Las hormonas del estrés elevan la tensión y perjudican el corazón

Mente y corazón están más conectados de lo que pensamos. Un estudio demuestra que unos niveles altos de hormonas del estrés favorecen la hipertensión y eventos como el infarto o el ictus.

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El estrés te hace subir la tensión
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

Cortisol, dopamina, norepinefrina y epinefrina son hormonas que se elevan cuando pasamos por situaciones estresantes, ya sea provocadas por el trabajo, las relaciones o las finanzas.

Y ese estrés no solo afecta a nuestro sistema nervioso o al estómago (el eje cerebro-estómago está más que demostrado).

También puede afectar a la salud cardiovascular. Un estudio publicado en la revista Hypertension de la Asociación Americana del Corazón confirma que existe una conexión entre mente y corazón. Y que las emociones negativas pueden perjudicar al correcto funcionamiento de este órgano.

El estudio al que nos referimos se realizó entre más de 400 adultos con presión arterial normal y se observó que aquellos que tenían niveles altos de hormonas del estrés detectadas en la orina tenían más riesgo de desarrollar hipertensión durante los 6-7 años siguientes.

Los niveles elevados de cortisol también se asociaron con mayor probabilidad de infartos e ictus.

Medición de las hormonas del estrés

Este estudio confirma que la exposición acumulada a los factores estresantes diarios y, por supuesto, el estrés postraumático, pasa una alta factura a tu corazón.

También sugiere que medir de forma rutinaria las hormonas del estrés podría ayudar a prevenir la hipertensión y los eventos cardiovasculares.

Los investigadores estudiaron los casos de 421 hombres y mujeres sin hipertensión al inicio del estudio.

Mediante pruebas de orina, se les hizo un seguimiento de los niveles de norepinefrina, epinefrina, dopamina y cortisol, hormonas que responden a los niveles de estrés.

función de las hormonas del estrés

La norepinefrina, la epinefrina y la dopamina son moléculas conocidas como catecolaminas que mantienen la estabilidad en todo el sistema nervioso autónomo.

  • El sistema nervioso autónomo es el que regula las funciones corporales involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración.

El cortisol es una hormona esteroidea liberada cuando se experimenta estrés y está regulada por el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal, que modula la respuesta al estrés.

"Aunque todas estas hormonas se producen en la glándula suprarrenal, tienen diferentes funciones y mecanismos para influir en el sistema cardiovascular, por lo que es importante estudiar su relación con la hipertensión y los eventos cardiovasculares de forma individual", señala Kosuke Inoue de la Universidad de Kyoto y principal autor del estudio.

Conclusiones del estudio

Los investigadores analizaron el vínculo entre las hormonas del estrés y los eventos cardiovasculares entre los participantes del estudio. Y observaron lo siguiente:

  • Durante una media de 6,5 años de seguimiento, cada vez que los niveles de las cuatro hormonas del estrés se duplicaron se asoció con un aumento del 21-31% en el riesgo de desarrollar hipertensión.
  • Durante una media de 11,2 años de seguimiento, hubo un 90% más de riesgo de eventos cardiovasculares cada vez que se duplicaron los niveles de cortisol. Sin embargo, no se observó una asociación entre eventos cardiovasculares y catecolaminas.

Una prueba de orina para detectar el estrés

Este estudio pone sobre la mesa el estrés como auténtico factor de riesgo de hipertensión y otros eventos cardiovasculares.

Tanto es así que podría estar a la altura de una mala alimentación o la falta de ejercicio.

Y una simple prueba de orina podría servir para detectar unos niveles altos de hormonas del estrés e identificar a aquellas personas que están en riesgo de desarrollar hipertensión y posibles eventos cardiovasculares.

Controlar la hipertensión

La hipertensión es la enfermedad con mayor prevalencia en el mundo y también la primera causa de muerte.

Solo en España, 14 millones de personas la sufren y si no está bien controlada dispara el riesgo de infarto o ictus.

Un estudio revela que hacer 5 horas de ejercicio a la semana puede ser un auténtico escudo protector para evitar la hipertensión.

La obesidad también multiplica por 6 el riesgo de sufrir esta enfermedad. Y cuanto mayor es el peso sobrante, más aumentan las cifras de la presión sanguínea.

Junto a estos dos grandes pilares que son el ejercicio y la dieta, el control del estrés puede ser también un factor determinante que ayude a reducir la cifras de esta enfermedad tan frecuente.