Un día te despiertas, te miras al espejo, y ahí está: la primera cana. Aunque se trata de un proceso totalmente natural, para muchas personas, y en especial para las mujeres, la aparición de los primeros cabellos blancos puede causar un impacto emocional.
Las canas suelen aparecer, para la mayoría de las personas, entre los 30 y los 40 años, si bien hay casos en que aparecen antes o después. El proceso que hace que el cabello se vuelva gris o blanco tiene que ver con los folículos pilosos que tenemos en la piel, y que dejan de producir melanina, que es el pigmento que da color a nuestro pelo.
A la vista o no
Cuando eso sucede, llega el momento de tomar una decisión: teñirse las canas, o aceptarlas y empezar a lucirlas con orgullo. ¿De qué depende que optemos por una u otra opción? Según la psicóloga Elena Daprá, en ello influyen varias razones: "Alude a varios conceptos psicológicos que tienen que ver con autoestima, con ese autoconcepto que tenemos de nosotros mismos y también con el momento vital", explica en una entrevista en la Cadena SER.
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La aparición de las canas conlleva un cambio de significado y percepción personal, indica la psicóloga. "La aparición de canas marca el fin de la juventud en la sociedad que la valora", continua, explicando que también simbolizan la llegada a un pico a partir del cual sentimos que vamos a ir hacia abajo en términos de vitalidad o imagen.
Signo de madurez
Este proceso no es igual para hombres y mujeres. "Nuestra sociedad atribuye roles de género, y nos dice que la mujer tiene más madurez que el hombre. Por eso, cuando el hombre llega a una edad en la que parece que es más maduro, se hace más atractivo", explica Daprá. Por el contrario, no sucede lo mismo en el caso de las mujeres.
De hecho, para muchas de ellas puede resultar traumático mostrar las canas y por eso preferirán teñirse el pelo. Otras, aceptarán su imagen y las lucirán con orgullo. La decisión forma parte de "un trabajo personal", que tenemos que realizar internamente para aceptar los cambios que llegan con la edad.
Cambio de etapa
Estos cambios llegan en un momento de cierta crisis personal. "No digo que sea la crisis de los cuarenta, pero sí que se da una especie de crisis vital en la que tienes que darte cuenta de todo lo que tienes, y no solo lo que te falta", nos aconseja la psicóloga Elena Daprá.
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"Si pones el foco en lo que tienes es cuando vas a empezar a aceptarte, incluido el hecho de que tu cuerpo cambia, y no solamente físicamente, sino a otro nivel, porque uno se siente diferente", añade.
Así pues, dejarse o no las canas a la vista y sin teñir tiene que ver con la autoestima y la capacidad de aceptación de los cambios de la vida.
¿Dejarse el pelo blanco nos ayuda a aceptarnos en estos momentos vitales? La respuesta de la experta es "no", puesto que asegura que se trata de "un trabajo mucho más complejo". Sin embargo, reconoce que, en un momento dado, este gesto de autoafirmación puede ayudar.
Luce las canas
Si formas parte del grupo de personas que han decidido aceptar la aparición de las canas, puedes seguir algunos consejos para cuidarlas y lucirlas con orgullo. El pelo blanco requiere una serie de cuidados específicos:
- Hidratación: es recomendable usar champús hidratantes y ponerse mascarillas nutritivas al menos dos o tres días por semana
- Protección: trata de evitar secadores, planchas y otros aparatos que aporten demasiado calor a tu pelo para evitar que se vea demasiado seco y sin vida. Protégete también del sol directo, que puede dañar el pelo.
- Conserva el color: usar un champú violeta o azul evita que el cabello blanco se vuelva amarillento y conserva el tono gris o blanco más natural.
- Corte: la forma de peinar el pelo canoso también influye en como luce. Elige un corte bob, déjatelo corto o a media melena con ondas para que se vea fresco y moderno.
En los últimos años, son muchas las mujeres que han optado por mostrar sus canas como símbolo de autenticidad, para romper con ciertos estereotipos de belleza femenina y para reivindicar la madurez.