Una buena alimentación es esencial a lo largo de toda nuestra vida, pero se convierte en aun más importante en etapas como el embarazo, tanto para la salud de la madre como para la del bebé.
¿Pueden los edulcorantes no nutritivos tener un impacto en el peso del bebé? Esto es lo que ha investigado un reciente estudio publicado en la revista Frontiers in Nutrition.
Edulcorantes no nutritivos
Los edulcorantes no nutritivos son endulzantes que no aportan calorías (o aportan muy pocas). Se utilizan como sustitutivos del azúcar para reducir el contenido calórico de los alimentos y bebidas.
Dos de los ejemplos más populares de este tipo de edulcorantes son el aspartamo y la estevia.
- El aspartamo es un edulcorante artificial que es entre 150 y 200 veces más dulce que el azúcar. A pesar de ello, algunos estudios indican que no ayuda a adelgazar y pueden fomentar el gusto por lo dulce.
- La estevia procede de una planta originaria de Paraguay cuyas hojas tienen un alto poder endulzante, entre 250 y 300 veces más dulce que el azúcar. Aunque se suele comercializar como una alternativa más natural al azúcar, la estevia que encontramos en los supermercados no siempre es natural. A menudo es un preparado que se elabora aislando los glucósidos de esteviol.
Mayor riesgo de obesidad
El estudio llevado a cabo por investigadores canadienses sugiere que consumir edulcorantes durante el embarazo podría producir cambios en la microbiota y el metabolismo en los bebés.
"Sabemos que la dieta de la madre durante el embarazo juega un papel extremadamente importante para determinar si su descendencia desarrollará ciertas enfermedades más adelante en la vida", explica la profesora Raylene Reimer, autora principal del estudio.
El estudio se ha hecho en ratas, por lo que serán necesarias más investigaciones para confirmar sus conclusiones en humanos, pero es el primero en descubrir un vínculo entre el consumo materno de edulcorantes y el riesgo de obesidad en los descendientes.
Los investigadores alimentaron a las ratas con aspartamo, estevia o agua y una vez dieron a luz, analizaron el peso y la composición de la microbiota de sus crías.
- Vieron que, mientras que el consumo de edulcorantes tuvo efectos mínimos en las ratas madres, los efectos fueron significativos en sus crías.
- Las crías nacidas de madres alimentadas con edulcorantes aumentaron más de peso y tenían un mayor porcentaje de grasa corporal que las que recibieron agua.
Cambios en la microbiota
Las crías de las ratas que habían consumido edulcorantes también mostraron cambios importantes en su microbiota intestinal (también conocida como flora intestinal, es el conjunto de bacterias que habitan en el intestino).
- Se observó un aumento en los microbios productores de propionato y butirato y una reducción en las especies que fermentan la lactosa, lo que, de acuerdo con los investigadores, podría explicar el aumento de peso de las crías.
"Descubrimos que bacterias específicas y sus enzimas estaban relacionadas con la cantidad de peso que ganaban las crías y la cantidad de grasa corporal que acumulaban", explica Reimer.
"Aunque las crías nunca consumieron los edulcorantes bajos en calorías, su microbiota intestinal y el riesgo de obesidad se vieron influenciados por los edulcorantes que sus madres consumieron durante el embarazo", indica Reimer.
Ganancia de peso durante el embarazo
Los resultados de este estudio subrayan una vez más la importancia de la dieta de las madres durante el embarazo y su impacto en la salud tanto a corto como a largo plazo del futuro bebé.
“Seguir las pautas dietéticas y mantenerse dentro de las pautas de aumento de peso recomendadas para el embarazo son pasos clave a seguir”, explica la investigadora.
De acuerdo con la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la ganancia de peso debería estar entre los 6 y los 12 kg, teniendo en cuenta que las mujeres que antes del embarazo tenían bajo peso deben aumentar más kilos y las que tenían un exceso, menos.
- También recuerdan que el embarazo no es el momento adecuado para adelgazar y que en todo caso lo apropiado es mejorar la calidad de lo que se come y eliminar los "extras", en especial el "picoteo" entre horas de alimentos ricos en grasa y azúcares.
- La alimentación durante esta etapa debe ser equilibrada, tanto en lo que respecta a la cantidad como en calidad.