Cómo tomar agua de apio: la bebida depurativa que baja el ácido úrico

Seguro que en alguna ocasión has oído eso de que beber agua de apio puede ayudar a adelgazar. Es posible, incluso, que hayas escuchado hablar de otros muchos posibles beneficios. Pero como todos sabemos, de lo que se oye en la calle a la realidad, suele haber una gran distancia.

No obstante, en lo referente al agua de apio muchos de estos rumores son ciertos. Es un gran remedio casero para deshinchar el vientre. Pero su principal y más importante beneficio es que reduce los niveles de ácido úrico, protegiéndonos de enfermedades como la gota, cuidando de nuestros riñones y previniendo el desarrollo de problemas cardiovasculares. Y esto no es todo lo que puede ofrecernos el agua de apio. Te contamos todas sus bondades y cómo debes prepararla para beneficiarte de sus propiedades.

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Beneficios de tomar agua de apio para la salud

El agua de apio es una bebida muy refrescante y saludable que puede ayudarnos a prevenir enfermedades, cuidar de nuestra salud cardiaca y reducir la hinchazón del vientre de forma sencilla y eficaz. Y con la llegada del calor, el cuerpo agradece su sabor refrescante y su gran capacidad de hidratación.

Pero esto no es todo lo que el agua de apio puede aportarnos. Para comprender bien sus beneficios, debemos analizarlos detenidamente, como haremos a continuación:

Capacidad depurativa y diurética

El apio está formado, en una gran proporción, por agua. Y, por si fuera poco, hemos preparado con él una bebida a base de agua. Además, contiene gran variedad de electrolitos. Estas dos características, juntas, lo convierten en un excelente agente hidratante y desintoxicante del cuerpo. Mientras contribuye a mantener nuestro organismo hidratado, los electrolitos como el potasio o el socio ayudan a mantener el equilibrio de líquidos y minerales en el organismo.

Además, el apio contiene compuestos naturales que estimulan la función renal y aumentan la producción de orina. De esta forma, facilita la eliminación de toxinas y desechos por medio de los riñones. Esto ayuda a combatir la retención de líquidos, cumpliendo una doble función. Por un lado, mantener los riñones sanos. Y por otra, deshincharnos y generar una sensación de vientre más plano. E

Cabe destacar que este beneficio no se sostiene a largo plazo. Es un efecto a corto plazo de tomar agua con apio, que como diurético, deshincha el vientre durante unas horas, hasta que volvemos a acumular líquidos en la zona.

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Reducción del ácido úrico

La capacidad del agua de apio de reducir los niveles de ácido úrico en sangre se los debemos a las ftálidas, unos compuestos orgánicos que se encuentran de forma natural en este y otros vegetales, como el perejil. Además de ser el principal responsable de su curioso sabor, este compuesto tiene muchos beneficios para el organismo.

El que más nos interesa en este punto son sus propiedades diuréticas, aumentan la excreción de ácido úrico a través de la orina, contribuyendo a mantener sus niveles bajos en el organismo.

Además, el apio es bajo en purinas, que son los compuestos que descomponen el ácido úrico en el cuerpo, impidiendo su eliminación. Limitando la ingesta de purina (que se encuentra presente en otras bebidas, como la cerveza) se puede reducir la producción de ácido úrico y prevenir su acumulación en la sangre.

Control de la presión arterial             

Otros de los beneficios que ofreces las ftálidas para la salud es su interacción positiva con la presión arterial. Este compuesto ayuda a relajar los músculos lisos de los vasos sanguíneos. De esta forma, favorece su dilatación y reduce la resistencia vascular, que es la que produce la presión arterial.

Además, el apio es una buena fuente de potasio, un mineral que contrarresta los efectos negativos del sodio en la presión arterial al promover su eliminación.

Propiedades antiinflamatorias

Además de ftálidas, el apio contiene poliacetilenos y flavonoides. Estos dos compuestos tan complejos tienen propiedades antiinflamatorias, que ayudan a reducir la inflamación del cuerpo.

Esto no solo puede ayudarnos a prevenir enfermedades crónicas o degenerativas a largo plazo, sino que además alivia el dolor y la inflamación que se asocian a condiciones como la artritis.

¿Cómo preparar y tomar el agua de apio?

Ahora que conoces todos los beneficios de tomar agua de apio, es hora de repasar cómo se prepara y cómo debe tomarse. Por lo general, se recomienda tomar una o dos tazas al día, y preferiblemente a primera hora de la mañana. Aunque si te gusta y te sienta bien, puedes tomarla como bebida para acompañar las comidas o como refrigerio para lidiar con el calor y la deshidratación.

Dicho esto, la forma correcta de preparar el agua de apio es la siguiente:

• Necesitarás un manojo de apio fresco y agua.
• Lava el apio bien para eliminar cualquier resto de suciedad. Asegúrate de repasar bien tanto los tallos como las hojas. Luego córtalo en trozos pequeños. Puedes incluir todas las partes del apio, no es necesario que tires nada.
• Coloca los trozos de apio ya cortados en un recipiente grande lleno de agua. La cantidad dependerá de cuánta agua de apio desees preparada y que tan concentrada la quieras. Empieza con un litro y ve cambiando las cantidades hasta encontrar la concentración que mejor se ajuste a tu paladar.
• Deja que el apio repose en el agua durante al menos un par de horas. Lo ideal es dejarlo toda la noche, para que los nutrientes y los compuestos beneficiosos del apio se transfieran al agua. Pero si no te es posible, con unas dos o cuatro horas podría ser suficiente.
• Cuando haya acabado el tiempo de remojo, utiliza un colador o una gasa para filtrar el agua y separar los trozos de apio. La mezcla filtrada es lo que debes beber como agua de apio.
• Guarda la mezcla en un recipiente hermético en el frigorífico para mantenerla fresca. Puede durar entre 2 y 3 días manteniendo sus propiedades, aunque lo ideal es beberla en el mismo día.

Aunque esta es la preparación clásica del agua de apio, hay quien le añade también unas rodajas de limón o unas hojas de menta para añadirle sabor adicional y una sensación más refrescante, si cabe. Prueba, cambia la receta y encuentra la versión que más te guste. Porque, al fin y al cabo, se trata no solo de que sea saludable, sino también de que te resulte agradable beberla cada día.