El juego es, en sí mismo, libertad y espontaneidad. Así, cuando jugamos, grandes y pequeños, actuamos de manera natural, nos mostramos tal como somos.
En el juego no hay máscaras.Incluso cuando los niños juegan a ser otros continúan mostrándonos sus ilusiones, sus inquietudes, su manera de afrontar los retos, sus conquistas, sus miedos y angustias.
Hablar sin palabras
Y es de ahí de donde surgen sus valores, sus ideales, sus deseos más inconscientes. En definitiva, los juegos de nuestros hijos son un claro reflejo de su personalidad y del momento evolutivo y emocional por el que están transitando.
Los juegos de nuestros hijos son un reflejo de su personalidad y del momento evolutivo y emocional por el que pasan
Si queremos conocer mejor a nuestro hijo, podemos mirar su juego con atención y observar los siguientes de detalles:
- ¿Cuáles son sus juegos y juguetes preferidos?
- ¿Cómo juega con ellos?
- ¿Es minucioso?
- ¿Qué historias crea?
- ¿Cómo resuelve los retos que se le plantean?
- ¿Le gusta inventar?
- ¿Necesita espacio?
- ¿Le gusta coleccionar y ordenar cosas?
- ¿Qué emociones expresa?
- ¿Le gusta pintar o prefiere ver como se desplaza un coche a toda velocidad?
- ¿Prefiere escuchar o hablar?
Fijarnos en los detalles
Todo ello nos da pistas de cómo es nuestro hijo, qué le gusta, qué necesita, cómo podemos acompañarlo y estimular su desarrollo y educarlo mejor.
- A través de los juegos de movimiento podemos conocer sus habilidades y dificultades, pudiendo así acompañar los retos y apoyar sus esfuerzos.
- Viéndole jugar a los juegos de rol –casitas, artistas, maestros o monstruos– conoceremos cómo actúa ante determinadas situaciones, la riqueza de su vocabulario o sus inquietudes.
- Con las construcciones nos mostrará su habilidad de coordinación, su aprendizaje de colores y formas, su perseverancia o su imaginación para resolver dificultades.
Con los juegos de mesa pondrá de manifiesto su capacidad de razonamiento, de reflexión, de cómo maneja su frustración...
- Con los juegos de mesa, en los que deberá seguir unas normas y aceptar los resultados del azar, pondrá de manifiesto su capacidad de razonamiento, de reflexión, de manejar su frustración si las cosas no van como a él le gustaría... Pero recordemos que los juegos competitivos no son adecuados antes de los 6 años.
- A través de los juegos con otros manifestará su sociabilidad, su capacidad de hacerse entender, de escuchar, de comunicarse...
Cómo acercarnos a su juego
Sin duda, toda una serie de matices que nos ayudarán a conocerlo y entenderlo mejor, y también a acercarnos utilizando un mismo lenguaje: el juego.
Para observar sin interrumpir sus actividades debemos participar en ellas jugando
No deberíamos olvidar nunca que para observar sin interrumpir sus actividades debemos participar en ellas ¡jugando!
- La observación del juego de nuestros hijos siempre debe hacerse desde la comprensión y el amor.
- Se trata de conocerlos mejor para comprenderlos, ayudarlos en aquellos retos que los superen, enriquecer su juego, acoger sus emociones, sus angustias, sus dificultades, ilusiones y sueños.
- Nunca deberíamos juzgar sus juegos ni observarlos para planificar su educación, organizarles o compararlos.