Uno de los hábitos que más nos gusta a los españoles es salir los fines de semana a tomar el aperitivo. Con los amigos o con la familia, el caso es compartir un ratito de conversación alrededor de unas tapas y unas bebidas. Calamares, tortilla, patatas bravas, boquerones en vinagre, aceitunas, o todo tipo de encurtidos, son algunas de las tapas preferidas que se sirven en muchos de los bares y restaurantes de toda la geografía española.
La cuestión es que muchas de ellas, la mayoría, no son la mejor opción para formar parte de una dieta equilibrada, ya sea por la forma de cocinado o por el alimento en sí. Sin embargo, hay una de las tapas estrella que además de ser muy apreciada para servir de acompañamiento, destaca por sus propiedades nutricionales. En concreto, por su alto contenido en probióticos.
¡Una ración de probióticos, por favor!
Estamos acostumbrados a identificar los alimentos probióticos con el yogur, el kéfir o el chucrut. Sin embargo, como apuntábamos unos líneas más arriba, hay un aperitivo, muy típico español, que contiene más probióticos que cualquiera de ellos y que, por tanto, es un gran aliado para el cuidado de nuestra flora intestinal, y de nuestra salud física y mental.
Todos estos beneficios se atribuyen a los pepinillos encurtidos. Y, hacemos hincapié en que nos referimos a los encurtidos, ya que, no son lo mismo que los pepinillos en vinagre, y estos no tienen las mismas propiedades.
Por tanto, para tener más claro que son los encurtidos, recuerda que son el resultado de un proceso de lactofermentación que convierte los azúcares del alimento en ácidos que se activan en presencia de agua con sal (salmuera) y falta de oxígeno.
Cuando las bacterias y levaduras se someten a este proceso convierten los carbohidratos de la verdura en cepas probióticas que generan ácido láctico. Este ácido es el que le proporciona el sabor típico e inconfundible de los encurtidos, y lo más importante, es el que paraliza la aparición de patógenos y ayuda a la conservación del alimento sometido a este proceso de fermentación.
y además, no engordan
La principal propiedad de los encurtidos es que es una forma natural para conservar las vitaminas y minerales que contienen, así como los carbohidratos y ciertos pigmentos como las antocianinas, los glucosinolatos, el licopeno, el betacaroteno y los flavonoides. Ahora bien, a la conservación, le sigue su efecto probiótico, lo que, desde el punto de vista de la salud es muy relevante, por su participación en la salud intestinal, e incluso en la salud mental. Y es que, cada vez hay más estudios que confirman la estrecha relación que hay entre la cantidad y variedad de bacterias beneficiosas que habitan en el intestino, con la posibilidad de desarrollar una depresión o de incidir en su pronóstico.
Sin embargo, esta no es su única ventaja. Otra de las propiedades más apreciadas de los pepinillos encurtidos es su escaso aporte calórico. Algo que hace que se recomienden con frecuencia en las dietas de adelgazamiento. Se calcula que 100 g de este alimento aportan unas 14 calorías. Como ves, una cantidad que ya de por sí es pequeña, pero si la comparamos con las calorías de un yogur desnatado, que suelen tener unas 50 calorías, la ventaja se evidencia aún más.
Beneficios inesperados de los pepinillos
Además de los efectos probióticos y su escaso aporte calórico, la tapita de pepinillos encurtidos de los domingos trae algunas otras pequeñas alegrías. Te mostramos tres de sus ventajas frente a las de los alimentos probióticos "tradicionales", como el yogur:
- Cuidan de la piel. Son buenos para el estado de la piel por su alto contenido en minerales y vitaminas. Además, también hay varios estudios que revelan que el consumo de estos alimentos probióticos favorece la protección de la piel expuesta a radiación.
- Aportan sensación de saciedad. Debido a su aporte de fibra, los pepinillos proporcionan un alto poder saciante. Algo fundamental cuando seguimos una dieta de adelgazamiento. De hecho, no es la única razón para incluir los pepinillos en este tipo de dietas, también hay que tenerlos en cuenta por las pocas calorías que suman, y porque desplazan el consumo de otro tipo de alimentos que podrían no ser tan idóneos.
- Son depurativos. Aunque no son el paradigma de los alimentos depurativos, es cierto que sí contribuyen a no acumular toxinas. Esto es así porque al comer los pepinillos, favorecemos el proceso de digestión, la absorción de nutrientes y regula el ritmo intestinal, lo que en última instancia revierte en una mejor salud intestinal.
Comparémoslo con el yogur
La mejor manera de tener una idea clara de cuál es el perfil de los pepinillos encurtidos, y en concreto, de su contenido en probióticos, es enfrentándolo al yogur, el probiótico por excelencia.
En este sentido, se considera que el yogur natural es un alimento probiótico esencial con alrededor de 100 millones de bacterias y numerosas propiedades para nuestro organismo. Y ahí es donde reside gran parte de su importancia, ya que, su contenido en calcio (123 mg cada 100 g) y proteínas (10 g cada 100 g), es el origen de dos de esas propiedades extra, su efecto en el fortalecimiento de los huesos y, su poder para reparar y desarrollar de los músculos.