Dr. Ricardo Ruiz, dermatólogo: "Una crema de una protección de un factor 50 no es el doble de un factor de 25”

Al sol no hay que temerle, hay que respetarlo. Ha de ser nuestro aliado. Es lo que nos recuerda el dermatólogo Ricardo Ruiz, que ha aclarado algunos errores que solemos tener respecto a los protectores solares y tomar el sol.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Dr.  Ricardo Ruiz

Dr.  Ricardo Ruiz, Dermatólogo. Experto en Dermatología Oncológica y Estética.

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El sol ya es muy fuerte. Más de lo que creemos. Relacionamos siempre el sol más fuerte con el calor del verano y nos olvidamos que el solsticio, cuando los rayos llegan más directos, es a finales de junio. Es decir que ya están pegando de pleno. Además ahora nuestra piel está más desprotegida, es más blanca tras pasar todo el invierno cubierta.

Por todo ello debemos tener especial cuidado con el sol. No significa que haya que escondernos de él. El sol es vida. Es indispensable para nuestra salud. Del sol obtenemos la mayor parte de la vitamina D, esencial en nuestro organismo. “No hay que huir del sol”, dice el doctor Ricardo Ruiz, dermatólogo.

chica con crema solar

"Hay que saber relacionarse con el sol", nos indica el dermatólogo.

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El doctor Ruiz trabaja en Tarifa, una zona muy habitual de deportes acuáticos. Ha visto que la gente “se protege mucho más ahora que antes”. Cree que vamos por el buen camino y hemos tomado conciencia. Por eso da un par de consejos para que tampoco exageremos la protección.

Cómo entender bien el grado de protección

Los ha explicado en un vídeo que ha compartido en redes sociales con sus miles de seguidores. El doctor recuerda que “hay que saber relacionarse con el sol”. Un ratito de sol al día nos ha de dar para sintetizar esa vitamina D. En invierno hay que insistir en ponernos quince minutos al sol. En primavera y verano ya solo paseando recibimos esa dosis.

Por eso, si vamos a estar en la playa o en el campo hay que ponerse sí o sí el fotoprotector. Hemos de tener claro que el factor de protección va a depender de nuestro tipo de piel y el tiempo que estemos. Las personas muy blancas han de tener un protector muy alto, de 50, y las muy morenas o negras, con uno de 20 basta.

Sobre ese grado de protección también hay falsas creencias. “Una crema de una protección de un factor 50 no es el doble de un factor de 25”. La de 50 cubre el 99% de la radiación solar y el factor 25 cubre el 98%, aproximadamente.

Por tanto, la de 50 no bloquea el doble. La protección es casi la misma. Lo que te dice el factor es que con la de 50 puedes estar el doble de tiempo al sol sin quemarte. Por tanto, si vas a estar poco rato, con la de 25 basta.

Las fechas de caducidad importan

El doctor Ruiz también llama la atención sobre otro error común: pensar que como no es un comestible, lo de la fecha de caducidad no importa. “Las cremas caducan de un año para otro”, asegura.

Pese a que el producto pueda parecer en buen estado. Incluso sintamos que nos protege porque no nos hemos quemado. Los ingredientes activos pueden no estar ejerciendo bien su función. Ya no tienes garantizada la protección y vas a tener una falsa sensación de seguridad.

Eso puede hacer que te pases del tiempo y te quemes igualmente. Puede no ser una gran quemadura muy visible, pero el daño se verá reflejado a largo plazo en tu piel. No te la juegues ni creas que lo de la caducidad es un truco farmacológico para que gastes más en cremas.

También hemos de recordar que las cremas no se quedan fijas en la piel. Si nos bañamos o nos secamos con la toalla, hay que volver a aplicarnos el producto. Cada crema también marca el tiempo en el que es efectiva y hay que volver a aplicársela.

El objetivo es evitar las quemaduras

Todas estas indicaciones tiene un objetivo. La quemadura solar es lo que debemos evitar a toda costa. “Eso es lo que envejece la piel, lo que hace que las lesiones premalignas se hagan malignas, que los lunares se conviertan en melanomas (cáncer de piel)”, advierte el doctor Ruiz.

El ser humano empezó con la piel negra. La Naturaleza es sabia y así se protegía lo más posible. Cuando fue a conquistar territorios al norte, donde los días de sol se reducían mucho, fue aclarando su piel en una evolución de siglos para poder lograr mejor la tan necesaria vitamina D.

Como hemos viajado más rápido que la evolución, hoy hay pieles nórdicas en países africanos y pieles negras en países nórdicos. Unos con riesgo de quemaduras y otros con falta de vitamina  D. Por tanto, sol sí, con precaución siempre y sabiendo en qué latitud vives y qué tipo de piel tienes.

Por último, casos excepcionales que recuerda el dermatólogo: “Si tomáis antibióticos o antiinflamatorios no debéis exponeros al sol porque luego puede haber reacciones fototóxicas”.

Y nuca te pongas colonia antes de tomar el sol. Recuerda que es alcohol y puede producir manchas.