Antes de que naciera mi primer hijo, viví una experiencia que se me ha quedado grabada. Mi mujer trajo piña a casa, una fruta que comíamos muy de vez en cuando. La trajo un día, y luego otro y otro.
No es que no me guste la piña, pero me sorprendió esa afición repentina. Cuando mi mujer fue al ginecólogo y le confirmó la buena noticia, le preguntó si había cambiado la dieta. Mi mujer le explicó lo de la piña. “Es normal -le dijo- tu cuerpo te pedía a gritos ácido fólico y otros minerales.”
Más conocido es el antojo de las fresas en las embarazadas. Otra señal de que se necesita vitamina C para el colágeno, el hierro del bebé y preparar sus defensas. Tradicionalmente, hemos tratado los antojos como caprichos sin sentido. La ciencia ha demostrado que estamos muy equivocados.
El antojo de chocolate puede ser una señal de que nos falta magnesio, básico para el control del estrés.
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Los antojos son avisos del cuerpo
“Los antojos no aparecen por que sí, son señales que te envía tu cuerpo”, confirma el doctor Alenxandre Olmos.
Es uno de sus vídeos más virales en redes sociales, el doctor Olmos explicaba tres antojos muy habituales y lo que significan. Atención porque no siempre es recomendable seguirlos a rajatabla.
“La mayoría de las veces los interpretamos mal y acabamos comiendo justo lo contrario”, explica este médico. Hay opciones más recomendables y ajustadas.
Los tres antojos más habituales
- Pan o pasteles: cuando tienes antojo de harinas, lo que tu cuerpo te pide es más triptófano. “Este nutriente está relacionado con la creación de serotonina, la hormona del bienestar”, dice el experto.
Una opción más saludable y que te hará el mismo efecto es tomar aguacate, plátanos o frutos secos.
- Chocolate: “No es solo porque amas el chocolate, tu cuerpo te está pidiendo magnesio”, dice. Este mineral es clave para la producción de energía, la relajación muscular y el control del estrés.
En este caso no hay problema. El chocolate es un buen alimento tomado con moderación. El error es tomar chocolate con leche. Ha de ser negro, al menos al 85% de cacao. Las almendras, espinacas o pepitas de calabaza también son buenas opciones.
- Patatas fritas u otras frituras. Lo que tu cuerpo te está pidiendo no son comidas ultraprocesadas, sino grasas saludables y sodio. Prueba aguacate, aceitunas o pescado graso.
Otros antojos menos habituales
No son los únicos antojos que puedes tener. Ya te he explicado mi experiencia con la piña. Hay muchos otros casos. Aquí tienes otros casos con los que a lo mejor te has encontrado:
- Queso: puede indicar falta de vitamina D, calcio o también grasas saludables.
El queso se ha de tomar con moderación. Si tienes ganas puedes tomar una porción, pero no te excedas y combínalo con otros lácteos, como el yogur, y grasas más saludables como nueces y aguacate.
- Limón o naranja: no suele ser tanto por falta de vitamina C, sino por fatiga y una búsqueda del frescor que dan estos alimentos.
- Aceitunas y encurtidos: el antojo de productos salados puede indicar un desequilibrio y necesidad de sodio, como con el antojo de frituras. Otras veces es un mecanismo de buscar recompensa en situaciones de estrés, por ejemplo, cuando se trata de chips saladas. En este caso sustitúyelo por espinacas.
Antojos para el bienestar mental
Algunos de los antojos que hemos visto, como el chocolate o las harinas, están relacionados indirectamente con el bienestar mental. Los estudios psiquiátricos han analizado algunos más específicos:
- Caramelos o chucherías. En casos en los que lleves muchas horas sin comer, es un posible signo de bajada de glucosa en sangre. La fruta con yogur te proporcionará una subida más saludable que los azúcares vacíos.
Sin embargo, la necesidad constante de azúcar también puede estar ligada al estado de ánimo, a una falta de serotonina. Hay técnicas para frenar un consumo desmedido.
- Ocurre algo parecido con el pan caliente, sobre todo las tostadas de pan de molde, con más glucosa. Dan confort emocional. Los hidratos refinados suben temporalmente el estado de ánimo.
Estos tipos de antojos relacionados con la salud mental hay que analizarlos con cuidado y saber que no nos podemos dejar llevar por ellos. Buscar las razones profundas de esos antojos e intentar ponerles remedio de otra forma.
Los alimentos no puede ser nunca el sustituto de carencias emocionales. Refugiarnos en la comida lleva al sobrepeso y a un camino equivocado y breve de saciar nuestras ansias.