Las 7 molestias más frecuentes en el posparto

Es un periodo al que con frecuencia se presta poca atención en el embarazo. Sin embargo, se trata de una etapa importante de recuperación física.

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Dra. Pilar de la Cueva
Dra. Pilar de la Cueva

Ginecóloga experta del Comité Técnico de la Estrategia de Atención al Parto

Es normal que aparezcan dolores o molestias que habitualmente solo piden tiempo, descanso y algunos cuidados. Pero otros problemas sí requieren una atención especial y es bueno conocerlos y estar atentas.

las molestias más frecuentes tras dar a luz

A continuación te explicamos las dolencias que más mamás refieren tras ir de parto, y cómo aliviar sus síntomas.

1. Los entuertos

Son molestias intermitentes en el bajo vientre, producidas por las contracciones del útero, que sirven para que vaya reduciéndose y recuperando su tamaño normal y se dan durante las primeras dos o tres semanas tras el parto. En las primeras horas son más intensas y evitan el riesgo de sangrado tras el desprendimiento de la placenta. Se acentúan cuando la madre pone al bebé al pecho, por la descarga de hormonas.

Se alivian con reposo, calor local o una dosis baja de analgésico. Antes en el hospital se daba a las madres unas gotas para ayudar a contraer el útero pero producían más dolores. Ahora se sabe que para lograr el mismo efecto es mejor dar el pecho al bebé de inmediato tras el nacimiento.

2. Los puntos en el periné

Tras la soltura vaginal, sentir molestias en cada movimiento cuando se está continuamente atendiendo a un recién nacido reduce muchísimo la calidad de vida y puede ser un auténtico calvario.

Las compresas de agua fría o hielo de forma intermitente alivian el dolor por los puntos

Si hay puntos, y duelen, se pueden aliviar con algunos métodos sencillos: poniendo compresas de agua fría o hielo de forma intermitente y en periodos muy breves, con cataplasmas de arcilla esterilizada para reducir la inflamación, o tomando pequeñas dosis de antiinflamatorios.

Contrariamente a lo que se aconsejaba a muchas mujeres, no hay que usar un flotador, porque al sentarse en él se separan los glúteos y los bordes de la herida se pueden separar, dificultando la recuperación.

3. La cicatriz de la cesárea

Esta es una intervención de cirugía mayor que implica no solo cicatrices en la piel, sino también suturas internas que duelen con todos los movimientos. No hay que escatimar medios para reducir el dolor de la cesárea, para que la mujer pueda al menos iniciar tranquila el vínculo con su bebé. La mejor medicina para su recuperación es mucho descanso, horas de sueño y estar con su bebé, sin tener que ocuparse de nada más.

Toda ayuda es poca. Una mujer que ha tenido una cesárea no debe quedarse sola atendiendo a su bebé

Algunas madres notan alivio con una faja que sujete la tripa para poder levantarse de la cama con más facilidad, aunque a largo plazo no sea buena idea puesto que los músculos se debilitan. Una mujer que ha tenido una cesárea no debería quedarse sola atendiendo a su bebé, y toda ayuda es poca.

4. Las pérdidas de orina

Son relativamente frecuentes y se pueden acompañar de retenciones de orina, cuando al miccionar no sale toda y se produce sensación de peso y a veces dolor. La pérdida de fuerza en los tejidos se debe a la distensión producida en el embarazo. No obstante, esta situación es temporal y poco a poco vuelven a recuperar la fuerza y espesor.

Es básico haber preparado los músculos con algún ejercicio recomendado por una matrona experta o una fisioterapeuta. Es bueno hacerlos también unas semanas tras el parto, sin estrés y con alguien que compruebe que se realizan bien. Acostumbrarse a no retener la orina durante horas y, sobre todo, a contraer los músculos hacia adentro antes de hacer esfuerzos, como coger pesos, reír o toser, son hábitos que ayudan.

5. La infección de orina

A veces se confunde con los entuertos o las molestias de una sutura vaginal. Pero si se nota escozor cada vez que se va a orinar, dolor continuo en la zona baja del abdomen, la orina sale entrecortada y en poca cantidad, o queda la sensación de necesitar hacerlo de nuevo, es probable que haya una infección.

Es aconsejable hacer un sencillo análisis de orina para averiguar si hay infección y tratarla cuanto antes. En casos leves, los síntomas a veces desaparecen con vitamina C o extractos de arándano rojo y bebiendo mucha agua durante unas horas. Cuando hay más dolor, se inicia tratamiento con antibióticos. Algunas mujeres también consiguen alivio orinando dentro de agua templada.

6. Dolor en las mamas

Es normal sentir cierta tensión durante los primeros días, porque el pecho aumenta de tamaño y se está produciendo una importante transformación en sus tejidos. La subida de la leche es más gradual si se pone al bebé sobre el pecho, piel con piel, nada más nacer. Es importante ponerle a mamar a demanda, al despertarse o al emitir algún sonido, sin esperar a que llore.

Porque cuando se hacen tomas interrumpidas de 10 minutos cada 3 o 4 horas, en lugar de tomas más frecuentes, que es lo que la mayoría de los bebés piden y necesitan, el pecho se congestiona más y duele.

A veces, si se retrasan las tomas o el bebé está mal colocado, la leche se estanca y se produce una subida exagerada o una ingurgitación, que si no se resuelve realizando tomas frecuentes, puede llegar a desencadenar una mastitis o una inflamación con fiebre.

Con tomas de 10 minutos cada 3 o 4 horas en lugar de tomas más frecuentes, el pecho se congestiona más y duele

En estos casos se consigue alivio aplicando algo de frío tras las tomas, o con antiinflamatorios, pero la solución definitiva pasa por un vaciado adecuado, mejor con el bebé que con el sacaleches. La ayuda experta inmediata evita muchos abandonos de la lactancia

7. Dolor en las varices

En el periodo de parto y posparto inmediato, las varices severas se pueden complicar. Hay que tener una especial precaución si una zona azulada de una vena dilatada se pone roja, dura y caliente. En esos casos, hay que acudir a urgencias.

Pero mayoritariamente, las varices pueden producir una mayor sensación de peso que mejora siguiendo alguno de estos consejos: poner de vez en cuando las piernas en alto, aplicarles duchas templadas que acaben con frío y descansar lo suficiente pero también caminar o hacer ejercicio.

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