Una planta pierde algo de propiedades cuando se seca, pero tiene la ventaja de que su vida útil y su conservación aumenta. La selección que te muestro aquí puede formar parte de un botiquín natural que te ayude a mejorar trastornos menores. De todos modos, si sufres una dolencia crónica o tomas medicación, consulta antes a tu médico.
1. Agrimonia para la garganta
La decocción de la agrimonia también mejora problemas de garganta
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Su punto fuerte son los taninos, que le confieren un efecto astringente. Por eso, puede ayudar a mejorar una colitis puntual. La decocción de esta planta también mejora problemas de garganta.
- Hacer gárgaras con ella alivia la faringitis o unas amígdalas inflamadas. De nuevo, son sus taninos los que logran ese efecto, ya que tienen cierto poder antiinflamatorio y antibacteriano. Por el mismo motivo, puede ser útil para acelerar la curación de las úlceras bucales.
- Es una planta segura, pero siempre que los síntomas en la garganta (o en la boca si se trata de llagas) persistan más de una semana, o la diarrea dure más de 3 días, debe consultarse al médico porque seguramente se necesite tratamiento.
2. Alcachofa: cuida tu hígado
La parte que se utiliza para la decocción son las hojas. Su sabor es amargo por su cinarina, la sustancia que logra destacados beneficios para el hígado: contribuye a mejorar la función hepática (en especial, si últimamente se ha seguido una dieta alta en grasas o se ha tomado alcohol a diario).
- Ayuda a mejorar la digestión, ya que activa la secreción de bilis. Precisamente por eso, algunas veces puede abrir el apetito. No debe usarse si existe algún problema con los conductos biliares (una obstrucción, por ejemplo).
3. Apio, la tisana más diurética
En tisanas se aprovechan las hojas, los frutos o semillas y también la raíz de esta hortaliza de fresco aroma que recuerda al musgo.
- Es muy diurético gracias a su apiína. De ahí que pueda ser de utilidad en personas que retienen líquidos o si tienen una tensión ligeramente alta (y no se debe a una dolencia de salud importante). Se sabe que sus semillas, además, ayudan a prevenir y mejorar la gota, al inhibir la actividad de la enzima xantina oxidasa (XO) y reducir las concentraciones de ácido úrico.
- Es mejor no tomar esta infusión con frecuencia si se sufre cistitis porque podría aumentar la irritación.
4. Ashwagandha contra el estrés
En este caso, la parte utilizada para infusión, decocción o comprimidos es la raíz. Esta planta forma parte de la lista de los adaptógenos: protege el sistema nervioso y nos ayuda a “adaptarnos” a situaciones o decisiones complicadas.
- Puede ser una ayuda más para dormir cuando se pasa por una época de nervios o si se ha tomado demasiada cafeína (ya que aumenta la cantidad de ácido gamma-aminobutírico o GABA, que reduce la excitación).
- Y también puede tener un efecto reductor del cortisol al despertar, por actuar sobre el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, lo que ayuda a afrontar mejor las obligaciones diarias.
5. Boldo, calmante digestivo
Es normalizador de la bilis: regula tanto su exceso como su déficit.
- El sabor de sus hojas no es demasiado amargo, a diferencia de otras hierbas que actúan sobre la vesícula y el hígado. Pero, de todos modos, es capaz de aliviar los síntomas de dispepsia (indigestión) y los espasmos leves del intestino.
- Si tienes cálculos biliares u obstrucción de las vías biliares, consulta con tu médico antes de tomarlo.
6. Caléndula contra la piel inflamada
Tiene cierta actividad estrogénica que beneficia a las mujeres que suelen tener muchas menstruaciones irregulares o dolorosas a lo largo del año.
- La Agencia Europea del Medicamento ha determinado que, por la experiencia de uso ya acumulada, las flores de caléndula pueden utilizarse para tratar inflamaciones leves de la piel, como las producidas por quemaduras solares no profundas. También favorece la cicatrización de heridas y alivia las molestias de úlceras venosas en las piernas. Se puede preparar una infusión y, una vez que esté templada, aplicar suavemente sobre la zona dañada.
- Cuando uses cualquier planta de forma tópica (sobre la piel) es usual hacer una tisana concentrada y aplicarla en forma de cataplasma. También puedes encontrar aceites, cremas y otras preparaciones que la contienen.
7. Cardo mariano para el sobrepeso
Las investigaciones han identificado, de momento, 17 plantas que pueden contribuir a superar un exceso de kilos (junto con la alimentación adecuada y el ejercicio físico). La manera de actuar no siempre es igual: unas rebajan el apetito; otras disminuyen la acumulación de grasas, y otras inhiben la enzima lipasa pancreática, relacionada con la asimilación de los carbohidratos. El cardo mariano está en esa lista.
- Esta hierba ayuda a activar la termogénesis, es decir, la quema de grasa, gracias a uno de sus compuestos, la silimarina. Hay que tomarlo con prudencia porque, en dosis altas, puede ocasionar sequedad bucal, náuseas, malestar estomacal y diarrea.
8. Cimicífuga para la menopausia
Se conoce también como cohosh negro y un reciente estudio publicado en The European Journal of Nutrition ha demostrado que la raíz de esta planta, junto con la soja (por sus isoflavonas) y los lignanos de semillas de calabaza, de sésamo, de girasol y de amapola, del salvado y de las frutas del bosque, reduce significativamente los síntomas de la menopausia.
- Los sofocos y las sudoraciones, las palpitaciones, los dolores de cabeza y la dificultad para dormir pueden mejorar tomando 2-3 tisanas diarias. También existen preparaciones en comprimidos. Como ocurre con otras plantas, no conviene tomarla durante más de 6 meses.
9. Cola de caballo: uñas y riñón
Las infusiones –y otras preparaciones– a base de cola de caballo pueden ser de utilidad para afecciones del tracto urinario, como las infecciones de orina o los cálculos renales. Esta planta aumenta la producción de orina y logra que los conductos que la transportan hasta ser eliminada se mantengan sanos gracias a sus antioxidantes.
- Por su alto contenido en silicio es, además, especialmente beneficiosa para fortalecer las uñas e incluso, en alguna medida, los huesos.
10. Ginkgo contra los despistes
Ya existe suficiente evidencia científica de que el ginkgo biloba puede mejorar el deterioro cognitivo relacionado con la edad e, incluso, ciertos casos de demencia leve.
- Al parecer, sus principios activos (ácidos fenólicos, lactonas terpénicas, glucósidos, flavonoides…) mejoran la microcirculación cerebral y tonifican las venas que riegan las estructuras del cerebro, además de reducir los radicales libres que nos envejecen.
11. Manzanilla para cólicos
Los componentes químicos de la manzanilla (bisabolol y flavonoides) han demostrado efectos antiespasmódicos en experimentos con animales.
- La infusión puede ser útil para reducir espasmos gastrointestinales o cólicos en días de regla. No la tomes más de 2 semanas.
12. Meliloto para la circulación
Esta planta contiene cumarinas (melilotina, ácido melilótico…), flavonas, ácido amido-caproico y un aceite esencial, el melilotol.
- Se utilizan las hojas y los capítulos florales y se sabe que favorece la circulación cerebral y también la periférica (en las extremidades). Además, aumenta la resistencia de las paredes arteriales, venosas y linfáticas, y tiene efecto antiinflamatorio y diurético.
- No tiene toxicidad pero no hay que tomar grandes dosis si hay una afección importante del hígado, ni tampoco en personas con hemorragias.
13. Rodiola contra el cansancio
También la verás escrita como rhodiola y, por los estudios realizados hasta el momento (muchos de ellos la comparaban con un placebo), ayuda a regular los niveles de cortisol, a mejorar la memoria y la concentración, y a reducir la fatiga y la sensación de debilidad ya que, además de adaptógena (como la ashwagandha), es antiasténica (aumenta el rendimiento físico y a veces también el mental).
Puede ser de ayuda, por lo tanto, si comienzas a hacer deporte después de un periodo en el que has estado más sedentario, o para recuperarte de una infección.
- Es preferible tomarla durante periodos cortos, no más de dos semanas, porque no se conocen todos sus efectos a largo plazo.
14. Tomillo para las defensas
Pertenece a la familia de la menta, es antitusígeno (reduce la tos) y útil frente a afecciones catarrales porque, entre otras cosas, estimula la sudoración y fluidifica las secreciones.
- Por sus antioxidantes y sus vitaminas A y D, hierro, cobre, calcio y magnesio, ayuda a reforzar el sistema inmunológico. Estudios realizados en abejas han comprobado que el extracto de tomillo aumenta la expresión de sus genes antimicrobianos, un ejemplo más de que es un fortalecedor de las defensas. Y la infusión en ayunas ayuda al tránsito intestinal.
15. Violeta para la tos
La infusión de flores de violeta, sola o con otras plantas, es un excelente remedio sedante para la tos.
- De sabor dulce y delicado, es un relajante nervioso, y es ese efecto el que consigue calmar la tos. Además, contiene mucílagos, que suavizan y regeneran la mucosa respiratoria. Las violetas se pueden consumir como alimento, incluyéndolas en ensaladas.
5 plantas nutritivas que añadir a tu botiquín
- Açaí. Es una pequeña baya de color púrpura y guarda en su interior numerosos nutrientes que aportan vitalidad y muchos antioxidantes (10 veces más que los arándanos). Su infusión es diurética.
- Ortiga. Durante mucho tiempo se ha considerado una mala hierba, quizá por sus pelos urticantes. Pero esa fama no está justificada porque nos aporta una gran cantidad de hierro, aminoácidos, sustancias antioxidantes y antiinflamatorias, vitaminas A, C y K y del grupo B.
- Hinojo. Es un excelente carminativo que reduce los gases intestinales. Sus hojas tiernas se pueden tomar crudas en ensalada. Su bulso se puede comer crudo y rallado o hervido.
- Diente de león. Tan nutritivo es (aporta vitaminas, minerales y ácidos grasos) que sus hojas se pueden incluir, frescas, en una ensalada.
- Bardana. Aunque no es comestible, como las 4 anteriores, aporta ácidos fenólicos, cumarinas, polisacáridos e inulina, que podrían ayudar a mejorar la diabetes tipo 2 y a reducir sus efectos en el cuerpo.
Infusión o decocción: cuándo y para qué
- Infusionar una planta consiste en poner a calentar aguay, cuando haga el primer hervor, apagar el fuego para, seguidamente, añadir las flores u hojas, y mantener la preparación tapada 10 minutos. Se toma justo pasado ese tiempo (sin alargarlo más) para obtener el efecto placentero de la tisana caliente.
- En una decocción o cocimiento, en cambio, es precisoque la planta hierva alrededor de 10-15 minutos junto con el agua para extraer los componentes farmacológicamente activos de cada hierba. Se suele recomendar cuando se utilizan las partes más duras de la planta: raíces, rizomas o cortezas.
Ritual para una infusión perfecta
- Añade la cantidad adecuada. Por lo general, si preparamos una infusión, añadiremos entre 20 y 30 g de la planta seca por litro de agua (10 g o 2-3 cucharaditas si solo calentamos una taza, unos 250 ml). En la decocción se suele usar algo más, 30-50 g por litro de agua (3 cucharadas de la planta).
- Mejor a fuego lento. De ese modo, las sustancias beneficiosas de las plantas tienen tiempo suficiente de diluirse en el agua. En una primera fase se disuelven azúcares, esencias aromáticas, gomas, ácidos vegetales y sales minerales. Entre 2 y 4 minutos después, pasan al agua los elementos más resistentes (taninos, lactonas…).
- Cuélala antes de guardarla. Si haces más cantidad de decocción de la que vas a tomar en ese momento, cuela antes de reservarla. Si la guardas sin colar más de 12 horas, puede tener un sabor desagradable. Una vez colada, consúmela en menos de 36 horas.
- Un poco de limón suma antioxidantes. Agregar unas gotas de limóna la infusión ya preparada logra, por su vitamina C, que los compuestos antioxidantes de las hierbas duren más tiempo en nuestro organismo. De esa forma, se prolongan sus beneficios.
¿Conviene mezclar hierbas?
En los supermercados encontraremos mezclas ya elaboradas, pero ¿es conveniente mezclarlas en casa?
Combinar varias plantas permite obtener un beneficio mayor
Lo habitual es mezclar de dos a cuatro, no más porque ya diluimos demasiado las propiedades de cada una de ellas. Se recomienda utilizar una planta principal, una secundaria y una tercera que tenga buen sabor y olor, especialmente si las otras no son tan agradables. Pon 2-3 cucharaditas por taza de la mezcla deseada.
Si vas a usar hierbas medicinales que no has probado anteriormente, sobre todo si estás tomando alguna medicación por un tiempo largo, puedes hacer lo siguiente: toma la infusión (o decocción) con una única planta dos o tres semanas para comprobar cómo te sienta. Si el efecto es positivo, agrega una más y espera otros 15 días antes de añadir la tercera planta.
Si las compras en bolsitas individuales... mejor usa un difusor metálico
Es muy habitual que la composición de las bolsitas de té e infusiones(en especial las que tienen forma de pirámide) incluya microplásticos (nailon y tereftalato de polietileno). Añadiéndolos, las marcas se aseguran de que la bolsa no se deshace mientras se elabora la decocción o tras introducirla en agua caliente.
Para no acabar ingiriendo más cantidad de microplásticos que, con el tiempo, dañen tu organismo–, abre la bolsa o las bolsas que vayas a usar y vierte las hierbas en un infusor metálico. De esa forma te beneficias de unas plantas con menos tóxicos.