Los lavabos públicos pueden crear cierta aprensión, sobre todo a las personas hipocondríacas o con especial sensibilidad a los temas higiénicos. Es normal puesto que el lavabo es un lugar donde fácilmente se acumulan microbios si no se ha limpiado bien.
Esa aprensión hace que algunos locales dispongan al entrar en los lavabos de asientos de papel, fundas circulares desechables para poderlas poner en el asiento y evitar el contacto directo con el váter. Si no hay, otra costumbre extendida es coger el papel de váter directamente y repartir las hojas para cubrir el asiento.
Estos hábitos han sido estudiados incluso por organismos tan serios como el Instituto Nacional de Tecnología de Estados Unidos (NIST) para aclarar su utilidad. ¿Sirven de algo estas medidas? Su respuesta te va a sorprender. Sí, pero no para el fin que buscas, sino todo lo contrario.
iStock
¿Es útil cubrir el asiento del váter con papel?
“Como químico con estudios también en microbiología me he preguntado sobre la eficacia de las fundas de los asientos de los inodoros”, explicaba en un artículo Harry Herz, investigador del NIST. “Los poros de la funda del asiento de papel son más grandes que el tamaño de las bacterias o los virus, por lo que no brindan protección contra los virus o microorganismos”.
“Si usas varias capas, eso puede proporcionar un poco más de protección", confirmaba el doctor Philip Tierno, profesor la Universidad de Nueva York. Además, tenemos una idea equivocada sobre la higiene del asiento. No es tan sucio como parece. Se ha comprobado que los móviles que utilizamos mientras estamos sentados suelen tener hasta diez veces más bacterias que el asiento.
"A menos que el asiento de un inodoro esté muy guarro, lo que significa que hay líquido o partículas visibles en el asiento, es raro que el papel pueda atrapar algo”, añadía el doctor Tierno en la revista Time.
Incluso si hay bacterias fecales en el asiento, esas bacterias no van a dañarnos más allá de a nuestra sensibilidad. La piel de los glúteos nos protege. A menos que tengas una herida abierta justo allí, no corres ningún riesgo de salud.
El verdadero riesgo en el lavabo
Es más, según estos investigadores, esta “seguridad psicológica” que aporta la cubierta de papel higiénico puede ser contraproducente. El verdadero riesgo en los lavabos públicos son los aerosoles.
Los aerosoles son las microgotas que salen despedidas de la taza del váter cuando se tira de la cadena. Estos aerosoles si pueden contener bacterias fecales y quedan flotando durante un tiempo. Por eso se recomienda siempre cerrar la tapa antes de tirar de la cadena.
No es un gran riesgo. Ha de coincidir que la persona que ha utilizado el váter antes que tú esté infectada o acaba de pasar una infección y queden bacterias en las heces. Por seguridad, espera unos segundos antes de entrar tú, para que las microgotas caigan a tierra o se ventile el lavabo.
Como las microgotas también pueden caer en el papel de váter o que se contaminara con las manos sucias del anterior usuario, ese papel que con tanto cuidado pones sobre la tapa puede ser el verdadero foco de infección.
Por eso, otra buena recomendación, que incluso han confirmado médicos de Harvard, es que no utilices las primeras hojas más expuestas.
Qué medidas aconseja la evidencia científica
Las investigaciones científicas por tanto desestiman esa preocupación por el asiento. En cambio, y siguiendo las evidencias que hemos señalado, dan cuatro recomendaciones higiénicas en el lavabo. Estas sí son muy útiles para evitar en lo posible el riesgo de contaminarnos en estos lugares:
- Lávate bien las manos: es lo más importante. Lo hemos de hacer siempre y cada vez que vayamos al lavabo. No solo a uno público. El de nuestra propia casa, si no vivimos solos, porque así puedes proteger también a los tuyos.
- Sécate con toallas de papel. Los secadores de mano por aire son un nido de bacterias, ya que suelen tener mucha humedad acumulada. Esas bacterias salen disparadas con el chorro de aire. Lo mejor es secarse las manos con papel. Si no hay, mejor dejarlas secar al aire.
- Cierra la tapa del váter, antes de tirar de la cadena. No te protege tanto a ti, sino que es un gesto para los que puedan estar utilizando el lavabo público al mismo tiempo o los que entren a continuación.
- Ventila. Si se puede dejar la puerta abierta, hazlo. No es bonito que se vea el lavabo, lo sabemos. Pero lo primero es la ventilación.