Fórceps y ventosas: 6 gestos que ayudan a evitarlos

Su uso debe ceñirse a los casos estrictamente necesarios porque no está exento de riesgos y secuelas. La posibilidad de acabar con un parto instrumental se reduce cuando se respeta su ritmo y se tienen en cuenta los cuidados que ayudan a su progreso natural.

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Fórceps y ventosas: 6 gestos que ayudan a evitarlos
Dra. Pilar de la Cueva
Dra. Pilar de la Cueva

Ginecóloga experta del Comité Técnico de la Estrategia de Atención al Parto

Hemos escuchado a muchas madres explicar que en la recta final de su parto fueron unos fórceps los que acabaron sacando a su bebé.

Y no siempre tienen claro por qué, si era posible esperar más, si había una urgencia, o si era simplemente porque creían que ella se estaba cansando demasiado.

Es oportuno pues hacer esta reflexión y saber cuándo es necesario este tipo de intervenciones.

Qué es un parto instrumental

Un parto instrumental es aquel en el que se utiliza alguno de estos instrumentos para poder sacar al bebé por la vagina.

  • Los fórceps son una especie de cucharas grandes y largas de forma redondeada, con el centro perforado, que se colocan a ambos lados de la cabeza del bebé para poder sacarla. Suelen ser de metal y se introducen deslizándolos suavemente con la ayuda de una sustancia desinfectante o lubricante.
  • La ventosa es una circunferencia de metal o silicona semirrígida que se conecta a un elemento que hace succión, y con un mango para tirar de ella. Funciona haciendo vacío en ese círculo que, apoyado sobre la cabeza del bebé, crea una zona de adherencia al instrumento. Tirar del mango cuando hay una contracción facilita que la cabeza del bebé avance por el canal del parto.
  • Las espátulas son parecidas a los fórceps, aunque más finas, y no se unen para hacer fuerza, solo acompañan a la cabeza tras introducirlas a ambos lados de ella.

Casos que sí los requieren

Hay dos motivos fundamentales para recurrir al uso de algún tipo de instrumento durante la fase final del expulsivo:

  1. Cuando el parto no progresa y el bebé ya está encajado. En estas circunstancias no es posible hacer una cesárea y es más fácil que el bebé acabe de salir por la vagina.
  2. Si el bebé está sufriendo por un bajo aporte de oxígeno o su latido cardiaco está alterado. Es decir, hay un riesgo de pérdida de su bienestar y realmente corre prisa su salida.

¿Y cuál es el más indicado?

Escoger el instrumento más adecuado depende de las situaciones más concretas. Por ejemplo, si el bebé ya está muy abajo y se ha detenido solo la última deflexión de la cabeza, se usa una ventosa.

En cambio, si está algo más alto, pero es viable su salida por la vagina y hay prisa, se usan los fórceps.

Las ventosas actuales son más blandas y suaves, y tienen menos posibilidad de lesionar la cabecita del bebé. Siempre son mejores que las espátulas, que al ser metálicas tienden a producir más desgarros.

Cuando no hay urgencia es preferible la ventosa, ya que los fórceps son más invasivos

Así que cuando la ayuda es necesaria, pero no hay urgencia o solo se pretende salvar una dificultad menor, es preferible una ventosa, ya que los fórceps son más invasivos.

Sin embargo, estos son más eficaces para que pueda salir un bebé que aún no asoma del todo por la vulva, cuando hay una verdadera urgencia.

Todos estos instrumentos se utilizan solamente cuando el bebé viene en posición cefálica, es decir, con la cabeza por delante, aunque hay un tipo de fórceps que se puede usar para ayudar a que un bebé que va a nacer de pies o de nalgas saque la cabeza al final.

cuando se busca "Una horita corta"

Aparte de por estas dos causas, a veces se hacen partos instrumentales por otros motivos que no tienen una indicación tan clara.

Durante mucho tiempo se ha creído que lo mejor para la madre y el bebé era un parto lo más corto posible, cuando en realidad esto no tiene ninguna base científica. El bebé lleva su propio ritmo para nacer.

Es mejor para él que las contracciones sean más suaves, aunque duren media hora más

Las hormonas que se segregan poco a poco durante el proceso del parto sirven para acabar de madurar sus pulmones, de forma que cuando salga y se le corte el cordón umbilical no tenga dificultades para respirar.

También es mejor para él que las contracciones sean más suaves, aunque duren media hora más, porque, si son muy intensas o largas por la medicación y contraen tanto el útero que disminuye el riego sanguíneo, entonces habrá más posibilidades de que le falte oxígeno y de que sea necesario acabar rápidamente mediante un parto instrumental o una cesárea.

Para la mujer con anestesia epidural no hay una gran diferencia entre que el parto dure un poquito más o menos. Y si no la tiene puesta, probablemente preferirá unas contracciones más suaves y breves, aunque el parto dure un poco más, a otras más dolorosas y prolongadas fruto de la estimulación artificial.

Y más sabiendo que así puede evitar que el parto acabe siendo instrumental, con el consiguiente riesgo para el bebé y los posibles daños en la vagina o la vulva.

Razones para evitarlos

Los fórceps son un gran instrumento cuando ayudan a salvar una vida, pero no son inocuos, tienen complicaciones, efectos secundarios, y pueden dejar secuelas, como el resto de instrumentos. Por ejemplo:

1. Dolor y lesiones en la madre

Hay más posibilidades de que se produzca un desgarro o se decida hacer una episiotomía, aunque esta no es imprescindible.

También son más frecuentes las lesiones en músculos y nervios del perineo. Esto conlleva un posparto más doloroso que a menudo afecta a la calidad de vida de la mujer y su familia, y a la experiencia de su maternidad.

También a la lactancia, porque una mujer que no se puede sentar bien tendrá más problemas, como grietas y retenciones.

Hay muchos problemas vaginales y vulvares que no quedan registrados y se subestiman

Además, el sistema sanitario no suele atender adecuadamente estas secuelas, que a veces requieren de un tratamiento fisioterápico largo y costoso. Por esta razón, hay muchos problemas vaginales y vulvares que no quedan registrados y se subestiman, así como desgarros y lesiones más severas que afectan al ano y sus músculos, o fístulas.

Las dificultades con las relaciones sexuales, incluso las pequeñas molestias, son muy frecuentes, pero algunas mujeres ocultan durante años ese dolor permanente que les lleva a evitar el coito, o incluso todo contacto sexual, sin atreverse a contarlo a su médico.

2. Lesiones en el bebé

Hay registradas secuelas muy serias por el uso de fórceps, y también de las ventosas que, aunque poco frecuentes, pueden darse.

Hay otras no detectables en el momento del nacimiento y, por tanto, más difíciles de demostrar, pero que en algunos casos parecen tener relación. Se trata de alteraciones de la atención, del aprendizaje, emocionales o de la coordinación motora más fina, que aparecen en la infancia.

Se pueden dar alteraciones de la atención, del aprendizaje, emocionales o de la coordinación motora

Es importante saber que también se da el caso contrario, y algunos bebés que sufren alteraciones en el latido cardiaco durante el parto o en la reactividad tras nacer ya tenían un problema cerebral o intelectual, y por esta razón el parto es más lento o difícil.

Los síntomas de estos recién nacidos no dependen del parto sino de una condición genética o un defecto congénito.

Cómo evitarlos

Las guías actuales de práctica clínica basada en la evidencia científicas publicadas por el Ministerio de Sanidad y las sociedades científicas afirman que medicalizar el parto incrementa la necesidad de sacar al bebé precipitadamente con instrumentos.

Así pues, la principal medida para evitar partos instrumentales pasa por respetar los tiempos naturales, si todo va bien, y evitar intervenciones innecesarias, que aumentan el riesgo de pérdida de bienestar fetal al reducir el riego sanguíneo o la oxigenación.

Medicalizar el parto incrementa la necesidad de sacar al bebé precipitadamente con instrumentos

La segunda medida es la toma de conciencia social y sanitaria de la necesidad de un cambio de paradigma en la atención al nacimiento, que vea el proceso como un acto de salud. Así se podrá recuperar el protagonismo de la mujer y su familia, y los aspectos humanos que hacen que el parto transcurra con más seguridad.

En definitiva, un proceso en el que no haya que intervenir salvo por una causa justificada. Las intervenciones que hay que evitar para que no se desencadenen este tipo de partos son:

  • No romper la bolsa de forma artificial, ya que protege al bebé y evita la compresión del cordón.
  • No administrar oxitocina o medicamentos para acelerar de forma innecesaria las contracciones. Tampoco iniciar el parto antes de tiempo o inducirlo, ya que aumenta las tasas de parto instrumental y cesárea.
  • En general, no realizar intervenciones con el objetivo de acortar un parto sin motivo.
  • No separar a la madre de su acompañante. Está demostrado que el acompañamiento continuado por la persona elegida favorece el buen resultado del nacimiento.
  • No inmovilizar a la mujer.
  • Evitar generar miedo y tensión a la madre con información excesiva sobre problemas que no han aparecido y quizá no aparezcan. Sí hay que solicitar su consentimiento para cualquier acción, explicando claramente por qué es necesaria.
  • Antes de iniciar una intervención ante un parto largo o cuando se detiene la dilatación, es necesario probar otras medidas, como dar líquidos y evitar la deshidratación, procurar confort, cambiar la postura, atender a las necesidades emocionales de la madre, permitirle descansar si el bebé está bien, eliminar factores de estrés externo o proporcionar alimento o glucosa según el caso.

Cuándo no proceden

Los fórceps o las ventosas no son la solución para cualquier dificultad, por ello su uso está siendo cuestionado y limitado. Para evitar secuelas innecesarias, no deben utilizarse en los siguientes casos:

  • Los instrumentos nunca deberían sustituir a una cesárea necesaria, ni tampoco utilizarse sin una indicación clínica clara.
  • Nunca se debe recurrir a ellos para acortar un parto sin que haya ningún problema, solo con el fin de evitar esfuerzos a la madre, o cuando el riesgo se ha creado por circunstancias que se pueden reconducir (inmovilización, miedo...).
  • Factores como la miopía de la madre, una edad mayor de 40 años, o haber tenido una cesárea anterior,ya no se consideran motivo suficiente para sacar al bebé con fórceps o ventosa.
  • Otra circunstancia en la que no se justifica un parto instrumental es, por ejemplo, cuando el bebé es prematuro pero no está sufriendo. Porque cuanto más suave y fluido sea el nacimiento, menos estrés soportará y estará más sano.
  • La maniobra de Kristeller (empujar con fuerza la tripa de la mujer para ayudar al bebé a salir) está igualmente contraindicada porque puede ocasionar lesiones.
  • Tampoco debe utilizarse la episiotomía para ayudar a salir a un bebé que no puede bajar, ya que no es eficaz y aumentará la cantidad de sangrado.

6 cuidados y gestos que ayudan

  1. Hacer una buena historia clínica para descartar problemas que puedan afectar al desarrollo del parto.
  2. Tratar de detectar si una mujer ha sido víctima de violencia o de abusos. También si la presencia de una persona en concreto le causa una ansiedad importante. Es imprescindible que confíe en todos los profesionales que la atienden.
  3. Preparar un plan de parto permite conocer las situaciones especiales de cada mujer, sus deseos y necesidades, e informarla mejor. Y esto la tranquiliza.
  4. Nutrición para un esfuerzo maratoniano. Las madres pueden comer en estadios de preparto y tomar líquidos o bebidas energéticas, salvo riesgo de intervención o cesárea inminente.
  5. Lograr un espacio íntimo: luz regulable, puertas o ventanas tapadas y personal que llame y se presente al entrar.
  6. La postura influye muchísimo y poder cambiarla ayuda:
  • Evitar estar tumbada boca arriba. La fuerza de la gravedad facilita el descenso del bebé y evita la compresión del riego sanguíneo al útero que se asocia a la posición boca arriba.
  • Facilitar el movimiento instintivo. Balancear la pelvis, si lo desea, ayuda al encajamiento.
  • Las posiciones de lado, a cuatro patas o en cuclillas son eficaces en el expulsivo.
  • Si se pone la epidural, mejor que sea sin bloqueo motor para poder cambiar de postura.