4 trucos para pies secos y agrietados aprobados por especialistas

¿Cómo cuidas tus pies? Aroa Tardáguila, investigadora de la Universidad Complutense se Madrid y Daniela Silva, especialista en Medicina Interna, nos explican cómo mantener los pies sanos durante las vacaciones.

Judith Vives
Judith Vives

Redactora especializada en salud y bienestar

Actualizado a

Mujer con mano en el tobillo. Cuidado de pies
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Una señal evidente de la llegada del calor es que empezamos a mostrar los pies. Fuera botas y zapatos y bienvenidas sean las sandalias y chancletas. Los pies son un regulador de la temperatura corporal y, por eso, a la mínima que suben las temperaturas, es importante ventilarlos y refrescarlos para adaptarnos al clima.

Eso, claro, también tiene sus desventajas. Al llevar los pies descubiertos todo el día, sufren mucho más a consecuencia del calor, el sol, la arena de la playa y otros factores. Es por eso que en verano es cuando más secos y agrietados lucen nuestros pies.

Lo bueno es que podemos tomar algunas medidas para evitar males mayores, como infecciones u otros problemas.

pies

Una buena hidratación es indispensable para cuidar los pies en verano.

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Trucos para los pies secos y agrietados

"No basta con mimar los pies de cara a la estética; mantenerlos saludables es una cuestión de bienestar general, ya que cualquier problema puede afectar la movilidad y la calidad de vida”, afirma Aroa Tardáguila García, investigadora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid.

Esto es lo que recomiendan los expertos en podología para cuidar nuestros pies en verano.

¿Por qué sufren más los pies en verano?

El calor hace que los pies suden más, lo que impacta en la salud de los pies. También el hecho de estar expuestos a más ambientes húmedos como las piscinas, las duchas o el mar impacta en su estado.

Al ir más tiempo con zapatos abiertos, también exponemos más los pies a la suciedad de las calles y esto puede aumentar el riesgo de infecciones.

Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare, explica que “la mezcla de calor, humedad y actividades al aire libre puede causar varios problemas que, de no tratarse a tiempo, pueden resultar en molestias graves e infecciones”.

Los problemas más comunes

El impacto que el verano tiene en los pies se resume rápidamente:

  • Mayor sequedad: paradójicamente, cuanto más expuestos a humedades están los pies, más seca se queda la piel, y mayor es la necesidad de hidratarlos.
  • Grietas: la falta de hidratación agrieta los pies y abre la puerta a posibles infecciones. Entre las más comunes se encuentran el pie de atleta y la onicomicosis. Entre sus síntomas se incluye el picor, el enrojecimiento, las uñas deformadas, etc.

"Las infecciones por hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos, por lo que el verano es un momento idóneo para que estos oportunistas infecten nuestros pies", explica Aroa Tardáguila García.

Hidratación, la primera norma

Si la sequedad es el problema, la hidratación tiene que ser la base para la solución.

"El verano es un momento en el que nuestros pies están más expuestos y sufren más daños, por eso es fundamental mantener una buena hidratación y usar cremas específicas con urea para evitar que la piel se agriete y se debilite, facilitando así la aparición de infecciones”, explica Tardáguila García.

Pies con chanclas

Las chanclas de dedo suelen producir rozaduras y ampollas.

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Protección solar

Al llevar más zapatos abiertos, tenemos que pensar en proteger los pies del sol del verano.

 “Un error común es pensar que la piel del pie no necesita protección solar; en realidad, la zona del empeine es muy sensible y se quema con facilidad, por eso aplicar protector es indispensable para prevenir quemaduras y problemas a largo plazo”, comenta Daniela Silva.

El protector lo pondremos siempre en el empeine, pero también en los dedos.

4 Trucos para prevenir y cuidar los pies en verano

Además de estos consejos básicos, hay otras medidas y hábitos que debemos adoptar para cuidar los pies.

  1. Higiene diaria: lavar y secar bien, especialmente entre los dedos.
  2. Calzado adecuado: las chanclas y las sandalias pueden ser problemáticas, al no sujetar bien los pies, lo que puede desembocar en torceduras y lesiones. En este sentido, una buena alternativa puede ser el calzado barefoot, ya que “permite una movilidad más natural y evita tensiones en los dedos que pueden derivar en malformaciones y dolor”, explica Silva.
  3. No andar descalzo en lugares públicos: en verano es muy tentador andar descalzo, y mucha gente lo hace en lugares como piscinas, duchas o gimnasios. Sin embargo, hay que evitarlo a toda costa para evitar contagios.
  4. Frenar la sudoración: si los pies sudan demasiado, aumenta la sequedad de la piel. En estos casos se indica el uso de polvos antifúngicos o antitranspirantes.

¿Qué hacer si ya tenemos grietas o hongos?

Si hemos llegado tarde a la prevención y en nuestros pies aparecen algunas señales como grietas en la piel, o indicativos de infección como los hongos, lo mejor será recurrir a un especialista en podología para aplicar el tratamiento que sea más conveniente.

En estos casos se pueden recetar cremas o incluso tratamientos orales. En ningún caso debemos automedicarnos, sino seguir el consejo de los especialistas para resolver el problema cuanto antes y evitar contagiar a otros.