Nada más abrir los ojos, lo ves claro: es uno de esos días en los que levantarte se te hace una montaña. ¿Quién no ha pensado en estos casos que lo mejor sería quedarse en la cama? Puede que suene como un buen plan, pero lo cierto es que esta decisión nos puede arruinar todavía más el día. Y la ciencia lo demuestra.
El neurocientífico Andrew D. Huberman es uno de los grandes expertos en el funcionamiento del cerebro, y en especial, en cómo la atención, la motivación o el estrés se ven influidos por factores como la luz, el sueño, la respiración y el comportamiento.
A través de su popular podcast Huberman Lab, este científico ha sabido acercar la ciencia del cerebro de manera clara y práctica, con consejos que podemos aplicar a la vida cotidiana.
La importància de la luz
Gracias a sus investigaciones, sabemos por ejemplo lo importante que es la luz natural para nuestro cerebro y para regular nuestro reloj biológico. Por eso siempre recomienda ver la luz del sol a primera hora de la mañana, como forma de activarnos de forma natural (y sin necesidad de tirarse a la taza de café).
De hecho, según Huberman, losprimeros minutos del día tras despertarnos son realmente importante. Las decisiones que tomamos en ese momento pueden ayudar a levantar la jornada o a arruinarla definitivamente.
No lo hagas
"Despiértate y quédate en la cama, con las cortinas cerradas, haciendo scroll pasivo en redes sociales… estás creando un déficit de atención", explica Huberman de forma simple y llana. Es decir, si tienes un mal día, lo peor que puedes hacer es quedarte tumbado y mirando al móvil.
Según Huberman, hay nuevos datos biológicos que demuestran que, cuando estás erguido, estimulas de forma beneficiosa una zona determinada del cerebro. "Cuando estás de pie, en realidad estás estimulando una zona del cerebro llamada locus coeruleus, mientras que, cuando estás reclinado, estás menos alerta”, señala el neurocientífico. Esta zona del tronco encefálico que menciona Huberman participa en la activación del cerebro y la atención.
Así que, en la típica situación descrita antes -tumbado con el móvil, sin ni siquiera haber levantado la persiana para que pueda entrar luz natural-, el cerebro se va a resentir sin remedio. Huberman lo tiene claro: "Es terrible".
Esto tampoco
En un breve vídeo en youtube, Huberman sintetiza en pocos segundos todo lo que hacemos mal cuando nos levantamos con mal pie. Primero, nos dice que quedarnos tumbados mirando el móvil es lo pero que podemos hacer. Pero también nos advierte de otras cuestiones que no nos van a ayudar a remontar la jornada.
Por ejemplo, el científico alerta sobre la costumbre de tomarnos un café nada más levantarnos, o de tomarlo mientras hacemos otras cosas. "Lo peor es la aleatoriedad de actividades: preparar café mientras mandan mensajes, sin recibir luz solar", explica.
Si en los primeros minutos del día, lo primero que hacemos es mirar el móvil, y hacemos actividades básicas como preparar el café con los ojos puestos en la pantalla, estamos creando un déficit de atención en el cerebro. Y esto va a condicionar el resto de actividades que queramos realizar a lo largo de la jornada.
"De repente, a estas personas les aparece el estrés porque están desviando su atención. Así que están construyendo un déficit de atención, y permiten que la mañana los arrastre... como si el viento los llevara a donde fuera", advierte Huberman de forma clara.
No te arruines el día
Siguiendo los consejos de Huberman, para empezar con buen pie, nada más despertarte, salta de la cama y sigue este ritual:
- Abre las ventanas para que entre la luz natural y ventila la habitación.
- Haz un poco de ejercicio físico. Seguir una breve rutina de estiramientos simplemente caminar un poco puede ayudar a liberar dopamina, que ayuda a arrancar el día.
- Dedica unos minutos para prepararte el café y desayunar con calma. Si puedes esperar un rato a tomarte el café, en lugar de bebértelo nada más salir de la cama, mucho mejor.
- No hace falta que tengas el móvil en la mano todo el rato. Aprovecha estos primeros instantes de la jornada para conectarte contigo mismo.
De esta manera, estás cuidando sin saberlo tu cerebro, y lo que parecía un mal día, puede empezar a mejorar.