¿Sabías que el riesgo de aborto espontáneo aumenta en verano?

Se sabía que el calor aumenta el riesgo de parto prematuro o de bajo peso del bebé al nacer. Ahora un estudio que ha analizado datos de más de 6.000 mujeres revela que en verano también aumenta el riesgo de aborto espontáneo.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Por qué hay más riesgo de aborto espontáneo en verano
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El calor extremo o el estilo de vida en climas cálidos puede actuar como factor de riesgo de aborto, señalan los autores del estudio.

Hasta un 30% de los embarazos terminan en un aborto espontáneo en las primeras 12 semanas de gestación.

Muchas mujeres se culpan a sí mismas: creen que la causa es el estrés, haber realizado ejercicio intenso o levantar objetos pesados; y ese sentimiento de culpabilidad puede generar ansiedad e incluso estrés postraumático.

Sin embargo, lo cierto es que casi la mitad de los abortos son inexplicables y existen pocos factores de riesgo conocidos que justifiquen las pérdidas de embarazo.

Ahora, investigadores de la Universidad de Boston han descubierto que el riesgo de aborto espontáneo puede aumentar en los meses de verano, lo que podría contribuir a aligerar esos sentimientos de culpa en aquellas mujeres que creen haber hecho algo mal o ayudar a elegir el mejor momento para quedarse embarazada entre las que han sufrido abortos de repetición.

Además, la constatación de que se produzcan más abortos en verano no es una observación menor ya que deja claro que el calor extremo o el estilo de vida en climas cálidos puede actuar como factor de riesgo de aborto, señalan los autores del estudio.

Más abortos espontáneos a finales de agosto

El estudio al que nos referimos analizó las diferencias estacionales en el riesgo de aborto espontáneo y encontró que las mujeres embarazadas tenían un riesgo 44% más riesgo de aborto espontáneo temprano (dentro de las ocho primeras semanas de embarazo) en los meses de verano, particularmente a finales de agosto, en comparación con las que se quedaron embarazadas en el mes de febrero.

Los resultados del estudio, realizado en Estados Unidos, también revelaron que las mujeres que vivían en lugares donde los veranos son más calurosos (el este y sur del país), tenían más probabilidades de sufrir esta pérdida a finales de agosto y principios de septiembre.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de la Dra. Amelia Wesselink de la Universidad de Boston ha analizado datos de más de 6.000 mujeres que forman parte de un estudio en curso de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos. Desde 2013, este estudio recluta a mujeres que intentan concebir y las sigue desde antes de la concepción hasta los 6 meses de embarazo.

Los investigadores analizaron las encuestas realizadas por estas mujeres que proporcionaban datos sobre el aborto que habían sufrido, la fecha de la pérdida y las semanas de gestación en el momento de la pérdida.

Cómo puede afectar el calor al embarazo

Este trabajo ha descubierto que realmente hay más abortos espontáneos en verano, pero no ha analizado las causas. Sin embargo, hay hipótesis que tratan de explicar este vínculo y todas apuntan al efecto del calor en el embarazo.

"Sabemos que el calor está asociado con un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y muerte fetal en particular", señala la Dra. Dra. Amelia Wesselink.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Montreal (Canadá) concluyó que durante las olas de calor aumentaban un 25% los partos prematuros. Por este mismo motivo, también podría aumentar el riesgo de aborto espontáneo.

Durante el embarazo, la mujer es más vulnerable a los factores externos, incluido el calor. Los cambios fisiológicos que experimenta la mujer durante el embarazo hacen que le resulte más difícil tolerar el calor ambiental. Y es lógico porque el cuerpo de la madre ya de por sí produce más calor debido al metabolismo del feto y de la placenta, y al aumento de la masa corporal.

Factores de riesgo de aborto espontáneo

Detrás de un aborto espontáneo pueden haber muchas causas, pero hay factores de riesgo conocidos que aumentan el riesgo:

  • El alcohol y el tabaco estrechan los vasos sanguíneos e impiden que la sangre llegue correctamente al útero, lo que dificulta la implantación del embrión.
  • Problemas de tiroides. Esta glándula también participa en la implantación del embrión y si no funciona correctamente aumenta el riesgo de aborto.
  • Obesidad y glucosa elevada. Ambas condiciones alteran el endometrio (la capa interna del útero) y dificultan la implantación embrionaria.
  • Carencia de vitamina D. Esta vitamina está relacionada con la calidad de los óvulos y también con la implantación del embrión.