante el cultivo, el transporte o el almacenamiento”, apunta la doctora Chahri.

Esto es incluso más peligroso en el melón, que tiene una piel más rugosa. Cuando cortamos la fruta sin haber limpiado la cáscara, “el cuchillo arrastra esos microorganismos desde el exterior hacia el interior, contaminando directamente la pulpa que vamos a comer”.

Para evitarlo la experta recomienda seguir estos cuatro pasos:

Lava la sandía bajo el grifo y, si puedes, utiliza un cepillo para frotar la superficie.

  1. Sécala con papel de cocina desechable.
  2. Lávate bien las manos y el cuchillo antes de cortarla.
  3. Guarda la sandía cortada en la nevera.
  4. Qué consecuencias tiene una infección

El verano es especialmente peligroso porque los gérmenes se multiplican más rápido.  Las infecciones gastrointestinales son muy comunes estos días y pueden llegar a ser muy peligrosas, según la persona y el tipo de bacteria.

“Pueden ir de una diarrea leve o dolor abdominal hasta infecciones más serias”, recuerda la doctora Chahri en su cuenta “fortaleza_digestiva”.

El tipo de contaminación más habitual en la sandía y el melón es la salmonella, aunque también se dan casos de listeria o de E. coli.

Mencionamos la Escherichia coli y la listeria porque, pese a ser menos frecuente, es más peligrosa. La listeria incluso puede crecer en ambientes refrigerados.

Estos patógenos son especialmente dañinos (y por tanto se han de extremar las precauciones) cuando son para personas vulnerables, como niños, ancianos o mujeres embarazadas.

Cómo escoger bien las sandías

Si no sabes cómo dar con una sandía en su punto, puedes pedir al frutero que te la escoja. O seguir estos consejos

  • Busca una mancha en la cáscara, en la parte en la que la sandía reposaba en el suelo. Si es amarilla, está madura. Si la mancha es blanca, está verde.
  • Golpea la sandía con tus nudillos. Si suena a hueco, es más probable que la sandía esté madura.
  • Pesa la sandía. Cuanto más pese en relación con su tamaño, más madura estará.
  • Mira su color. Cuanto más oscura y apagada esté la cáscara, mejor.