La relajación miembro a miembro, la técnica que aconseja el psiquiatra Enrique Rojas para calmar la ansiedad

El método de relajación miembro a miembro es una técnica médica muy útil que ayuda rápidamente a reducir la ansiedad, mejorar la concentración y el bienestar. La podemos poner en práctica todos en cualquier momento. Nos la explica el psiquiatra Enrique Rojas.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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chica relajándose en el bosque

Esta técnica consigue una relajación rápida si la ansiedad nos tiene el cuerpo agarrotado.

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El estrés diario puede ser un gran enemigo de nuestro bienestar. Un poco de estrés puntual puede activarnos. Cuando es constante lo que consigue es que no focalicemos, sino al contrario. El trabajo se dispersa y se retrasa.

Los momentos de ansiedad además pueden generar una ampla gama de problemas tanto psicológicos como físicos. La persona estresada o ansiosa es más fácilmente irritable y puede tener problemas de relaciones. Si no somos capaces de controlar la ansiedad puede incluso ser un factor de riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos, como depresión.

A nivel físico crea hipertensión y otros riesgos cardiovasculares, dolor muscular, problemas digestivos, insomnio, fatiga, bajada de defensas y un largo etcétera. Por eso es útil tener alguna técnica fácil y rápida para reducir esos momentos de estrés o ansiedad.

Uno de los más prácticos y sencillos es el entrenamiento de relajación miembro a miembro. "Este método logra una relajación rápida, algo sumamente útil para aquellos momentos que notamos el cuerpo agarrotado por la ansiedad", nos explica el doctor Enrique Rojas.

La relajación miembro a miembro

En psiquiatría lo conocemos como entrenamiento autógeno de Schultz-Hencke”, prosigue el doctor Rojas. Autógeno quiere decir en medicina que se genera por sí mismo, dentro del propio individuo. Se denomina así porque eres tú mismo el que consigues crear el efecto.

Este método lo creó el neurólogo Johannes Schultz hace más de cien años. “Consiste en ir relajando todo el cuerpo de una forma paulatina, miembro por miembro”, apunta.

Lo ideal es buscar un lugar tranquilo y situarnos en una posición cómoda. Puede ser una silla, un sillón o tendidos en el suelo. La postura no es lo fundamental.

  • Cierra los ojos y elige una zona del cuerpo, por ejemplo, los hombros.
  • En voz alta o mentalmente te dices: “Mis hombros pesan mucho”. Se repite la frase unas seis veces.
  • Luego uno se repite: “Estoy tranquilo”.

Esta misma operación se hace con otras partes del cuerpo.

El efecto se consigue porque nos concentraremos en las sensaciones físicas que experimentamos.

Los otros beneficios del ejercicio

Algunos neurocientíficos han analizado las posibilidades del entrenamiento autógeno y apunta que puede ir mucho más allá que meramente la relajación. “En ocasiones permite producir cambios psicológicos importantes en las personas”, apunta la psicóloga Laura Ruiz Mitjana en un artículo sobre este método.

Así, ayudaría en la autodeterminación (colabora a que la persona sepa lo que quiere), cuidado interno (el organismo se equilibra y se autorregulan la respiración y los latidos), mejor rendimiento (hay más capacidad de memoria y atención) y en algunos casos también permite reducir o suprimir la sensación de dolor.

El entrenamiento logra una especie de proceso de autohipnosis. Para ello debemos entregarnos un poco al juego que nos ofrece. Mostrarnos convencidos de que va a funcionar y conseguiremos unos resultados mucho más poderosos.

Para maximizar los beneficios tenemos que ser constantes y sistemáticos en el ejercicio. Se ha de practicar de forma regular unas dos o tres veces al día, durante unos tres minutos. En unos diez o quince días ya lo controlaremos. Se ha de seguir siempre un orden de cada una de las partes del cuerpo en las que nos concentramos.

Las partes del entrenamiento

Si queremos llegar a controlar mucho mejor todo el cuerpo y no limitarnos a la ansiedad, el método aconseja concentrarse en seis partes del cuerpo.

Es básicamente la misma idea que explicábamos al principio, pero esta vez es buscar otros objetivos con cada parte del cuerpo que se señala. Estos seis ejercicios consisten en:

  • Pesadez. Sentir sensación de pesadez en las extremidades.
  • Calor. Evocar la sensación de calor en el cuerpo.
  • Pulsaciones. Concentrarse en las pulsaciones del corazón.
  • Respiración. Focalizar nuestro pensamiento en la respiración tranquila y regular.
  • Abdominal. Sentir el calor en el abdomen.
  • Cabeza. Sentir frescura en la frente.