Tener el colesterol alto no ocasiona, de entrada, ningún tipo de molestia ni de síntomas. Quizá por eso se le da menos importancia de la que merece.
Si ya te ha salido colesterol alto, unos hábitos de vida saludables te ayudarán a normalizarlo, y si los análisis aún no te han salido alterados, te servirán para prevenirlo.
Cómo afecta tener el colesterol alto
De entrada, conviene aclarar que sin colesterol no podríamos vivir, ya queesta sustancia es esencial para que fabriquemos la mielina de nuestro cerebro, así como la bilis, la vitamina D y muchas hormonas, como las sexuales y las tiroideas, sin las cuales nuestro organismo no podría funcionar.
Sin embargo, un exceso de colesterol puede desembocar en graves problemas de salud:
1. Se forman placas en las arterias
Cuando se acumula un exceso de colesterol en las arterias, el organismo "llama" a los glóbulos blancos (macrófagos) para que actúen como "barrenderos" y se encarguen de eliminar el colesterol depositado.
La acumulación de macrófagos puede formar placas que obstruyen la circulación
Pero si los niveles de colesterol son demasiado elevados, nuestras defensas no pueden asimilarlo todo y, por lo tanto, los macrófagos se depositan también en las arterias, acumulando en su interior el colesterol oxidado que no han sido capaces de eliminar. Se forma así la llamada placa de ateroma en las arterias.
2. Aumenta el riesgo de ictus e infarto
Cuando se deposita ateroma en las paredes de las arterias (aterosclerosis), se va reduciendo su diámetro, impidiendo la correcta circulación de la sangre por su interior. Si en algún momento la obstrucción impide el riego sanguíneo en el cerebro o el corazón, se produce un infarto.
3. La acumulación de colesterol afecta a todas las arterias del organismo
Eso hace que, a través de un efecto en cadena, el exceso de colesterol pueda provocar también problemas de riñón o de impotencia, entre otros.
Por qué aumenta el colesterol
En la mayoría de los casos, los niveles elevados de colesterol son consecuencia de una dieta poco sana, así como de un estilo de vida sedentario.
Al margen de estos factores, las mujeres pueden ser más propensas a sufrir este problema en determinadas etapas de su vida. El embarazo, por ejemplo, puede elevarlo, sobre todo si la mujer ya tenía unos niveles altos de colesterol antes. Tomar anticonceptivos también puede subirlo. Y durante la menopausia, el descenso de estrógenos reduce el colesterol “bueno” y aumenta el “malo” y el total.
Algunas enfermedades son capaces de producir un exceso de colesterol
Ciertas enfermedades también pueden causar este incremento al propiciar alteraciones de los lípidos en la sangre. Si te encuentras en estos casos debes prestar especial atención a tus niveles de colesterol:
- Diabetes. La alteración en el metabolismo de los azúcares que la causa puede elevar la cantidad de colesterol en sangre.
- Desajustes hormonales. Algunas enfermedades que pueden incrementar los niveles de colesterol son el hipotiroidismo y el síndrome del ovario poliquístico.
- Tomar alguna medicación. También puede repercutir en el colesterol. Entre los fármacos que pueden provocar este efecto secundario, se encuentran los esteroides como la cortisona o los antipsicóticos atípicos, usados para tratar algunos trastornos psiquiátricos.
Cómo puedes bajarlo
En muchos casos, con una dieta adecuada y la práctica regular de ejercicio es posible controlar el colesterol. Ten en cuenta las siguientes pautas en tu alimentación:
Elige grasas beneficiosas
Limita el consumo de grasas saturadas, ya que elevan el nivel de colesterol LDL o "malo". Se encuentran en la carne roja, mantequilla, queso, leche entera, bollería y precocinados.
Por el contrario, los alimentos ricos en grasas insaturadas (sobre todo las monoinsaturadas del aceite de oliva) pueden ayudar a bajar el colesterol LDL. Las poliinsaturadas también son buenas y están en los aceites de maíz, girasol y soja.
Sigue estas pautas periódicas
- Cada día. Da preferencia al consumo de fruta, verdura (judías verdes, espinacas, acelgas, zanahorias, tomates, pimientos de colores, lechuga) y cereales integrales.
- Varias veces por semana. Carnes blancas (aves, conejo), pescado (sobre todo el azul), lácteos bajos en grasa, legumbres y frutos secos (un puñadito).
- Muy de vez en cuando. Carne roja, vísceras, fritos, bollería industrial, dulces, lácteos grasos, bebidas azucaradas...
Haz vida sana
Además de controlar tu alimentación, conviene que adoptes hábitos saludables como estos:
- Haz ejercicio. La actividad física fomenta el metabolismo de las grasas en tu cuerpo. Esto ayuda a reducir los niveles de colesterol “malo” de tu sangre y a incrementar los niveles del “bueno”. Con solo practicar un mínimo de 30 minutos de actividad física diaria regalas años de salud a tus arterias y tu corazón.
No solo hay que cuidar la dieta; el alcohol o fumar suben el colesterol
- Mantén un peso adecuado. Corregir la alimentación y practicar ejercicio te ayudará a perder los kilos de más. Esto es importante porque la grasa se acumula en el organismo en forma de tejido adiposo y este puede convertirse en triglicéridos. El exceso de estos lípidos se ha relacionado con un mayor riesgo de que aumente el colesterol "malo" en sangre.
- Deja de fumar. El tabaco disminuye la concentración de colesterol "bueno" en sangre.
- Limita el consumo de alcohol. Este afecta al hígado, que se encarga, entre otras cosas, de eliminar el colesterol sobrante.
Si esto no es suficiente
Cuando todas estas medidas no bastan para controlar los niveles de colesterol, el médico puede recetarte algún fármaco como las estatinas, que reducen la producción de colesterol en el hígado, bajando los niveles del "malo" y subiendo los del "bueno".
La medicación también puede ser necesaria en algunos casos en los que la hipercolesterolemia (niveles elevados de colesterol en sangre) es hereditaria.
Cuáles son los valores recomendados
Algunos análisis de sangre solo recogen la cifra global de colesterol. Si te sale alta, pide a tu médico que te haga un perfil lipídico para comprobar los valores del colesterol "bueno" y del "malo" por separado. Las cifras recomendadas son estas:
- Colesterol total. Debería ser menos de 200 mg/dl.
- LDL. Es el llamado colesterol "malo" porque atasca las arterias. Lo ideal es que esté por debajo de 100 mg/dl, y no debería superar los 160.
- HDL. Es el colesterol "bueno" porque "barre" el LDL. Lo aconsejable es que esté por encima de 40 mg/dl, ya que si está alto contrarresta el peligro del colesterol total.
- Triglicéridos. Esta otra grasa no debe superar los 150 mg/dl.