Son pocas las personas que no tienen perfil en alguna de las redes sociales más populares. Y es algo paradójico, puesto que cada vez más estudios y expertos alertan de los riesgos de engancharse a estas plataformas.
Sin ir más lejos, un estudio reciente liderado por la Universidad de Cambridge advierte que los jóvenes con trastornos mentales como ansiedad o depresión usan las redes sociales de forma distinta a quienes no los tienen y destinan más tiempo a ellas.
Sea cual sea la razón, la psicología nos puede ayudar a comprender por qué existen algunas personas no usan las redes sociales en absoluto y el impacto que ello tiene en sus vidas. Todo depende, claro, del motivo por el que han tomado esta decisión.
Dificultad de acceso
Los motivos de las personas que no usan redes pueden ser muy variados. Puede tratarse de personas mayores con dificultades para acceder a las nuevas tecnologías, y en este caso, estaríamos hablando de exclusión digital, puesto que el entorno y los recursos disponibles condicionan nuestra relación con la tecnología.
En este sentido, un estudio realizado en Canadá durante la pandemia reveló que el no uso de estas tecnologías entre adultos mayores a menudo estaba limitado por la falta de apoyo social, de dispositivos adecuados o de conocimientos básicos.
Preservar la privacidad
Otro motivo que explica que algunas personas rehúyan las redes es la preocupación por la privacidad y la voluntad de preservar la información personal. Escándalos como el de Cambridge Analytica llevaron a muchas personas a plantearse su presencia digital y a vigilar más la información que comparten sobre su vida privada.
Un estudio titulado Better than Scrolling: Digital Detox in the Search for the Ideal Self, publicado en 2023 por la American Psychological Association, indica, asimismo, que otros factores que han llevado a tomar la decisión de no usar las redes son el agotamiento digital y el impacto que las plataformas tienen en la salud mental.
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La necesidad de enfocarse en sus cosas y evitar las distracciones que continuamente llegan de unas plataformas que secuestran nuestra atención, son otros motivos para no usar las redes.
Tal y como explica Cal Newport, profesor de Ciencia computacional en la Universidad de Georgetown, en su libro Minimalismo digital, existe un perfil de personas que buscan la satisfacción en actividades como leer un libro, hacer manualidades o, simplemente, charlar durante largo rato. Estas personas saben disfrutar de su tiempo sin necesidad de compartirlo en redes ni de estar pendientes de la tecnología.
Buscar la aprobación
Un estudio publicado en la Revista de Psicología en 2024, titulado Fatiga con las Redes Sociales, nos habla de las personas que tienen una menor necesidad que otras de encontrar una validación externa y la aprobación de los demás, por lo que no necesitan tener esta presencia digital.
Asimismo, el estudio explica que se da un descenso del neuroticismo y la ansiedad en las personas que logran superar el FOMO (Fear Of Missing Out), el miedo a perderse algo de las redes, y aprender a vivir sin estar pendientes de ellas.
Desintoxicarse de las redes
Una investigación de 2024 titulada A Comprehensive Review on Digital Detox: A Newer Health and Wellness Trend in the Current Era, analiza diferentes trabajos que hablan sobre los beneficios de un detox digital. Entre las conclusiones, destacan el hecho que la gente que evita las redes tiene una mayor capacidad de introspección y disfruta más de su tiempo libre.
En concreto, este estudio indica que someterse a una desintoxicación digital, aporta estos beneficios:
- Disminución de la dependencia digital y del uso compulsivo de dispositivos digitales.
- Mejora en la calidad del sueño.
- Mayor productividad y concentración.
- Aumenta la autoestima.
Aspectos negativos
En general, abandonar redes sociales o no usarlas suele tener un impacto positivo, pero el motivo también influye. Si se hace por presión o de forma impulsiva, puede ser perjudicial.
Una de las principales consecuencias es el aumento de la soledad. En especial, para personas que no cuentan con una red de apoyo o una alternativa para conectar con otras personas. Así se indica en el estudio de 2019 titulado Abstinence from social media use, subjective well‐being, stress, and loneliness.
Sin planificación, dejar las redes de un día para otro también puede conllevar emociones como la tristeza o incluso el miedo. Hay que tener claro con qué las podremos reemplazar y de forma equilibrada.