La cebolla es la planta más cultivada del género Allium. A esta familia también pertenecen otros vegetales como el ajo, el puerro, los echalotes o las cebolletas.
Según la variedad, la cebolla puede conservarse de 1 hasta a 8 meses. Pero necesitan una humedad de entre el 65-70% y una temperatura de 0ºC, que es difícil de conseguir en el ambiente de una despensa.
Todos la conocemos por su sabor fuerte y un tanto irritante cuando está cruda. Aun así, cocinada posee unas cualidades extraordinarias para dar sabor a los platos. De hecho, la cebolla es el vegetal más utilizado en la cocina mediterránea.
Con ella se preparan guisos, sofritos, salteados, sopas, estofados o gazpachos, que son platos muy típicos en nuestra cultura culinaria. También la comemos en crudo, en ensaladas, empedrados o picadillos aunque a algunas personas puede resultarles demasiado fuerte.
Propiedades de la cebolla
- Es buena para el sistema cardiovascular
- Es antiséptica y ayuda a expulsar la mucosidad
- Funciona como diurético
- Es antidiabética
- Reduce los síntomas alérgicos y la inflamación
- Alimenta a nuestras bacterias intestinales
El motivo por el que nos lloran los ojos
Al cortarse en crudo, la cebolla libera una sustancia llamada sulfóxido de tiopropanal. Esta sustancia se volatiliza y da lugar al gas lacrimógeno responsable del lagrimeo al trocear la cebolla. En contacto con nuestros ojos, este gas produce dolor y escozor y las lágrimas son la respuesta de nuestro cuerpo para intentar diluir y limpiar los agentes irritantes.
Es un alimento medicinal
Este bulbo no contiene demasiados nutrientes más allá del potasio, pero el interés en la cebolla reside en la gran cantidad de compuestos con propiedades medicinales. Entre estas sustancias destacan la alinasa, la glucoquinina, la quinina y la quercetina.
Gracias a estos compuestos se le atribuyen sus bondades para las infecciones, las personas con problemas cardiovasculares, para los que sufren retención de líquidos, los diabéticos o los que sufren de problemas respiratorios como el asma, la bronquitis o las alergias.
Beneficios de la cebolla
- Al contener componentes azufrados, la cebolla reduce el colesterol y previene la formación de trombos, la elevación de triglicéridos y la agregación plaquetaria.
- Estos mismos compuestos azufrados son los responsables de su capacidad para desinfectar.
- Al aportar una cantidad significativa de potasio y muy baja en sodio, está considerada como un alimento diurético.
- La glucoquinina, un compuesto contenido en la cebolla, tiene la capacidad de normalizar los niveles de azúcar en sangre.
- La quercetina, que se encuentra sobre todo en la cebolla roja o morada, es antiinflamatoria y ayuda a reducir los síntomas de la alergia, la bronquitis y el asma.
- La cebolla aporta fructanos. Unos carbohidratos de cadena larga formados a partir de la fructosa que las bacterias de nuestro intestino utilizan para alimentarse.
El valor nutricional de la cebolla
Por cada 100g de cebolla atesora:
- 33 kilocalorías. El peso de una cebolla puede variar entre los 200 y 400 gramos. Por lo que una cebolla puede contener entre 66 y 132 kilocalorías.
- 6 gramos de carbohidratos. Todos procedentes de azúcares naturales de la cebolla.
- 1,6 gramos de fibra. Cada cebolla puede aportar entre 3,2 y 6,4 gramos de fibra que es entre un 16% y un 32% de la fibra que necesitamos durante todo el día.
- 1,2 gramos de proteínas de origen vegetal, una pequeñísima cantidad.
- 0 gramos de grasa y colesterol. De los pocos vegetales tan solo contienen trazas de estos dos nutrientes.
- 91,4 gramos de agua. Por eso al sofreírla, la cebolla pierde mucho volumen y se queda en muy poca cantidad.
- El micronutriente más abundante cebolla en la cebolla es el potasio, 100g de cebolla contienen un total de 170mg de potasio.
Platos con cebolla
Nos cuesta imaginar como sería preparar un plato sin que este incluya la cebolla como ingrediente básico. La utilizamos para los sofritos, que son la base de muchos platos: arroces, salsas, guisos de carne o pescado, estofados, potajes de legumbre, albóndigas o sopas. También la utilizamos en woks, salteados y en ensaladas, pero la cebolla puede formar parte de cualquier plato.
Puede caramelizarse
Los carbohidratos de la cebolla se caramelizan si la tostamos y la pochamos lentamente. Adquiere una textura melosa y un sabor entre tostado y dulzón.
En tortillas o revueltos
La tortilla de solo cebolla está deliciosa, pero también puedes prepararla con berenjena y cebolla o puedes añadir calabacín. Es una buena opción en revueltos como en este revuelto con cebolla y base de patatas.
Formando parte de una crema
Junto al puerro es uno de los componentes imprescindibles para elaborar una buena crema de verduras. Las puedes hacer con todos los vegetales que tengas a mano: espárragos, setas, berenjena, zanahoria, calabacín, chirivía... O puedes probarla con crucíferas en una crema de coliflor y cebolla al azafrán.
En sopas
Les da "cuerpo" a los caldos y las sopas. La sopa de cebolla es un clásico de nuestra gastronomía, pero puedes atreverte a probar sopas más contundentes y nutritivas como la sopa minestrone.
Imprescindible en los platos con legumbre
No hay plato de legumbre que se precie sin un buen sofrito de cebolla. Unas lentejas con verduras y jamón, unos guisantes con cebolla o unos garbanzos con espinacas, son platos que se comen todas las semanas en los hogares españoles. ¿Pero que hay de las alubias con almejas? También merecen un hueco en el menú semanal.
En guisos de carne, pescado y estofados
Como ya hemos dicho, la cebolla es elemental en cualquier guiso o estofado. No importa si contiene carne, pescado o vegetales, este bulbo realza el sabor a cualquier alimento sea cual sea la receta. Otra forma de incluirla es en unas albóndigas provenzales de pescado y marisco o en un estofado con alcachofas.