Desde la primera hasta la última regla, las mujeres mantienen una flexibilidad y una lubricación óptima de la vagina gracias a los estrógenos, la principal hormona sexual femenina.
Así, durante la edad fértil, la salud vaginal está preservada por estas hormonas. Sin embargo, durante el embarazo, el postparto y la lactancia, en la menopausia o en pacientes tratadas con quimioterapia o radioterapia, hay un descenso considerable de estrógenos, por lo que los tejidos de la vagina suelen perder grosor, humectación y elasticidad.
Esta circunstancia puede conllevar a que se experimenten molestias o incomodidades en el bienestar íntimo.
Hoy en día existen tratamientos destinados a reducir o acabar con los síntomas relacionados con la falta de estrógenos, como el láser ginecológico vaginal.
La Dra. Laura Cortés, ginecóloga de Women's Carmona Dexeus, nos explica cómo funciona y que usos tiene este tipo de tecnología láser.
Qué es el láser ginecológico vaginal
Se trata de un método no invasivo, rápido y seguro para todas las pacientes.
Consiste en un cabezal que se introduce en la vaginal y emite un haz de energía térmica que se aplica sobre toda la superficie vaginal.
Su uso estimula la producción de colágeno y el aumento de riego sanguíneo, consiguiendo regenerar los tejidos y un mayor grosor de la pared vaginal.
Así, se mejora la elasticidad e hidratación a nivel vulvo-vaginal, por lo que conseguimos un mejor tono muscular a nivel del suelo de la pelvis y por tanto una vaginal más sana y funcional.
¿A quién va dirigido?
A todas aquellas pacientes con alteraciones del suelo pélvico, como por ejemplo:
- En el postparto, donde por el efecto del propio embarazo y el parto, el suelo de la pelvis se ve severamente debilitado.
- Para las mujeres que tras la menopausia, presenta sequedad vaginal, infecciones de orina o vaginales de repetición, prolapso, laxitud vaginal o dolor en las relaciones sexuales.
- Para pacientes con problemas de incontinencia urinaria de esfuerzo, ya que también mejora la funcionalidad de la vejiga.
- Además, puede usarse con fines estéticos.
¿Cuáles son sus aplicaciones?
Existen varios tipos de láser ginecológico, tanto para aplicar a nivel vulvar como vaginal.
A nivel vulvar
Se pueden realizar cirugías a nivel vulvar, de forma ambulatoria. Se usa el láser de CO2, como si fuera un “bisturí”, que permite vaporizar y cortar, respetando los tejidos cercanos, controlando perfectamente la profundidad exacta a la que quieres llegar.
Es útil para eliminar verrugas y quistes vulvares, así como para la reducción de labios menores (labioplastias).
Con el láser se consigue reducir el tiempo de la cirugía, el daño quirúrgico, disminuyendo el sangrado y por tanto, mejorando la cicatrización y consiguiendo una recuperación postoperatoria más rápida y satisfactoria.
A nivel vaginal
Se suele utilizar el de CO2 o el de erbio, en función de las necesidades y características de las pacientes.
En este caso, se mejora la funcionalidad vulvo-vaginal, por lo que mejora todos los problemas vinculados a la disminución de estrógenos, presente en el postparto, tras tratamientos quimioterápicos o en la menopausia.
Estos serían, como hemos comentado, la sequedad vaginal, el dolor con las relaciones sexuales así como el prolapso y laxitud vaginal o la incontinencia de orina leve/moderada.
Cómo es el proceso
Es un procedimiento, que se realiza en la consulta de ginecología, muy bien tolerado.
- A nivel vulvar, se suele aplicar crema anestésica para mejorar el confort de la paciente. El tiempo de la sesión depende del procedimiento que tengamos que hacer.
- A nivel vaginal, cada sesión suele durar unos 15 minutos y se suele recomendar 3 sesiones separadas unos 30 días entre sí, tiempo que suele tardar en regenerarse la mucosa vaginal. En función del caso, solemos recomendar una sesión recordatoria al año.
Tras el tratamiento, la paciente puede reincorporarse a su vida diaria. Y se recomienda unos 3-5 días de abstinencia sexual.
Los efectos se empiezan a notar tras la primera sesión.
¿Puede ocasionar efectos secundarios?
No es invasivo, ni doloroso. Se puede notar ligeras molestias a nivel vulvar o en introito vaginal, pero suele ser muy bien tolerado.
No tiene efectos secundarios, de hecho es el tratamiento de elección para pacientes que han tenido que hacer tratamientos con radioterapia a nivel vulvo-vaginal o quimioterapia y que como efectos secundario de dichos tratamientos presentan una gran sequedad en la zona.