Quizá os interese saber que las dificultades para concebir provienen por igual del varón que de la mujer. Se estima que en España hay unas 600.000 parejas con problemas de fertilidad.
En unos 240.000 casos, la causa es femenina, en otros tantos es masculina, y en otros 120.000, el origen del problema no se llega a conocer nunca.
Un diagnóstico certero
La infertilidad masculina puede ocurrir cuando hay una disminución en el número de espermatozoides, cuando estos no pueden ser liberados o cuando no “funcionan” adecuadamente.
¿Cómo se puede saber que el semen está bien? En las farmacias se puede comprar un test que mide la concentración de espermatozoides en el semen.
Sin embargo, para conseguir un diagnóstico completamente fiable, lo correcto es realizar un espermiograma en un centro médico, que nos dirá el volumen de semen, el número de espermatozoides y cuántos de ellos tienen una apariencia correcta tanto en la forma como en el movimiento.
Para un diagnóstico completamente fiable, lo mejor es realizar un espermiograma en un centro médico
¿Por qué a algunos hombres les cuesta fecundar? Puede deberse a varias causas:
- estrés emocional mantenido
- contaminantes medioambientales
- exposición a calor durante períodos prolongados
- anomalías congénitas
- consumo compulsivo de alcohol o drogas
- pocas o demasiadas hormonas
- edad avanzada
- quimioterapia
- radiación
- cicatrización a raíz de enfermedades de transmisión sexual
- eyaculación retrógrada
- tabaquismo
- toma de fármacos como la cimetidina (para la úlcera) o la nitrofurantoína (para las infecciones de las vías urinarias)...
Pero existen otras causas, las relacionadas con el estilo de vida, sobre las que podemos actuar para mejorar las posibilidades de concepción.
Disfrutar de la vida
Los estudios científicos muestran que las personas que tienen más preocupaciones respecto al tiempo, el trabajo o el dinero son menos fértiles que las que viven más relajadamente.
Por este motivo, las parejas con problemas para lograr un embarazo deberían tomarse unas buenas vacaciones, siempre que sepan elegir un destino tranquilo.
Las personas que tienen más preocupaciones son menos fértiles que las que viven relajadamente
Las hormonas del estrés son opuestas a las de la sexualidad y la fertilidad, porque en la naturaleza los organismos animales interpretan que estrés emocional es sinónimo de entorno no favorable para la procreación.
De este modo, el cuerpo humano está diseñado para que, si las condiciones no son favorables, la procreación se aplace hasta que llegue un momento mejor. Por eso, el tipo de estrés que de verdad conviene evitar es el estrés mantenido.
Elegir bien qué comemos
La alimentación óptima para la reproducción es la misma que deberíamos seguir para estar sanos, aunque puede haber matices en cuanto a las vitaminas y los oligoelementos imprescindibles para la fertilidad.
Consume preferiblemente alimentos de tu zona, ya que probablemente estarán más frescos, menos manipulados para prolongar su fecha de caducidad. Si es posible, mejor que sean ecológicos (cultivados sin productos químicos) e integrales (sin refinar).
Es bueno evitar:
- los fritos
- el azúcar refinado
- la harina refinada
- las grasas saturadas
- las comidas precocinadas
- las comidas que vienen envasadas en latas o plástico.
Es conveniente consumir:
- Verdura y fruta variada, en tipos y colores, para asegurar un aporte diverso de vitaminas, minerales y antioxidantes.
- El omega-3 es imprescindible para la fertilidad y mejora la calidad del semen. Puede obtenerse de las nueces, las semillas de calabaza y las semillas de lino.
El resto de grasas de la dieta también importa: un estudio realizado en los Estados Unidos publicado en la revista Human Reproduction ha demostrado que un exceso de grasas saturadas tiene un efecto adverso sobre la fertilidad.
Ejercicio, ropa y rutinas
El deporte mejora la movilidad espermática, pero el ejercicio extremo puede llevar a una disminución del número de espermatozoides. Así pues, es fundamental elegir un programa de ejercicios a medida.
La ropa debería ser de tejidos naturales y amplia en la zona genital
En cuanto a la ropa, debería ser de tejidos naturales y amplia en la zona genital: los testículos están situados fuera del cuerpo precisamente porque una temperatura elevada disminuye la producción de espermatozoides.
Por este mismo motivo, tampoco va bien permanecer mucho tiempo sentado en el automóvil, tomar saunas y ducharse o bañarse con agua a más de 35°.
Cómo abandonar un mal hábito
- Los estudios dicen que el alcohol afecta a la fertilidad de la pareja. Consumir de seis a diez vinos o cervezas semanales reduce la fertilidad masculina en un 34%. Además, el alcohol dificulta el deseo, la excitación, la erección y la eyaculación.
- El tabaco puede reducir la cantidad y movilidad de los espermatozoides. También puede acarrear impotencia, tanto como la diabetes. Además, el alquitrán y la nicotina, junto al monóxido de carbono que se inhala, disminuyen la capacidad de oxigenación del organismo, lo que provoca un decaimiento general de la salud. El tabaco reduce las probabilidades de embarazo entre un 50% y un 75%. La buena noticia es que sus efectos son reversibles si se abandona.
- Pueden ayudar a dejar el alcohol o el tabaco: repetirse la frase “disfruto de estar libre del tabaco”, beber mucha agua a lo largo del día para no tener sed en ningún momento (el bebedor y el fumador confunden la sed con ganas de beber o fumar), hacer ejercicio físico, practicar yoga o aprender a relajarse.
Semen de más calidad
Vitaminas C y E
- La vitamina C aumenta la motilidad de los espermatozoides porque ayuda a la intensa multiplicación celular que se requiere para fabricarlos y elimina los radicales libres del epitelio de los tubos seminíferos. Se encuentra en cítricos, mango, fresas, tomates... La vitamina E (aceitunas, aceite de girasol, sésamo, germen de trigo...) también es imprescindible.
Ácido fólico (vitamina B9)
- Necesaria para la correcta reproducción de las células, se encuentra mayoritariamente en hojas verdes, legumbres y frutos secos.
Ácido Docosahexaenoico
- El DHA es un ácido graso esencial de la serie omega-3. Ayuda a corregir fallos testiculares y a aumentar la producción de espermatozoides.
Zinc
- Su carencia disminuye la motilidad de los espermatozoides. Son ricos en este mineral: alubias y frutos secos... El selenio y el magnesio también influyen.
Menos química
La fertilidad puede verse afectada por la presencia de tóxicos en nuestra vida. Por ejemplo:
- Plásticos en los alimentos. Muchos envases alimentarios están recubiertos por tereftalato (PET), que interfiere la producción de hormonas masculinas. Conviene evitar los envases de plástico para alimentos calientes y el papel film.
- Agroquímicos. Pesticidas, fertilizantes y herbicidas contienen xenoestrógenos (imitadores de estrógenos). Los estudios indican que quien consume alimentos ecológicos tiene una mayor concentración de espermatozoides.
- Suavizantes. Los alquilfenoles etoxilados se asocian a la reducción del número de espermatozoides (se usan como espermicida diafragmas, condones, geles...). Los restos que permanecen en la ropa son absorbidos por la piel.
- Parabenes. Se encuentran en cremas hidratantes, geles para el afeitado, lubricantes sexuales... y como relleno de pasteles, edulcorantes artificiales... Emulan la acción de las hormonas femeninas.
- Ambientadores y perfumes. A menudo van unidos a ftalatos similares a los de los plásticos.
Los días más fértiles
Actuando con rigor, la única recomendación que puede hacerse respecto a la vida sexual es que se favorezcan, tanto como sea posible, los encuentros sexuales en los días del ciclo menstrual de máxima fertilidad de la mujer, que son aquellos en los que el fluido vaginal es más abundante y más elástico.
Favoreced los encuentros sexuales en los días del ciclo menstrual de máxima fertilidad de la mujer
Eso ocurre, más o menos, a la mitad del período entre dos reglas. Además, en esos días el estado de ánimo de la mujer suele ser más receptivo: está más alegre y activa, y tiene un mayor deseo sexual.