¿Qué me irá mejor el yoga o el pilates? Claves para saber cuál te conviene

Aunque comparten muchas posturas, lo cierto es que el yoga y el Pilates son dos disciplinas cuya esencia y objetivos no son los mismos. Eso sí, a pesar de que persiguen metas diferentes, tanto uno como otro, son fuente de salud, tanto física como mental. 

Y es que los beneficios que proporcionan las posturas que forman parte de ambas disciplinas, tanto a nivel muscular y esquelético, como por lo que se refiere al funcionamiento de los órganos, es extraordinario. 

A pesar de que muchas posturas son las mismas (o muy parecidas), también hay diferencias que hacen que estas disciplinas sean únicas. Veamos a continuación en qué consisten cada una de ellas, qué aspectos les hace únicas y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

Así, intentaremos poner en tus manos información útil y práctica para elegir con criterio lo que más te conviene, yoga o Pilates.

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Orígenes muy distintos

Antes de entrar al nivel práctico, veremos cómo la forma y el momento en que surgieron ambas disciplinas son muy distintas, lo cual afecta al objetivo que persiguen y, por tanto, también a las herramientas (posturas) que se utilizan.

En primer lugar, el yoga es una disciplina milenaria que dio sus primeros pasos en la India hace unos 5.000 años. Para entender qué es el yoga, es útil saber que el término "yoga" significa "unión". Y es que, básicamente se trata de la búsqueda de la unión del cuerpo y la mente. Para ello, se emplean las posturas (asanas), con las que el practicante ejercita los músculos de tal manera que se desbloquean los "nudos" energéticos permitiendo que la energía fluya de nuevo y devolviendo el bienestar físico y emocional al yogui. 

Además, como veremos más adelante, la respiración es tan o más importante que las posturas. Es lo que en el mundo del yoga se conoce como pranayama. Existen diferentes ejercicios respiratorios cuyos efectos pueden ser muy distintos (excitantes o relajantes) y que se suelen practicar en todas las sesiones de yoga.

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Un método para soldados convalecientes

Por su parte, el método Pilates es mucho más reciente. El hombre que hay detrás de la nomenclatura, Método Pilates, es Josep Hubertus Pilates, un niño enfermizo que decidió estudiar para encontrar la manera de fortalecer el cuerpo humano, y para ello creó el método que lleva su nombre. Lo interesante del caso es que la primera vez que se utilizó fue en la Primera Guerra Mundial. Pilates trabajaba como enfermero en un campo de concentración donde llevó a la práctica sus rutinas de ejercicios entre los pacientes como terapia de rehabilitación.

A la vista está que son dos orígenes muy distintos con dos objetivos también muy diferentes. Sin embargo, ambas propuestas se componen de posturas más o menos estáticas, cuyos efectos, son muy similares.

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cómo saber si te conviene más yoga o Pilates

A pesar de que insistimos en la idea de que yoga y Pilates no son excluyentes. De hecho, son perfectamente compatibles, ahí van 3 preguntas clave que puedes hacerte para optar por uno u otro:

1. ¿Buscas algo más espiritual?

Si te interesa añadir al trabajo físico una visión más espiritual, sin duda, te gustará más el yoga. Ahora bien, no creas que esta disciplina es única. De hecho, existen numerosas ramas dentro del yoga, unas más espirituales que otras. Y es que, aunque todas tienen en cuenta la energía que, según el yoga, fluye en nuestro interior, también es cierto que unas le dan más protagonismo que otras. 

Por el contrario, el método Pilates está centrado 100% en el organismo, sus músculos, huesos, articulaciones... Es un método, recordemos, que nació para rehabilitar a los soldados heridos en combate.

2. ¿Necesitas ver resultados rápidamente?

Por lo que se refiere a los efectos a nivel físico del yoga o el Pilates, lo cierto es que no existen grandes diferencias. De hecho, lo que tienen en común es que ambas proporcionan resultados tanto a corto como a medio y largo plazo. Así, tras las primeras clases de Pilates o sesiones de yoga, es posible disfrutar de una agradable sensación de bienestar fruto, sobre todo, de los estiramientos y de los minutos finales de las clases que suelen dedicarse a la relajación muscular.

A esos efectos relativamente inmediatos, habría que sumarle los que afloran con el paso del tiempo y que están relacionados con el fortalecimiento de la musculatura y la corrección postural. Tanto el yoga como el Pilates favorecen la tonificación de los músculos y el cuidado de las articulaciones, evitando así el daño asociado a los deportes de impacto, algo que hay que tener en cuenta especialmente a partir de los 50 años. 

3. ¿Es necesario ser flexible?

Uno de los miedos (injustificado) de muchas personas es que creen que para practicar yoga es necesario ser una especie de contorsionista de circo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El éxito en las redes sociales de muchas influencers que publican sus fotos con posturas imposibles para la mayoría de la gente, ha hecho que muchos crean que eso es yoga, lo cual les "echa para atrás" rápidamente. 

Sin embargo, la esencia del yoga no es esa. Para practicar yoga no es necesario mantener el equilibrio sobre la cabeza o doblar la pierna hasta conseguir un ángulo nunca visto, basta con llegar hasta donde el cuerpo nos permite, siguiendo las indicaciones del instructor de yoga. 

Por tanto, si lo que te hace dudar entre el yoga y pilates es el tema de la flexibilidad, no lo tengas en cuenta, ya que la flexibilidad es algo que desarrollarás poco a poco a medida que lo practiques, no una condición previa. 

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