Durante la gestación hacer ejercicio es una de las claves para que el parto y la recuperación sean mucho mejores.
¿Qué puedo hacer para sentirme bien durante el embarazo y tener un buen parto? Esta es la pregunta del millón que tarde o temprano todas las mujeres me acaban haciendo, y como os podéis imaginar, la respuesta ofrece un amplio abanico de posibilidades.
Sin embargo, yo siempre suelo decir lo mismo: disfruta del embarazo y de tu bebé, quiérete mucho, deja que te quieran y ¡no dejes de mantenerte activa! Algo tan sencillo como esto hará que, sea cual sea el resultado final, el camino sea lo más agradable posible.
Durante la gestación hacer ejercicio es una de las claves para que el parto y la recuperación sean mucho mejores. Y hacer ejercicio dentro del agua te lo pone fácil en tu situación actual.
¿PUEDO NADAR SI ESTOY EMBARAZADA?
Hacer actividad en el agua durante todo el embarazo es ideal. El agua facilita los movimientos ya que
- Reduce el peso físico.
- Te permite sentirte más ligera y con mayor capacidad de movimientos. E
- Evita posibles lesiones ya que se elimina el impacto.
- No se fuerzan los músculos.
Encuentra en el agua ese gran aliado que te ayudará a mantener tu cuerpo y tu mente en condiciones óptimas para disfrutar de esta etapa. ¡Aquí tienes todas sus ventajas!
¿QUé trimestre del embarazo es mejor para nadar?
El segundo trimestre es el momento perfecto para empezar, porque ya se ha superado el periodo de mayor riesgo de aborto (el primer trimestre), y es una época de más energía y estabilidad. Las náuseas o vómitos suelen desaparecer, y no te sientes tan pesada ni tienes las molestias que se suelen acentuar al final del embarazo. Además, el bebé empieza a agudizar sus sentidos y podrás notar los primeros movimientos.
¿A qué hora del día es mejor?
Mejor a media mañana. Siempre que puedas, evita las primeras horas, porque puedes tener náuseas debido a que llevas muchas horas sin comer. Tampoco conviene hacerlo justo después de comer, al menos espera entre 30 y 60 minutos, y nunca hagas deporte en ayunas.
Al final del día no es muy conveniente, ya que puede activarte y dificultarte el sueño.
Y lo ideal es practicar esta actividad física regularmente durante 10 semanas antes del parto, para llegar más preparada físicamente.
Si buscamos un lugar con las instalaciones adecuadas, podemos disfrutar de sus beneficios los 12 meses. Si te mantienes activa dentro del agua, intentas no estar metida más de 60 minutos para evitar la pérdida de calor, huyes de los cambios bruscos de temperatura y del exceso de humedad y te secas sin perder tiempo, ¡cualquier estación será estupenda para hacer ejercicio en el agua!
el agua facilita tus movimientos
Como en el agua solo se percibe un 10% del peso total –menos aún si el agua es salada– podrás trabajar todas las estructuras de tu cuerpo con rangos de movimiento más fluidos y armónicos, sin tener que hacer un mayor esfuerzo por contrarrestar la fuerza que ejerce la gravedad. Vas a ganar flexibilidad lo que va a mejorar tu movilidad en el día a día.
Además, seguro que también has comprobado como este estado de ingravidez invita a relajarse.
nadar favorece la circulación
La natación o las actividades dentro del agua como el aquagym son ejercicios aeróbicos que favorecen la activación del corazón, regulan la respiración, mejoran la circulación y evitan la retención de líquidos.
Nadar en el embarazo reduce el dolor de espalda
La posición horizontal y la propia fuerza del agua hacen que el peso se reparta mejor y no se sobrecaraga la zona pélvica ni la zona lumbar.
Así se evita dolor de espalda habitual a medida que la barriga gana volumen y presión en el nervio ciático, muy habitual a partir del segundo trimestre de embarazo.
Estar en el agua aporta bienestar
Incorporar actividades acuáticas a tu rutina –se recomienda hacer deporte tres días a la semana– es, sin duda, un hábito saludable que te hace llegar al parto en buena forma, al mismo tiempo que beneficia el desarrollo de tu bebé.
Otra de las ventajas del ejercicio es que incrementa la producción de endorfinas (hormona del placer), proporcionándoos, a ti y a tu hijo, un mayor bienestar.
POTENCIA TU VÍNCULO MATERNAL
Antropológicamente, el agua se ha identificado con el mundo femenino y la maternidad. Te devuelve al útero materno y fomenta la empatía con el bebé, haciéndote experimentar sensaciones similares y atenuando los estímulos que reciben nuestros sentidos. Sumergirte en el agua te da la oportunidad de escuchar y sentir tu cuerpo y a tu bebé.
Aumenta tu confianza
Cuanto más preparada estés, y mejores sean tus condiciones físicas y mentales, más segura y fuerte te sentirás de cara al parto, y esto es fundamental para que el proceso siga su curso natural. Haciendo ejercicios en el agua fomentas una buena gestión de la energía y aumentas la confianza en ti misma, así como la conciencia y el control sobre tu cuerpo.
nadar prepara tu cuerpo para el parto
En el agua se trabajan los músculos, los tendones, los ligamentos y los huesos de las estructuras implicadas, tanto en el embarazo como en el parto, y al mismo tiempo se fomenta una respiración completa y consciente, aumentando tu capacidad respiratoria y de oxigenación, así como la relajación de todo tu cuerpo.
Te sentirás más activa, más cómoda y confiada con tu cuerpo y estarás de mejor humor. Y es que, si siempre lo es, en esta etapa de tu vida aún es más importante mantener un buen equilibrio entre el cuerpo y la mente.
Por otro lado, al ser una actividad que se puede hacer en grupo o con tu pareja, también favorece las relaciones personales con otras mujeres en tu mismo estado, y fomenta un mayor vínculo con tu hijo y tu pareja.
Es un momento que os permite dedicaros conjuntamente a vuestro hijo, y os da la opción de resolver dudas, liberar estrés y prepararos para recibir al bebé
Cuándo evitar la natación si estás embarazada
- Cuando hay señales de parto. Si se ha roto la bolsa de las aguas, se ha expulsado el tapón mucoso o se tienen contracciones dolorosas que puedan haber iniciado la fase de dilatación.
- Si tienes otras patologías durante el embarazo. Cuando hay problemas cardiacos, hipertensión arterial, hipotensión con mareo, la placenta está mal ubicada, hay fiebre y/o una infección, así como si existe riesgo de parto prematuro.
- Sin embargo, ser diabética, esperar gemelos o cualquier otra situación especial que no implique ningún riesgo no es razón suficiente para no practicar deporte, eso sí, siempre tomando las precauciones necesarias en cada caso en particular.
Habla con tu médico ante cualquier duda y antes de practicar alguna actividad deportiva.
Así te sentirás más cómoda en el agua
- La piscina debe garantizarte unos servicios adecuados, es decir, que no sobrepase un 1,40 m de profundidad, que tenga una temperatura, tanto del agua como del lugar, adecuada y que cuente con un monitor especializado. Evita nadar sola, pero también las multitudes.
- Utiliza el material apropiado: un bañador o bikini cómodo y un calzado antideslizante pueden facilitar el ejercicio, así como el uso de planchas, churros, aros y pelotas para el agua. Disponer de música ambiental hará que la sesión resulte más amena.
- La sesión consta de varias partes: se comienza con un calentamiento de cinco minutos fuera del agua para aumentar la temperatura corporal, y se continuará dentro de la piscina para evitar molestias, calambres o dolores (el contacto con el agua se hace de forma gradual). Luego se trabajan las piernas, la espalda y las extremidades superiores intentando reforzar y tonificar estas estructuras. A continuación se pone la atención en la pelvis, sintiendo sus movimientos y el juego de las articulaciones para finalmente centrarse en la respiración, acabando la sesión con un ejercicio con el que se favorezca la relajación y el vínculo con el bebé.
- Bebe agua y come de forma adecuada antes y después de cada sesión. Evitar el exceso de humedad y los cambios bruscos de posición también es clave durante la práctica de este ejercicio. Tampoco hay que dejar que las pulsaciones superen los 140 latidos por minuto (se consume entre un 60-70% de oxígeno) ni debes forzarte: adapta cada ejercicio a tu situación y posibilidades, y sobre todo ¡disfruta mucho!.