El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa incurable que ataca al sistema nervioso. Se sabe que aparece por la falta de neuronas que produzcan dopamina, una de las hormonas cerebrales.
La dopamina, además de actuar activando la motivación y el bienestar, es fundamental para el control del movimiento. Por eso el párkinson se asocia sobre todo con un temblor constante, pese a que también puede provocar rigidez en el movimiento. Pero esos no son los únicos síntomas.
Hay otros, conocidos en medicina como síntomas prodrómicos, que son síntomas que preceden a la enfermedad. Síntomas que son más genéricos y que no siempre se relacionan directamente con ella, como estreñimiento, problemas de sueño, pérdida de olfato o somnolencia diurna. Ahora un estudio ha relacionado estos síntomas con los alimentos ultraprocesados.
Qué ha descubierto este estudio
Este estudio, dirigido por el doctor Xiang Gao, nutricionista de la Universidad de Fudan, en Shanghái, ha comprobado que:
- Las personas que consumían al menos 11 porciones de alimentos ultraprocesados tenían 2,5 más de posibilidades de presentar al menos tres de estos síntomas iniciales que se relacionan con el párkinson.
- Los que comían 6 alimentos ultraprocesados tenían un aumento del riesgo de 1,5 veces respecto a los que de media comían tres porciones de ultraprocesados.
El estudio no establece una relación directa entre los ultraprocesados y el párkinson, puesto que no ha podido demostrar con certeza. Se ha limitado a constatar un hecho después de analizar la evolución durante 26 años de más de 42.000 voluntarios (todos personal sanitario de Estados Unidos).
Lo que creen los investigadores es que algunos de los aditivos que es habitual encontrar en este tipo de alimentos ultraprocesados afectan negativamente a nuestras bacterias intestinales (la microbiota), lo que a su vez afecta a la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Sus argumentos tienen una sólida base científica. Hay otros numerosos estudios médicos que ya han constatado la fuerte relación entre las neuronas del cerebro y las que hay repartidas por el sistema digestivo. La interconexión es tan estrecha que incluso se habla del sistema nervioso intestinal como de un segundo cerebro.
Una señal de alerta hasta 20 años antes
De todas formas, algunos expertos muestran cautela. “El término «síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson» es un poco engañoso, ya que síntomas como el estreñimiento y el dolor corporal, que asocian al consumo de ultraprocesados, son bastante comunes en el envejecimiento y no son necesariamente indicativos de la enfermedad de Parkinson”, recordaba la catedrática de Psicología, Eef Hogervorst.
Más optimista ha sido la doctora Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra: “Analizar los signos prodrómicos del párkinson es una ventaja, ya que estos aparecen diez o veinte años antes que el diagnóstico clínico, lo que proporciona una oportunidad para llevar a cabo intervenciones tempranas para prevenir el desarrollo de la enfermedad”, ha explicado.
Esta experta señala que, aunque convendría tener otros estudios que ampliaran la evidencia, el estudio tiene una metodología muy sólida y aporta evidencia de que lo que comemos hoy tendrá consecuencias mañana.
Por eso hay que desalentar el consumo de procesados. “No solo por su mayor riesgo con las enfermedades metabólicas, sino también con las enfermedades mentales”, ha añadido en declaraciones a la agencia SMC España.
Qué conclusiones debemos extraer
Los alimentos ultraprocesados nos llaman diariamente desde las estanterías de los supermercados. Son todos esos productos de la industria alimentaria pensados para que nos faciliten la vida y nos hagan más felices. Son muy ricos, están ya preparados para comer o casi y duran mucho para que los podamos conservar en casa y tenerlos siempre a mano.
Prácticamente no hay hogar donde no recurran a este tipo de alimentos: refrescos, aperitivos, postres, galletas, salsas, platos preparados y un largo etcétera.
Decir a estas alturas que no son los alimentos más convenientes es casi una obviedad. No es solo por este nuevo aviso. Se sabe que su consumo habitual aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras patologias.
La recomendación es que llenemos más la cesta de los productos frescos, sobre todo frutas, verduras y legumbres, y menos de todos estos productos preparados.