La cúrcuma no deja de ganar adeptos en los últimos años, y es que esta cada vez son más los estudios científicos que avalan sus beneficios para la salud. Tanto es así que se considera un antiinflamatorio natural.
Además, cuenta con la ventaja de que puedes incorporarla a multitud de recetas: sopas, guisos, salsas… hasta puedes usarla para elaborar deliciosas bebidas. Pero debes saber cómo usarla y combinarla para sacarle el máximo provecho, porque no siempre se absorbe bien.
¿Qué es la cúrcuma?
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La curcumina puede calmar la acidez de estómago como un fármaco.
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Esta especia de color anaranjado se obtiene de la raíz de la Curcuma longa, una planta de la misma familia que el jengibre originaria del sudeste asiático.
Se usa desde hace miles de años tanto como condimento en la cocina como por sus propiedades medicinales. En el Ayurveda (la medicina india) y otras medicinas tradicionales se usa para tratar diversos trastornos respiratorios, digestivos, de la piel o de las articulaciones, entre otros. También se utiliza como colorante, de hecho, se conoce como azafrán de raíz.
Normalmente se encuentra en forma de polvo, pero cada vez es más habitual encontrarla entera en las tiendas. Su sabor algo picante y amargo y su intenso aroma le dan un toque oriental a los platos.
La cúrcuma es también un ingrediente habitual en el curry, una mezcla de especias (que además de la cúrcuma suele incluir chile, comino, cardamomo, canela y clavo) muy usada en la cocina india.
La cúrcuma, un antiinflamatorio natural
La cúrcuma tiene un poderoso efecto antiinflamatorio que han avalado multitud de estudios. Esto se debe a la curcumina, la sustancia que le da su color anaranjado, y a otras sustancias parecidas (que en su conjunto se conocen como curcuminoides). De hecho, una investigación de 2009 incluso comparó el efecto de la suplementación con curcumina al del ibuprofeno en la artrosis de rodilla.
La curcumina también le otorga a la cúrcuma propiedades antioxidantes, que ayudan a proteger las células del daño provocado por los radicales libres.
No obstante, hay que tener en cuenta que para obtener estos efectos las dosis han de ser altas y, en realidad, la curcumina de la cúrcuma no siempre se absorbe bien cuando lo usamos como especia. Como veremos más adelante, conviene combinarla con otras especies y grasas para aprovecharla bien.
Beneficios para tu salud de la cúrcuma
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, la cúrcuma ayuda a combatir la inflamación crónica, un trastorno que causa una inflamación de bajo grado generalizada que perdura en el tiempo y que se vincula a la aparición de diversas enfermedades. Además:
- Reduce el dolor: gracias a su efecto antiinflamatorio, resulta útil para aliviar diferentes tipos de dolor, como por ejemplo el debido a la artrosis o a la artritis reumatoide.
- Combate el envejecimiento prematuro: las propiedades antioxidantes de la cúrcuma resultan útiles para evitar el envejecimiento prematuro que no solo afecta a la piel, también al cerebro y a otras partes de nuestro cuerpo.
- Protege el cerebro: se cree que puede ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis múltiple.
- Mejora la digestión: la cúrcuma favorece la producción de bilis, una sustancia que ayuda a la digestión. También ayuda a aliviar la hinchazón y los gases y se está estudiando si puede ayudar a aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable.
- Cuida el corazón: se cree que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y a mejorar la función del endotelio (el tejido que reviste el interior de los vasos sanguíneos y el corazón), con lo que evitaría enfermedades cardíacas.
- Ayuda a prevenir el cáncer: algunos estudios apuntan a que podría ejercer un efecto protector frente al crecimiento y al desarrollo de las células cancerígenas, en especial del cáncer colorrectal.
- Mejora la depresión: algunos estudios sugieren que la curcumina puede ayudar en caso de depresión e incluso comparan su efecto con el del Prozac, un medicamento antidepresivo muy conocido.
¿Cómo se toma la cúrcuma?
La cúrcuma puede tomarse de diversas maneras diferentes, en la cocina o como suplemento nutricional.
Cúrcuma como condimento
Puedes usar la cúrcuma como especia en multitud de platos: sopas, arroces, salsas, guisos, patés vegetales… Las posibilidades son infinitas.
Eso sí, para mejorar la absorción de la curcumina, conviene consumirla junto a la pimienta negra, que contiene piperina, una sustancia que aumenta la biodisponibilidad de la curcumina y nos permite aprovechar mejor sus beneficios para la salud.
Por otro lado, la curcumina es liposoluble, por lo que es recomendable combinarla con grasas cardiosaludables, como aceite de oliva, aguacate, frutos secos o semillas.
Si vas a añadir la cúrcuma a platos calientes, es mejor hacerlo al final de la cocción (por ejemplo, un minuto antes de apagar el fuego), pues se sabe que en unos 15 a 30 minutos de cocción se pierde más del 80% de los curcuminoides.
Infusión de cúrcuma
Es una infusión ideal para después de las comidas, en especial tras la cena, para disfrutar de sus beneficios mientras descansamos.
Prepararla es tan sencillo como verter un cuarto de cucharadita de cúrcuma en polvo, unas rodajas de jengibre y un poco de zumo de limón en una taza de agua hirviendo, mezclarlo bien, apagar el fuego, y endulzarlo con azúcar moreno, sirope de ágave o un poco de miel.
Leche dorada
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La leche dorada se ha convertido en la bebida de moda de las famosas.
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También conocida como Golden milk, la leche dorada es una bebida típica de la India.
Para prepararla solo tienes que mezclar un vaso de bebida vegetal caliente (de coco o de almendras, por ejemplo) con un cuarto de cucharadita de cúrcuma en polvo, una pizca de pimienta y azúcar. La puedes tomar caliente o fría y resulta muy reconfortante.
Suplementos dietéticos
La cúrcuma también puede encontrarse en forma de suplementos nutricionales, que se elaboran a partir de la raíz seca y contienen curcuminoides. A menudo se mezcla con pimienta, para mejorar su absorción.
Debes tener en cuenta que el uso de suplementos de cúrcuma puede interaccionar con algunos medicamentos, como los anticoagulantes. Antes de tomar suplementos conviene consultar al médico.
Cremas y pomadas
A parte de ingerida, la cúrcuma también puede aplicarse en la piel. Puede encontrarse como ingrediente en cremas y pomadas para tratar problemas de la piel como el acné, el eccema, el envejecimiento prematuro.